El equipo de voluntarios de la Hospitalidad atiende a dos mujeres junto a la Avenida de Víctor Beltrí. Antonio Gil / AGM

Cáritas, Cruz Roja y la Hospitalidad cuidan de que los 'sin techo' pasen menos frío

Veinte voluntarios se suben a tres furgonetas para atender cada noche, por turnos, a personas que viven en la calle y en chabolas

Eduardo Ribelles

Cartagena

Jueves, 7 de diciembre 2017, 08:55

Todos los días, entre las siete y las ocho de la tarde, una furgoneta se pone en marcha con media docena de personas dispuestas a dar calor humano, atención sanitaria y social, víveres, ropa de abrigo, utensilios de aseo y todo aquello que demandan las personas sin hogar o que residen en chabolas del casco urbano y de los barrios más populosos de Cartagena. El dispositivo, organizado por el Ayuntamiento para paliar los efectos del frío entre los más humildes y desfavorecidos, cuenta este año por primera vez con tres organizaciones no gubernamentales que se movilizan de forma coordinada para garantizar que ningún día de la semana falta quien les conforte. A Cruz Roja y Cáritas se les ha unido la Hospitalidad de Santa Teresa, bajo la coordinación de la mesa municipal que dirige la edil de Servicios Sociales, Carmen Martín del Amor, y en la que se ha conseguido una gran compenetración.

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Una docena de personas sin techo y que se refugian en cajeros automáticos y en los soportales de algunos inmuebles, entre otros lugares, recibe asistencia desde que, hace diez días, llegaron las bajas temperaturas. A ellos se unen otros doce o quince individuos más, a los que se ayuda porque, aunque tienen donde cobijarse, viven en chabolas en unas condiciones muy precarias.

  • indigentes reciben la ayuda de las unidades móviles de las organizaciones no gubernamentales En años anteriores eran más de 60.

  • 15-20 personas más, residentes en chabolas y casas en muy malas condiciones, reciben también asistencia en los lugares en los que viven.

  • Sobre todo son hombres La proporción de mujeres es muy escasa, respecto a la de hombres, que es mayoritaria.

  • Alrededor de 40 años de edad Escasean las personas de edad avanzada. Sobre todo son personas de entre 35 y 45 años.

  • Abuso de la bebida Por sus circunstancias vitales y más en épocas en las que hace mucho frío, es habitual encontrar a estas personas bebidas.

  • Tienen animales Para tener compañía, suelen estar acompañados de perros. La Hospitalidad estudia hacerse con jaulas para albergarlos, si sus dueños deciden acudir a su residencia en San Antón.

Cruz Roja se ocupa del servicio los lunes, los miércoles y los viernes. A las siete de la tarde arranca su vehículo adaptado, con seis personas a bordo. «El recorrido suele ser siempre el mismo. Repasamos el centro urbano, desde el casco antiguo hasta el Ensanche, la zona de Mandarache y alternamos algunos barrios, como Los Dolores», explicó el coordinador del servicio de voluntarios de esta organización, Francisco Martínez. Para atender a todo aquel que lo necesite, hay una comunicación continua con la Policía Local. «Avisamos a quienes están en la jornada de tarde y noche, para que nos informen de dónde están las personas que pueden precisar de nuestra asistencia. Ellos siempre nos dan novedades. También nos proporcionan protección, si algún indigente se pone agresivo», añadió Martínez.

Servicios Sociales logró reducir a menos de la cuarta parte el número de individuos sin hogar

Este año no ha habido ningún incidente. Las personas sin hogar aceptan de buen grado las mantas, el café caliente, los zumos, los bocadillos y los 'kits' de alimentación para 48 horas que les entregan los voluntarios. «Ahora, con tanto frío, incluso conseguimos vencer la resistencia que suelen manifestar ellos a que les llevemos a las residencias de la Hospitalidad de Santa Teresa y de Cáritas a pasar la noche», apuntó el coordinador.

Nueva residencia

Las instalaciones de la institución diocesana, inauguradas recientemente en la calle Miguel de Unamuno, completan con sus quince plazas un dispositivo que ya estaba bien cubierto con las más de 100 de la Hospitalidad de Santa Teresa. «Efectivamente, se está consiguiendo que estas personas accedan a pasar la noche bajo techo», apuntó Juan Vicente Ros, que gestiona la parte de operativo que depende de Cáritas.

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«Nosotros nos encargamos de dar servicio, los jueves y los domingos. Incorporamos a un técnico, a un trabajador social, a un sanitario y a un voluntario que les ayuda», describió. Así, no solo se ofrece a las personas sin hogar la comida, la bebida y la ropa de abrigo que piden. También se comprueba su situación y se realiza una aproximación para ver si es posible sacarlas de la indigencia. Se trata de complementar el trabajo que se ha realizado en los últimos dos años, bajo la supervisión de técnicos del Ayuntamiento, y que «ha permitido reducir mucho el número de personas que siguen en esta precaria situación», admitió Ros .

De los entre 50 y 60 individuos que en años precedentes se veían obligados a vivir en la calle se ha pasado a menos de la cuarta parte. Lo que no ha cambiado es su perfil personal. En su mayoría son hombres, de una media de 40 años de edad. Su origen es heterogéneo. «Yo diría que se dividen al 50% entre españoles y extranjeros y, entre estos últimos, hay tanto europeos como africanos», subrayó Manuel González, de la Hospitalidad de Santa Teresa. Abundan los que abusan de la bebida. Y muchos suelen tener magulladuras, moratones causados por golpes, cortes y llagas por la mala calidad de la ropa y del calzado que llevan. «Por eso, solemos curarles o intentamos trasladarles para que les curen. También llevamos zapatos. Completamos nuestro equipo con cosas que pueden necesitar, como ropa interior y compresas, esto último evidentemente para las mujeres», apuntó González.

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Asistencia a las prostitutas

La unidad móvil de la Hospitalidad de Santa Teresa se incorporó en septiembre al servicio de asistencia a los indigentes. Cruz Roja lo presta todo el año y Cáritas se une, tradicionalmente, cuando llega una ola de frío. Este año lo hizo hace aproximadamente un mes. La institución con base en San Antón incluye un enfermero entre los seis voluntarios que se desplazan en furgoneta por toda la ciudad, los martes y los sábados. Salen a las ocho y, al igual que los otros dos equipos, suelen acabar a la una de la madrugada. Además de asistir a los indigentes, allí donde se encuentren, les ofrecen la posibilidad de trasladarles a su residencia. Las previsiones son que durante los meses que dure el frío, esta temporada, acoja a alrededor de 300 personas.

Además de asistir a los índigentes, la Hospitalidad han añadido un servicio nuevo. «Entre las doce y la una de la madrugada, cuando hemos acabado la ronda para ayudar a los 'sin techo', nos desplazamos al entorno de la Cofradía de Pescadores y luego al de la grúa Sansón, En esas dos paradas, ayudamos a las prostitutas que pasan toda la noche allí. Les damos algo de comer y bebidas calientes, sobre todo» informó González.

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Se trata de un operativo de emergencias, que es necesario pero no suficiente. El Ayuntamiento continuará con la ardua tarea conseguir que las personas a la que se asiste, noche a noche, acudan a los servicios sociales para encauzar su vida y que cada vez sean menos las que necesiten este tipo de ayuda.

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