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Una furgoneta del servicio de limpieza del Ayuntamiento, junto a montones de residuos depositados en la entrada de Cabo de Palos, el domingo LV
Tres concejalías buscan una solución urgente al botelleo en Cabo de Palos

Tres concejalías buscan una solución urgente al botelleo en Cabo de Palos

Los ruidos causados y la basura tirada por más de un millar de jóvenes el sábado obliga a adoptar medidas preventivas

Eduardo Ribelles

Cartagena

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Martes, 1 de agosto 2017, 03:41

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El botelleo ha vuelto a causar molestias en Cabo de Palos y obliga al Ayuntamiento a buscar nuevas soluciones urgentes en el ecuador del verano. El concejal de Seguridad, Francisco Aznar, mantendrá hoy una reunión con altos mandos de la Policía Local y con personal de Descentralización (Litoral) e Infraestructuras para intentar frenar las concentraciones incontroladas de miles de jóvenes que causen molestias vecinales y dejen amplias extensiones de terreno público llenas de basura, como sucedió en la madrugada del domingo.

La reunión, a la que con toda probabilidad asistirá también el concejal de Descentralización, Juan Pedro Torralba, tiene por objeto encontrar un remedio contrarreloj, aunque sea paliativo. De lo contrario, el botelleo puede comenzar a dar problemas de nuevo esta semana y las quejas podrían arreciar desde el jueves.

  • Verano de 2015 El botelleo alcanza niveles insoportables para los vecinos de Cabo de Palos, pese al aumento de la vigilancia policial

  • Septiembre de 2015 El Ayuntamiento busca un recinto alejado de las urbanizaciones para el botelleo.

  • Junio de 2016 Un acuerdo tácito con la discoteca Trips permite que los jóvenes se concentren y se diviertan en un solar anexo.

  • Agosto de 2016 El Ayuntamiento pide a los dueños el vallado del solar para que las bolsas y los envases no lleguen a Calblanque

  • Junio de 2017 El recinto junto a la Trips, vallado y con vigilancia, reabre sus puertas, con el cobro de 5 euros por coche y 5 por ocupante.

  • 29-30 de julio Trips cierra el recinto porque no se siente respaldado por la colaboración del Ayuntamiento. La falta de un lugar al que ir a beber hace que los jóvenes se reúnan junto a la carretera de acceso a Cabo de Palos.

Los sucesos de la madrugada del domingo no solo han causado multitud de protestas vecinales en las redes sociales. También ha habido una formal que el propietario de un negocio aseguró que presentará en el Ayuntamiento. «No solo han llenado de desperdicios la explanada del aparcamiento público que hay frente a nuestro negocio, sino que también hemos encontrado botellas rotas y otros residuos en el patio de la propiedad, en el que tenemos embarcaciones. Creemos que algunos jóvenes han entrado y se han subido a los barcos porque hemos encontrado residuos dentro», explicó Ángel García, gerente de Marina Center, un negocio de náutica situado a la entrada de Cabo de Palos.

Muchos grupos de personas de botelleo se concentraron delante de su establecimiento el sábado por la noche. Otros tantos se reunieron ante el supermercado anexo y en los descampados situados entre ambos y la discoteca Trips, junto a la carretera que conduce a Cala Reona. La Policía Local recibió bastantes llamadas de queja por los ruidos pero, según fuentes vecinales, solo se preocupó de controlarlos para que no entraran en calles de Cabo de Palos ni se desplazaran hacia La Manga.

Al día siguiente, las cunetas y los aledaños de la vía principal de acceso desde la autovía amanecieron llenas de residuos. Las brigadas de Lhicarsa actuaron a primera hora de la tarde, como parte del dispositivo que se dedica habitualmente a la limpieza de la explanada que ocupa en mercadillo de Cabo de Palos, todos los domingos por la mañana.

La reaparición de los jóvenes de botelleo en la vía pública se debe al cierre del aparcamiento anexo a la discoteca Trips, que llevaba funcionando como 'botellódromo' desde el verano pasado. El Ayuntamiento llegó a un acuerdo tácito con su propietario, Alfonso Torres, que accedió a acondicionar esa extensión de terreno para que los jóvenes que molestaban con su presencia nocturna en el área del Mercadona se concentraran allí. Así sucedió durante todo el verano pasado.

La presión de distintos grupos políticos, en especial Podemos, ha variado este año las condiciones en que se permite hacer botelleo allí. Los dueños de Trips han vallado el recinto, para conjurar el peligro de que los desperdicios acaben en los accesos al Parque Regional de Calblanque por efecto del viento, como pasó en 2016. Además, hay aseos y contenedores de basura suficientes. Asimismo, un vigilante se ha encargado, durante el mes de julio, de asegurar la entrada al vallado e identificar los vehículos y a sus ocupantes.

Los problemas empezaron cuando se supo que se había comenzado a cobrar cinco euros por cada coche y ocupante que entraba, para costear todo este dispositivo. Según las fuentes municipales consultadas, esto sucedió sin que hubiera ninguna autorización reglada. Y aunque la parcela es privada, el cobro por aparcar tiene que ser objeto de una licencia de actividad que expide el Ayuntamiento y atenerse a la legislación general.

El pasado viernes dejaron de cobrar y se controló que solo entraran mayores de edad. La cantidad de personas que accedieron al aparcamiento no llego ni a la quinta parte de otros fines de semana. El cierre de las instalaciones, el sábado, corrió como la pólvora en las redes sociales y los jóvenes se citaron a unos pocos cientos de metros para beber en la calle. El temor que tienen los vecinos es no saber si el próximo fin de semana la aglomeración puede volver al entorno del Mercadona, de donde fue desterrado en 2015 por las molestias que causaba a los vecinos.

El 'botellódromo' cerró para evitar incidentes con alcohol y menores

El 'botellódromo' improvisado en el recinto anexo a la discoteca Trips cerró el sábado ante un conato de avalancha el fin de semana anterior y tras no conseguir una colaboración efectiva por parte del Ayuntamiento, según indicaron fuentes conocedoras de la situación. El solar que el año pasado servía para albergar a los jóvenes de botelleo, con sus vehículos, se ha transformado este verano en un recinto delimitado por vallas con una sola puerta de acceso. Desde principios del verano, se empezó a cobrar una tasa de 10 euros por automóvil y conductor, como si se tratara de un suplemento para los clientes de la discoteca. Sin embargo, pronto se detectó que los jóvenes montaban verdaderos campamentos con mesas y sillas. También aumentó la afluencia de jóvenes de una edad cada vez más temprana que ni por asomo podían ser admitidos en la Trips. Esto obligó a hacer un control más exhaustivo, vedar la entrada de estos adolescentes y cobrar cinco euros a cada persona que demostraba su mayoría de edad. La primera consecuencia tuvo lugar hace diez días, cuando grupos de adolescentes se colaron por el vallado y causaron un amago de avalancha que alarmó a los responsables. Durante la semana pasada hubo reuniones en las que ejecutivos de la discoteca pidieron la colaboración del Ayuntamiento. Las fuentes consultadas indicaron que no consiguieron su propósito. El viernes, tres patrullas de la Policía Local se apostaron en la carretera de servicio de entrada a la discoteca, más como un elemento de disuasión que para hacer un control real de accesos. El sábado, el recinto cerró y los jóvenes se desperdigaron.

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