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Decenas de turistas en la explanada del puerto, algunos de ellos subidos a las gradas, durante un momento del Desembarco de la Armada Romana.
Los 'invasores' llegan en tres cruceros

Los 'invasores' llegan en tres cruceros

Casi ocho mil turistas desembarcan en la ciudad en el día festivo y llenan terrazas y comercios. Muchos comerciantes logran triplicar sus beneficios en las siete horas de escala de los buques repletos de ingleses y holandeses

Antonio López

Sábado, 24 de septiembre 2016, 00:47

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En el día grande de las fiestas de Carthagineses y Romanos, las cuantiosas legiones navales que al mando del general Publio Cornelio Escipión venían dispuestas a tomar la ciudad se vieron superadas por otros 'invasores' mucho más numerosos: los 7.829 pasajeros de los tres cruceros que hicieron escala en la ciudad, en otro destino más de los muchos que tienen en sus vacaciones por el Mediterráneo. Los visitantes llenaron por completo las principales calles del casco histórico, recorrieron monumentos, disfrutaron de las terrazas de los bares y cafeterías, se dejaron miles de euros en compras y, además, gozaron con la presencia de personajes ataviados de época, como los que hasta ayer la inmensa mayoría de ellos solo había visto en las grandes producciones cinematográficas dedicadas a la Roma Imperial.

Ingleses y holandeses, mayoritariamente, llegaron en el 'Independence of the Seas' (4.375 pasajeros), en el 'Celebrity Equinox' (2.852 pasajeros) y en el 'Saga Pearl II' (con 602), cuando las legiones aún no había hecho acto de presencia en el centro histórico. Poco a poco fueron ocupando calles y plazas, llenando bares y tiendas, como la de zapatos Kanna, que dirige Míriam Garrido. La suya está en la calle Mayor, por donde a mediodía apenas se podían dar dos pasos seguidos sin tropezar con alguien. «Con tanto turista, al final algo pillamos. Tanto es así que con respecto a un día normal, podemos llegar a triplicar nuestras ventas. A los visitantes, les gusta mucho entrar, ver e incluso oler la piel. Hay muchísimo movimiento», contó.

La gran mayoría de los negocios hicieron buena caja, no solo los del eje Puerto-Plaza de España, sino también los de otros rincones del casco antiguo. La hicieron hasta los que no tienen un local, como Iván Jiménez Urquízar, que con su cámara minutera, se colocó en la Plaza de San Francisco a hacer fotos de época. «La verdad es que ha ido mucho mejor de lo que yo me pensaba. A veces los turistas de los cruceros no se paran, pero hoy [por ayer para el lector] ha ido bastante bien», reconoció.

El ambiente festivo ayudó a que en cada rincón del centro se dejara notar la presencia de los visitante. El momento de mayor aglomeración ocurrió cuando las Legio II Navalis Sexto Digicio y la Cayo Lelio y Pueblo de Massalia llegaron al puerto a bordo del remolcador 'Glacial'. El vocerío de los romanos y el ruido de sus espadas al chocar contra sus escudos, unido a la bocina de la embarcación al acercarse a la escalinata real, hizo que se agolparan decenas de turistas al cantil del Muelle. Subidos al escenario y a las gradas del auditorio instalados en el puerto inmortalizaron un momento, para ellos, de película.

Los valerosos guerreros se vieron, incluso, intimidados en el momento del desembarco, cuando los impetuosos turistas se agolparon contra ellos. Los flashes y los codazos por obtener la mejor instantánea dejaron paso al desfile de las legiones por un pasillo humano que conducía a la Plaza de los Héroes de Cavite.

Museos con colas

Las aglomeraciones ya no cesaron en toda la mañana, ni siquiera cuando las legiones llegaron tras su desfile a la Plaza San Francisco, donde sobre la una de la tarde, ya no cabía un alfiler. En el bar restaurante La Glorieta 470 no quedaba ni una mesa libre. Los camareros no daban abasto. «Se hace difícil que vengan los turistas por aquí, porque siempre se quedan en la calle Mayor. Solo actos como este logran que hagamos algo de caja. Aún así estoy contentan con el resultado de la jornada», según la gerente del local, Luisa García.

Los que no quisieron seguir a las legiones optaron por visitar los museos de Puerto de Culturas. En el Teatro Romano y el Foro del Barrio Romano hubo colas para hacerse fotos con festeros vestidos de época.

Otros se fueron de tiendas. Las que más aglomeración tuvieron fueron las perfumerías y las de artículos de recuerdos y regalos, sobre todo las ubicadas en la Plaza del Ayuntamiento y la Calle Mayor. Las de zapatos y complementos también tuvieron una gran acogida, pero no solo las ubicadas en las zonas más transitadas, sino también en otras calles, como la de San Miguel. Allí está la de José Paños, Todo a 10 Euros. «Aquí también pillamos algo, tanto que hasta llegamos a triplicar nuestras ventas. Ojalá llegaran más cruceros a diario», opinó.

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