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Una mujer pasa junto a una brigada que poda una palmera, este mes, en la plaza de la Merced. lv
La burocracia bloquea desde 2014 las mejoras que necesitan los jardines

La burocracia bloquea desde 2014 las mejoras que necesitan los jardines

El retraso de cuatro años obliga al Ayuntamiento a paliar con costosos 'parches' las lagunas de un servicio que se ha quedado obsoleto

Eduardo Ribelles

Cartagena

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Domingo, 20 de mayo 2018, 09:11

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Cientos de miles de nuevas plantas, entre especies arbustivas y de flor, y el despliegue, controlado telemáticamente, de decenas de jardineros durante miles de horas extraordinarias, para podar, regar, cuidar y limpiar los jardines municipales que ahora reciben menos atención. Eso es lo que se han perdido los vecinos de todo el municipio por el retraso de cuatro años en la contratación de un nuevo servicio de mantenimiento de zonas verdes. Además, la incertidumbre sobre el futuro obliga al Ayuntamiento a gastar de más, cada año, en contratos 'parche' como el de las zonas verdes del extrarradio. Hay uno de cien mil euros a punto de salir.

La extrema cautela de los técnicos está detrás de las demoras. El área de Contratación inspecciona, desde enero, las ofertas mejor puntuadas técnicamente de las 18 presentadas en 2017. Se trata de comprobar si incurren en una baja temeraria, es decir, si ofrecen servicios imposibles de prestar por el precio que les ponen.

Asimismo, en la alcaldía tienen presente el parecer de la oficina jurídica municipal sobre el recurso contencioso presentado por Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Esta mercantil administra el servicio y se ha presentado para repetir. Sin embargo, acudió al juzgado para oponerse a la anulación de un pliego anterior, en 2015, al cambiar la fórmula de valoración de las ofertas.

Tras aquella suspensión del procedimiento, hubo otra más el año pasado por defectos formales que fueron recurridos, en esa ocasión, por la asociación de empresas del sector de jardines. A la tercera podría ir la vencida, aunque para ello haya que esperar todavía más tiempo.

En el nuevo pliego se consigna un presupuesto de salida de 9,7 millones de euros para los dos próximos años, por cuidar 873.000 metros cuadrados de jardines. De ellos 721.000 están en el casco urbano y en distritos sin junta vecinal y 152.000 dependen de estos organismos. El litoral del Mar Menor queda fuera. Hay una novedad que ha generado controversia entre las empresas presentadas. Se trata del apartado de mejoras tanto en la plantación de vegetación arbustiva y con flor como en las horas extra en el mantenimiento general, sin establecer ningún límite. Varias empresas han echado ahí el resto. Hay tres en concreto que han ofrecido cantidades ingentes de plantas (hasta seis millones en uno de los casos). En todos ellos hay cientos de miles de horas extraordinarias, a dividir entre los dos años.

Un concurso o una subasta

Las mercantiles más conservadoras consideran que el concurso se ha convertido en una subasta. Además, que no se tiene en cuenta la experiencia de las empresas en el sector ni los recursos personales y materiales para cumplir el contrato.

Por detrás de las ofertas con más mejoras está FCC, que está a punto de cumplir diez años con un contrato más que obsoleto. Ochenta trabajadores mantienen, desde 2009, 700.000 metros cuadrados de zonas verdes. Sin embargo, su labor sufre algunas lagunas en aspectos que no figuran en el contrato de 2009, que el Ayuntamiento tiene que cubrir con encargos aparte o que se quedan sin satisfacer.

Destaca la ausencia de 200 árboles que fueron talados y no repuestos. También que la mayoría de los 8.000 ejemplares que hay en calles y plazas reciben la mínima atención imprescindible para evitar la afección a las fachadas de los edificios o que sufran una enfermedad grave.

Asimismo, hay podas que FCC no realiza y que el Ayuntamiento contrata por su cuenta. Esta primavera ha habido, al menos, una en la Ronda Ciudad de la Unión. También FCC, con el paso de los años, ha asumido algunas tareas que no le correspondían según el contrato. Así, sus trabajadores se hicieron cargo de las zonas verdes de la calle Luis Calandre y también del jardín inaugurado hace un año junto al Palacio de Deportes.

A esas lagunas se une la ausencia de mejoras operativas y de control del servicio que figuran en el nuevo contrato todavía por adjudicar, pero no en el antiguo. Destaca el sistema de geolocalización, con cuya puesta en marcha se podrá diseñar los trabajos en un calendario mensual o incluso anual. Dos inspectores podrán saber, al segundo cada día, si los equipos dotados de dispositivos de GPS están en el lugar asignado y cumplen con las tareas establecidas.

Asimismo, el nuevo contrato unifica el servicio en el casco urbano y en las áreas limítrofes, con las tareas en los barrios y diputaciones en demarcaciones controladas por las juntas vecinales, que hasta ahora siempre han caído en manos de empresas distintas. Eso permitiría más flexibilidad en el despliegue, con la coordinación y el control electrónico adecuados. En el Ayuntamiento confían en que todo esto pueda estar en funcionamiento este año.

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