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Manifestantes, con una pancarta al principio de la comitiva, ayer a su llegada al faro de Cabo de Palos. PEDRO MARTÍNEZ / AGM

«No se vende, se defiende»

Más de 400 personas exigen en una protesta el uso público del faro de Cabo de Palos

ANTONIO LÓPEZ

CARTAGENA

Martes, 15 de agosto 2017, 02:24

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El grito que ayer lanzaron más de cuatrocientos vecinos y turistas de Cabo de Palos -según fuentes de la Policía Local- fue claro y tajante: «El faro no se vende, se defiende». Según las cifras de la organización, que hicieron públicas cerca de la medianoche, fueron 2.000 personas las que protestaron contra el uso empresarial del faro. Lo hicieron en la manifestación que recorrió durante casi dos horas las calles de este enclave costero. El objetivo de la protesta era hacer saber «al PP que el monumento que encumbra el pueblo debe tener solo un uso público y no empresarial», exigió la portavoz de la Plataforma Salvemos el Faro de Cabo de Palos, convocante de la concentración, Gloria Moya. En concreto, los vecinos se oponen a dar una concesión para instalar un hotel.

Sobre las siete de la tarde, los primeros manifestantes ya se dejaron ver en una de las plazas del centro comercial Las Dunas. Cuarenta minutos más tarde, con diez de retraso, la comitiva salió en dirección al puerto, por la calle Ronda de Levante. Al frente de la pancarta principal, se podía leer: «No se vende», junto a un dibujo del faro. Tras ella había representantes de Ciudadanos, PSOE, Podemos y MC.

Entre los participantes había muchos turistas, como Salvador Agüera, madrileño de 55 años que junto a sus dos hijos y su esposa reivindicó «un faro libre que podamos visitar». En su opinión, «si lo dan a una empresa dejará de ser el símbolo que ha sido».

Durante la marcha se pudieron escuchar lemas como «Cuidado, Teodoro, estamos al loro», en alusión al diputado del PP Teodoro García, impulsor de una moción favorable al hotel; y «Sevilla, el faro no lo pillas», en referencia al presidente de la Autoriad Portuaria. Ésta rechazó la propuesta de una empresa privada, ligada a políticos del PP, para poner un hotel, pero su presidente quiere llevarse el centro de señales marítimas a Cartagena y desalojar a los fareros y sus familias.

En el faro, la marcha paró para dejar paso a una banda de tambores y cornetas que acompañaba a un grupo de mujeres ataviadas con el traje típico cartagenero. Iban a una ofrenda floral a la Virgen. Más de cien vecinos estaban también a esa hora en la explanada del puerto, en las actividades con motivo de las fiestas del pueblo.

Casas de fareros sí, hotel no

Los manifestantes recorrieron el Paseo del Puerto y la carretera de Subida al Faro. A los pies de éste, al atardecer, Moya leyó un manifiesto. Avisó de que usarán «los recursos que la Ley nos permita», para «solucionar este problema». Y anunció iniciativas legales, «confiando en el buen hacer de fiscales y jueces» contra «los acosos especulativos».

La plataforma insistió en que se opone a la idea del Puerto de llevar el centro de señales. Y pidió mantener las casas de los fareros y abrir un centro de interpretación de la historia del pueblo y de la reserva marina.

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