El PP exige a Castejón un plan de inversiones en los barrios deprimidos y otro en el centro

Así lo destacó ayer a 'La Verdad' el portavoz municipal del PP, Francisco Espejo, quien dijo que su grupo «no será un obstáculo para la gobernabilidad» de Cartagena, pero tampoco dará «un cheque en blanco» a Castejón y a la nueva edil de Hacienda, Carmen Martín. Castejón, dijo Espejo, debe ser quien «llame» al PP, puesto que la formación popular ya planteó «muchas» enmiendas en los dos primeros años de legislatura, y todas ellas fueron rechazadas. Para las cuentas 2016 y 2017, al equipo de gobierno le bastó con el «sí» de los tres representantes de Ciudadanos.

Ahora, los seis ediles socialistas necesitan los votos de otros ochos miembros de la corporación, para alcanzar los catorce de la mayoría absoluta -el Pleno tiene 27 representantes-; eso, siempre en un hipotético escenario de rechazo por parte de Podemos y MC, formación con la que en todo caso Castejón ha asegurado que tratará de dialogar.

Francisco Espejo criticó la apelación de la alcaldesa a la «responsabilidad» de los grupos de la oposición, en lo que tiene que ver con el PP. Así, señaló que su grupo siempre ha actuado bajo ese principio, «y no como ella, que solo por alcanzar el poder firmó un pacto contranatura con MC; guardó silencio ante los insultos y amenazas de José López a la oposición, a los funcionarios y a los periodistas; y, lo peor, aceptó todas las decisiones políticas del exalcalde de las que ahora reniega, como si no hubiera formado parte del gobierno desde junio de 2015».

Entre las prioridades que el PP, que hará valer su condición de principal partido de la oposición y el más votado en las últimas elecciones (obtuvo 27.000 votos) entiende que deben marcar la agenda del Consistorio este año están el concretar un programa de modernización de Los Mateos, Santa Lucía, Lo Campano, San Antón y Barriada Virgen de la Caridad (Las Seiscientas), a nivel urbanístico, de infraestructuras y de servicios públicos, dentro de una política general de refuerzo de las inversiones en los barrios y diputaciones.

«Algunos dirán que el PP dejó muchas cosas sin hacer en el cinturón de la ciudad, pero también hicimos muchas cosas y es la hora de retomar la mejora en la atención a miles de personas que, quizás porque viven en zonas sin junta vecinal, han sido descuidadas por la administración local», argumentó Espejo. Y recordó que su equipo planteó destinar en el último ejercicio 1,2 millones de euros para la periferia urbana, teniendo en cuenta entre otras cosas que hay pendientes «grandes temas de ciudad» como la integración de la «fachada marítima» de Santa Lucía en la trama urbana de Cartagena; el desarrollo de los planes urbanísticos especiales de ese entorno, de San Antón y de Los Mateos, que quedaron fuera de la revisión del Plan General de 2012 -tumbado no obstante por la Justicia y al que ha sustituido de forma temporal el de 1987-; y la renovación de un área muy poblada como Las Seiscientas.

En el área del casco histórico, el PP ve necesario actuar al menos en la urbanización de cuatro zonas este año, siempre «respetando los hallazgos arqueológicos» y con el objetivo de dinamizar la actividad económica, el turismo y la repoblación de la zona. Dos de los lugares señalados por el PP son la Plaza de la Merced, «para que el Lago siga los pasos de la exitosa remodelación de la Plaza de San Francisco» en la legislatura anterior; la Plaza de las Tres Culturas, para conectar precisamente el Lago y el barrio universitario con el campus de la Muralla, «dando una solución al actual aparcamiento al aire libre y planificando usos acordes con un entorno peatonal y donde se realizará la excavación del Anfiteatro, en la antigua plaza de toros».

También ven necesario los populares mejorar los accesos al Parque Torres desde la Plaza de San Ginés y la calle Cuatro Santos, para la que también reclaman un lavado de cara; e impulsar la reurbanización del Monte Sacro y del Molinete, para superar el «estancamiento» de la última etapa de la Sociedad Municipal Casco Antiguo, que será liquidada este año por su deuda y sus problemas de viabilidad económica.

De igual forma, el Grupo Popular apunta la necesidad de realizar una rebaja fiscal, con bonificaciones para empresas y vecinos. La propuesta está siendo ultimada por el equipo de Espejo, quien apuesta por «dejar el dinero en el bolsillo de los cartageneros y favorecer la creación de empleo», en lugar de generar ingresos que acaban en superávits no invertidos en obras, por el retraso en la contratación de proyectos. Una vez que el Ayuntamiento ha salido del plan de ajuste impuesto por el Ministerio de Hacienda, «para no tener más gastos que ingresos», hay aprovechar la liquidez para impulsar la actividad económica.