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EDUARDO RIBELLES
CARTAGENA
Domingo, 1 de octubre 2017, 08:48
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Decenas de vecinos del barrio universitario conviven cada día con unas calles y unas plazas cuyo deterioro ha quedado a medio reparar, porque la constructora necesita 180.000 euros para acabar. Las obras, que fueron licitadas en 656.000 euros y contratadas en solo 251.000 (el 40%), están paradas al agotarse el dinero. Los técnicos que supervisaron el procedimiento han autorizado este mes el pago suplementario para solucionar el hundimiento del firme en varios lugares.
Las mejoras en esa zona del casco antiguo fueron asumidas por el actual equipo de gobierno local al llegar al Ayuntamiento, para subsanar los defectos de urbanización y construcción que dejó tras de sí la promotora Residencial Puerta Nueva, antes de entrar en concurso de acreedores, hace cinco años. Esta sociedad, en cuyo accionariado está el Ayuntamiento, fue constituida hace quince para construir la zona residencial y recuperar así esa parte de la ciudad. Sin embargo, el proyecto impulsado por la exalcaldesa popular Pilar Barreiro concluyó con bastantes fallos en la urbanización.
Ya con el PSOE y MC en el gobierno municipal, una intervención judicial impidió al Ayuntamiento disponer pronto de los 800.000 euros del aval de la empresa para hacer las reparaciones necesarias en la urbanización. Además, la elaboración del proyecto y la contratación de la obra se demoraron hasta junio de este año. Finalmente, fue adjudicada por el 40% del dinero previsto, pero ahora es necesario aportar más.
«Se ha detectado que la base sobre la que se puso el pavimento es de arena y grava, sin ningún elemento que lo fije, por lo que se desprende con gran facilidad», subrayó esta semana un portavoz de la Concejalía de Desarrollo Sostenible, que ahora dirige María José Soler, de MC. Pero además, los vecinos se quejan de que tampoco se ha abordado el cambio de las tuberías que bajan por las fachadas de los edificios y desaguan sobre la calle, desgastando y horadando las juntas entre el pavimento y los edificios. «En algunos sitios, como la calle San Crispín, uno puede meter la mano por el hueco», explicó el representante vecinal Luis Deltell.
Cambios en las farolas
Deltell también solicitó mejoras en la ubicación de las farolas que están fijadas al suelo, en lugares en los que pueden interferir el tráfico rodado de los residentes camino de sus garajes. Su petición es que sean colocadas en las paredes de los edificios.
La obra fue adjudicada en junio a la empresa Continental Obras y Servicios SL por la Sociedad Municipal Casco Antiguo. El plazo de ejecución era de tres meses. Transcurrido ese tiempo, solo se ha concluido el bulevar central que conduce desde la Plaza de la Merced hasta la antigua plaza de toros.
La mejora más visible es la de reparación de todas las escaleras de piedra natural, en especial las que están entre la parte del central del bulevar y los laterales, como la del edificio de laboratorios de la Universidad Politécnica de Cartagena. «Eso ha quedado muy bien», dijo Deltell.
Los vecinos agradecen también la fluida comunicación con el Ayuntamiento. «El gerente de Casco Antiguo, Antonio García, hizo una inspección con nosotros, a principios de este mes, para mostrarnos lo que se había hecho y lo que quedaba por hacer, con la garantía de que se afrontaría en breve», indicó el representante vecinal.
Un portavoz de Desarrollo Sostenible indicó que retomar las obras es cuestión de muy poco tiempo. «Además, no cabe hablar de un parón, sino de la ejecución de un trámite administrativo», explicó. Pero lo cierto es que en el barrio no hay obreros desde hace semanas y que faltan cosas por hacer.
En la visita que Antonio García y Luis Deltell hicieron a las principales calles del barrio, este último sugirió cubrir la calzada romana de la parte más cercana a la Plaza de la Merced. Actualmente está separada del resto del bulevar por unas barandillas, pero cualquiera puede arrojar dentro basura o incluso meterse allí. Además, arrastra el problema de que se acondicionó como un yacimiento de interior, pese a que está al aire libre. Sin embargo, el Ayuntamiento no tiene pensado, por ahora, ponerle un techado. «El señor García nos dijo que no es nada sencillo. Hay que pedir informes y permisos a la Consejería de Cultura y eso lleva mucho tiempo», apuntó Deltell.
La calzada se une bajo tierra con la que también está al aire libre en la Plaza de la Merced. El año pasado, el Ayuntamiento anunció que pretendía hacer catas que mostraran cuál era el punto de cruce de ambas y consideraba la posibilidad de hacer alguna intervención arqueológica. Sin embargo, esa actuación ha quedado por ahora en un mero proyecto no realizado.
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