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De izquierda a derecha y de arriba abajo: Gloria Moya, vecina de Las Seiscientas; Leandro Sánchez, presidente de la Federación vecinal; David Martín, presidente de Asociación de Vecinos de La Palma; y Juan Gómez (Las Seiscientas). Fulgencio Sánchez (Sector Estación); Francisco Rodríguez (vicepresidente); Natalia Andreu (vecina de Pozo Estrecho); Sonia Montoya (Pozo Estrecho); y Teodosio Romero (Torreciega). Y Eduardo Carrasco (Barrio Peral) y Luis Palazón (José María Lapuerta). Detrás, la estación de trenes de Cartagena (izquierda) y El Hondón. PEDRO MARTÍNEZ / AGM
¿Por dónde hay que meter el AVE?

¿Por dónde hay que meter el AVE?

La descontaminación de El Hondón, pendiente de proyecto, y el efecto 'muro' en los barrios complican el debate sobre la integración urbana. Partidos, vecinos y empresarios discrepan sobre la mejor fórmula para la llegada del tren a la ciudad

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Domingo, 27 de mayo 2018, 18:23

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Después de años de retrasos, en concreto doce desde la firma del convenio para la llegada del tren de alta velocidad a la ciudad -diecisiete desde el Pacto del AVE firmado en el Palacio de San Esteban por los presidentes de la Región de Murcia, Castilla La Mancha, Valencia y Madrid-, Cartagena tiene mañana una relevante cita con su futuro ferroviario. En la misma semana de las protestas por las averías, la lentitud y la incomodidad de la línea de media distancia con Murcia, que seguirá siendo de tipo Regional y no de Cercanías hasta electrificar la red, la ciudad sigue enredada en el debate sobre la mejor fórmula para la integración urbana del AVE. Ésta debe ser decidida en Madrid, en la sede del Ministerio de Fomento, a través del Consejo de Administración de la sociedad Cartagena Alta Velocidad.

La situación de los terrenos de El Hondón, que pasados también diecisiete años desde el cierre de la fábrica de abonos y fertilizantes Potasas y Derivados sigue sin un proyecto de descontaminación, ha complicado el análisis sobre las opciones planteadas por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) del Ministerio. La planificación es conectar Cartagena con Madrid y el Mediterráneo en el año 2023, si el tren circula en superficie a su llegada a la ciudad, previa inversión de 47,7 millones; o enlazarla en el año 2025, si los convoyes transitan bajo tierra, tras un desembolso de 136,6 millones.

El Ayuntamiento, una de las instituciones que forman el Consejo junto a la administración central del Estado y la Comunidad Autónoma, tiene previsto solicitar a través de la alcaldesa, Ana Belén Castejón, del PSOE, que el tren llegue soterrado. El Gobierno regional de Fernando López Miras, del PP, defiende una solución provisional en superficie, hasta la Plaza México, o retomar el proyecto de construir una terminal en la zona de Mandarache, como han reclamado los empresarios a través de la patronal COEC. El principal argumento es «no condicionar la llegada del AVE a la descontaminación del Hondón», porque es un proyecto clave para el impulso socioeconómico.

La novedad municipal es que Castejón planteará elegir la opción de meter bajo tierra las vías en El Hondón, para que los convoyes desemboquen en la actual estación; o encargar otro estudio técnico, para evaluar la viabilidad de una propuesta recién lanzada por una plataforma ciudadana. Para consolidar su posición, debilitada a nivel político por el hecho de estar en minoría en la corporación municipal (el PSOE tiene seis de los veintisiete concejales), Castejón intentará que se permita entrar a un representante de la Federación de Asociaciones de Vecinos. Éste daría voz, en especial, a los seis barrios que temen un 'efecto muro' como el denunciado por los vecinos de Murcia, tanto si se opta por el soterramiento desde Torreciega, como por una entrada en superficie, aunque fuera temporal.

Se trata de Barrio Peral, José María Lapuerta, Virgen de la Caridad, Torreciega, San Ginés y Sector Estación. Este diseño, acogido a última hora por Castejón, fue auspiciado por su exsocio de gobierno, MC, con quien volvió a pactar hace unos días para poder aprobar los Presupuestos del Ayuntamiento de este año.

Reforzada al haber sacado adelante esas cuentas, aunque criticada por la oposición por no haber buscado un frente político y social lo más amplio posible (en el gabinete de la alcaldía reconocen estar sorprendidos por la rapidez en la convocatoria del Ministerio), la primera edil intentará matizar el discurso popular de que el AVE debe llegar cuanto antes. Defenderá que también es necesario que el tren llegue bien. Ese mismo argumento emplea el presidente vecinal, Leandro Sánchez.

En el Partido Popular el portavoz municipal, Francisco Espejo, subraya que el acuerdo alcanzado por las tres administraciones en el año 2016 recogía la llegada en superficie a la actual estación.

El PP pide no dar «bandazos»

Los populares, que dejaron entonces atrás su opción de Mandarache, señalan que «en ningún momento» ni ella ni el entonces alcalde, José López, pidieron el soterramiento de las líneas. Por eso, Espejo pidió a la regidora «coherencia y responsabilidad», en lugar de «ir dando bandazos». López dice que solo ofreció la llegada en superficie como una solución provisional para que el AVE llegara a la Región por Cartagena ante los problemas del soterramiento en Murcia.

Y Leandro Sánchez reclama que, «después de tantos años de retrasos, instituciones, partidos y colectivos sociales, todos, hagamos un esfuerzo por buscar el consenso, en un momento clave para planificar un municipio sin divisiones urbanísticas». Añade que Cartagena afronta ahora el reto de elaborar el nuevo Plan General Municipal de Ordenación Urbana y el de impulsar el Corredor Mediterráneo de mercancías. Sobre esto último, apostó por desviar la línea desde La Palma hasta Los Camachos, futura sede de la Zona de Actividades Logísticas (ZAL), y desde ahí realizar una bifurcación. En ese nudo logístico, que podría ser financiado por la Autoridad Portuaria de Cartagena, las mercancías irían hasta el puerto de Escombreras, previa circunvalación en Alumbres; y los pasajeros, a través de El Borricén, hacia Cartagena, donde el trazado sería soterrado a partir del Parque de Seguridad. En la Plaza de México confluirían, en una terminal intermodal, los trenes convencionales, el AVE, el Ferrocarril de Vía Estrecha (FEVE) y el autobús, lo que liberaría espacio en Los Mateos y Santa Lucía. Todo eso está cerca de la zona turística, del puerto y la Universidad.

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