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Dos trabajadores dan los últimos retoques al arrastrero 'Hermanos Gallego Godoy', en uno de los muelles de la Cofradía de Pescadores. Pablo Sánchez / AGM
Los pescadores incorporan cinco barcos y frenan la caída a la mitad de los últimos años

Los pescadores incorporan cinco barcos y frenan la caída a la mitad de los últimos años

Nuevos armadores llegan a un sector que acusa la falta de relevo generacional, las cargas fiscales y la escasa rentabilidad

Antonio López

Cartagena

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Miércoles, 2 de mayo 2018, 07:38

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La falta de relevo generacional, el estancamiento de los precios en los últimos años, la asfixia por los pagos, unas cada vez mayores restricciones a las capturas y la escasa rentabilidad que le sacan a su duro trabajo en el mar han hecho que el número de armadores en la Cofradía de Pescadores de Cartagena haya caído casi a la mitad en los últimos quince años. Si a principios de la década pasada había medio centenar de barcos, en los que trabajaban más de doscientas personas, ahora tan solo son 28 los que se atreven a salir a faenar con sus apenas 150 empleados.

La crisis afecta a toda las artes por igual. Actualmente hay quince barcos de aparejos menores (los que usan malla, anzuelo y trampas); dos cerqueros (los que usan red que permite cercar el núcleo de la pesca); siete arrastreros (los que arrastran con una gran red); y cuatro palangreros (los que usan anzuelos anudados a una cuerda).

  • Artes menores Quedan quince. Son los que usan malla, anzuelo y trampas.

  • Arrastreros Quedan siete más otros dos que se unirán en breve. Son los que arrastran una gran red.

  • Cerqueros Queda dos. Son los que usan red para cercar el núcleo de la pesca.

  • Palangreros de superficie Quedan cuatro. Son los que usan anzuelos anudados a una cuerda.

Las embarcaciones que faltan han ido al desguace a cambio de recibir sus dueños 4.800 euros aproximadamente (en los últimos años), de media por tonelada y porque sus armadores han abandonado el sector por diferentes circunstancias, entre ellas, la jubilación.

Ahora, esta caída está siendo amortiguada por la entrada de nuevos armadores. La peculiaridad de ellos es la juventud y su apuesta por un sector que pasa por uno de sus momentos más críticos. La Cofradía de Pescadores tiene previsto sumar a sus filas cinco nuevos barcos. Uno de ellos ya lo ha hecho, hace unos meses. Es el 'Costa Brava Nord', una embarcación de artes menores más grande de lo habitual. Tiene quince metros de eslora y está preparada para la pesca del camarón con nasa.

Una profesión, sacrificada

Juan Cegarra, su patrón, de 36 años, ha elegido esta modalidad, porque hasta su entrada en Cartagena no había ningún barco dedicado a esta pesca. Este armador lleva toda su vida en el mar, desde que era chico. «Casi toda mi vida la he dedicado a faenar. Los últimos diez u once años he estado como responsable, pero ahora he decidido dar el paso y trabajar para mí», explicó. Él, mejor que nadie, sabe lo sacrificado que es esta profesión, «pero es lo que sé hacer mejor», confiesa. Junto a él lleva a otros cuatro trabajadores. «Esto es cada vez más complicado, comenzando por los propios títulos que necesitas para dirigir el barco, y terminando por las cargas fiscales de toda índole. Antes no era tan difícil», añadió.

Julián Gallego, pescador de artes menores de casi 60 años, está preparando para sus tres hijos una embarcación de otros quince metros de eslora y de la misma modalidad que ha trabajado hasta ahora. El patrón será el menor, Antonio José, que pronto cumplirá los 18 años. El barco se llamará 'Hermanos Gallego Godoy'. También se dedicará a la pesca del camarón con nasa.

«Este barco estaba preparado para el cerco, pero lo estamos preparando para artes menores, que es la que entiendo yo y mis hijos. Cuando salga a la mar habrá invertido cerca de 165.000 euros, de los que espera recibir parte en ayudas de las administraciones.

Antonio José está estudiando para sacarse los títulos de patronía, competencia marítima y salvamento, entre otros. «He elegido quedarme en este trabajo, porque, además de que me gusta, es lo que sé hacer», añadió el joven. Espera que para finales del mes que viene o principios del otro tenga el barco ya en el mar. Entonces creará otros cuatro puestos de trabajo.

Diez metros de eslora

Más lejos de ver hecho realidad su sueño está El Chano, como quiere que le llamen. Con sus propias manos prepara en los muelles de la Cofradía una embarcación de diez metros de eslora, con la que creará otros tres empleos. También será de artes menores.

Normalmente, en esta modalidad de pesca, los profesionales del mar usan barcos de pequeña eslora para faenar cerca de la costa, pero «en los últimos años la tendencia está cambiando y los barcos de la flota son cada vez más grandes, para poder ir más lejos», contó el patrón mayor de la Cofradía, Bartolomé Navarro, quien está de enhorabuena con las últimas incorporaciones, «ya que no las había desde hace más de una década». Los otros dos barcos son los atuneros que el Grupo Ricardo Fuentes e Hijos tenía en el puerto de la localidad tarraconense de L'Ametlla de Mar, y que desde octubre están en el puerto de pescadores, debido al 'procés'.

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