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Rosa Manrubia, en su despacho profesional.
«Soy una inconformista que busca cambiar la Justicia desde dentro»

«Soy una inconformista que busca cambiar la Justicia desde dentro»

Rosa Manrubia Navarro. Abogada. La letrada cartagenera, muy activa contra las reformas del Gobierno, aspira ahora a presidir la Confederación Española de Jóvenes Abogados

José Alberto González

Martes, 13 de diciembre 2016, 13:05

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Lleva siete años en la profesión, que ejerce en su ciudad natal junto a su compañero César Delicado, en el despacho Delicado-Manrubia. Pero atesora ya una experiencia de tres como secretaria de la Asociación de Jóvenes Abogados de Cartagena y dos como vocal de la Junta Directiva de la Confederación Española de Abogados Jóvenes (CEAJ). Ahora, Rosa Manrubia, especialista en Derecho Laboral y Tecnológico, de 36 años y casada, aspira a convertirse en la presidenta de la confederación, para lo que busca el apoyo mayoritario de los presidentes de las 63 asociaciones juveniles integradas en otros tantos colegios de letrados del país. Las elecciones serán el 15 de diciembre en la sede del Colegio de Murcia. Destacada miembro de la 'Brigada tuitera', lucha contra las políticas del Ministerio de Justicia pero advierte de que su candidatura destaca porque no hay «nadie con carné político».

- ¿Qué destacaría de sus tareas de representación y por qué opta a un nuevo cargo nacional?

- En Cartagena hemos hecho cosas interesantes en temas de formación y de convenios, y hemos contribuido a dinamizar el Colegio. Y fueron mis compañeros de la confederación quienes me animaron a presentarme a la presidencia. Para mí fue un vendaval. No lo tenía en mente, pero vi que era mi momento por edad, porque tengo mucho que aportar a la abogacía joven nacional y porque puedo posicionar al Colegio de Cartagena y a los pequeños en el mapa nacional de la representación institucional. Hemos dado la batalla contra la implantación de la Ley de Servicios Profesionales, que suponía la eliminación de nuestro colegio; y contra la Ley de Planta, que suponía la eliminación de nuestro Palacio de Justicia. Y el hecho de poder ocupar la presidencia de la CEAJ daría, en especial, un empujón a todos los colegios pequeños en las batallas que tenemos planteadas.

- ¿Qué asuntos le preocupan del día a día en los jugados?

- En Cartagena, vemos las carencias en medios humanos y materiales. Lo hemos dicho hasta la saciedad: faltan juzgados en esta ciudad. Nos falta otro juzgado de Familia y no tenemos ni uno de Menores ni uno de Mercantil. Los juzgados de instrucción están saturados. No puede ser que interpongamos unas medidas provisionales en el Juzgado de Familia y nos estén señalando a seis u ocho años vista. No puede ser que tengamos un asunto de Menores y nos tengamos que ir a Murcia. Eso es inconcebible. Y lo que tampoco puede ser es que, con los recortes en Justicia, un profesional esté de baja y no cubran esa baja. La falta de medios en un partido judicial con 400.000 habitantes es sangrante. Además, una de las mayores preocupaciones que nos afecta a corto plazo es la concentración de juzgados de violencia contra la mujer en todo el territorio nacional. Ya se ha llevado a cabo en Cataluña, y ahora asistimos a esa posible concentración en nuestro partido judicial, que asumiría el de San Javier. Como letrada adscrita al turno, lo observo con especial desazón.

- ¿Qué expectativas tiene respecto al nuevo Gobierno, que mantiene como ministro a Rafael Catalá?

- A mí me consta que se nos escucha. La abogacía joven tuvo un papel protagonista como iniciador contra la Ley de tasas judiciales. La primera protesta que hubo en Cartagena contra la reforma de Gallardón fue la que organizó la Confederación. Y nos consta que, en las redes sociales, el ministro Catalá nos lee. A partir de ahí, esperamos que nuestras reivindicaciones sean atendidas.

- ¿Qué reclaman para el turno de oficio?

- Que la figura del abogado sea dignificada. El Ministerio nos trata como proveedores de servicios, cuando somos profesionales con una función social y una labor para la Administración reconocida en la Constitución. Por un divorcio, cobramos 90 euros. Por un juicio penal, completo, 200. Y por un juicio rápido, 240, si incluye asistencia en la Comisaría. El baremo actual es ridículo, está sin actualizar desde 1996. No estamos dignamente retribuidos, amén de que se nos paga tarde y mal. Podemos hacer entre 100 y 120 kilómetros. Y, cuando estamos de guardia para los detenidos en los pueblos, la retribución por módulo es la misma: 113 euros brutos. Y son guardias de 24 horas. Nos pueden llamar de madrugada.

- ¿Cómo enfoca su presencia en las redes sociales de internet?

- Las redes te dan presencia, visibilidad, y te sitúan en el mapa de la abogacía nacional. Son un medio gratuito, no nos tenemos que gastar dinero en marketing. Somos nosotros mismos los que dirigimos nuestras campañas. El retorno del tiempo invertido es en términos de información y formación. También está el networking, el contactar con compañeros de toda España que te tienen como referencia en tu localidad. Yo, actualmente, tengo muchísimas colaboraciones con despachos de fuera gracias a esa actividad y esos contactos profesionales continuados. Pero lo más importantes es que logramos visibilidad para los problemas de los abogados jóvenes en el día a día.

- ¿Qué respondería a las críticas de que estos cargos institucionales son, en realidad, plataformas de promoción profesional?

- Esa crítica es continua. Nuestra candidatura se ha comprometido a no tener servilismos ni intereses particulares. Se critica que, si dedicas mucho tiempo a esto, es para lograr una proyección profesional. Pero, realmente, lo que hay es un sacrificio y un esfuerzo que no todo el mundo está dispuesto a asumir. A mí me gustaría que esas personas que critican se remangaran y comprobaran si este tiempo tiene un retorno real en forma de una promoción que te lleve al éxito. Muchas veces es lo contrario. De todas formas, yo soy inconformista e idealista y seguiré buscando el cambiar la Justicia desde dentro.

-¿Qué distingue a su candidatura?

- Que somos independientes. Hay abogados de nueve provincias y ninguno tiene carné político. Solo hay un compromiso de servir a los intereses de la profesión y los ciudadanos. Además, vemos los problemas desde la base de la pirámide, lo que siempre es mejor que desde la cúspide. Yo siempre digo que soy abogada de pueblo, que he tenido que montar mi despacho arriesgando económicamente y luchando para mantenerlo a flote. Pienso que mi visión de la abogacía puede contribuir especialmente a la representación institucional a la que aspiro.

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