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Antonio López
Miércoles, 24 de mayo 2017, 00:38
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Los científicos del Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) 'Hespérides' regresaron ayer de su expedición de la Antártida, la trigésima en la que participa España, cargados con miles de datos, con los que tendrán que explicar ahora por qué se han encontrado menos hielo en el Polo Sur. Cinco meses y medio rodeados de la belleza del continente austral les ha servido, además, para indagar sobre las causas y efectos del cambio climático y sobre la posible influencia del hombre en él. Tras ello, el objetivo será concienciar a la sociedad de la importancia de cuidar el planeta.
A las once menos cuarto, el buque, con 55 marinos y una treintena de científicos, atracó en los muelles del Arsenal Militar de Cartagena, donde les esperaban casi un centenar de familiares y amigos. Como portavoz de la expedición actuó el capitán de fragata Aurelio Fernández Dapena, quien confesó que «en esta campaña no han visto tanto hielo como en otras ocasiones». La causas, dijo, tendrán que ser esclarecidas por los investigadores, aunque añadió que el grosor «puede variar de un año para otro».
Sobre esta asunto recogieron muestras los investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, que a lo largo de este tiempo analizaron el espesor de hielo de los glaciares en la isla de Livingston y las descargas de hielo al océano en forma de iceberg, algo, que según los expertos, contribuye al aumento del nivel del mar.
Treinta años
A este proyecto se sumaron otros. Uno de los más destacados fue el que llevaron a cabo las universidades de Baleares y del País Vasco, con participación de la Universidad Austral de Chile, que se centró en conocer cómo afecta la actividad del hombre en la zona a través del estudio de especies de plantas especialmente resistentes a situaciones de estrés ambiental y de otras invasoras.
«La navegación ha sido interesante, dura y con un tiempo variable», resaltó el capitán de fragata, que contó como anécdota que tuvieron que ayudar a un velero holandés con ocho personas a bordo, porque «había 60 nudos de viento y no podía navegar». «Le dimos remolque toda la noche hasta que el temporal pasó», y señaló que ocurrió cerca de la base antártica española Juan Carlos I, en la isla de Livingston.
Precisamente, el mal tiempo en algunos tramos del viaje fue lo que resaltó el cabo Segundo Víctor Hugo Monrroy. «Tengo poco tiempo de disfrutar de mi mujer e hijos, porque en quince días partimos, esta vez, para Canarias», dijo, avanzando la próxima expedición.
Quien también le acompañará será su compañero, el cabo primero Juan Antonio García. Cuando desembarcó, lo primero que hizo fue abrazar a su mujer, Bibiana Aveiga, éste y a su hija de tan solo dos meses, Iria García. «Se ha hecho muy duro. No puedo describir la alegría que tengo ahora mismo al conocer a mi hija», logró decir entre lágrimas.
Para Miguel Ángel Nuñez, marinero, la estancia en el 'Hespérides' ha sido una experiencia «inolvidable», y «llevadera», porque «todos formamos una gran familia» y porque casi todos los días podía hablar por internet con su novia, Rocío Hinojosa.
A su llegada, el barco fue recibido por el Almirante de Acción Marítima, el vicealmirante Manuel de la Puente Mora-Figueroa; el secretario general de Ciencia e Innovación, Juan María Vázquez; y el presidente regional, Fernando López-Miras, en el que fue su primer acto público en Cartagena, al margen de la Asamblea Regional, desde que fue investido presidente el pasado 29 de abril.
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