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Juan Santos El Baranda, proclamado vencedor del Certamen Nacional del Trovo en 1985.
El Baranda, trovero de ley

El Baranda, trovero de ley

JOSÉ SÁNCHEZ CONESA

Miércoles, 19 de octubre 2016, 00:52

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Contemplo una fotografía tomada en casa de Juan 'El Calala', guitarrista del trovo durante decenios, hombre alegre que amenizaba con sus graciosas ocurrencias las veladas. Lo veo en la imagen rasgueando su vieja compañera mientras Ginés Cerezuela dicta versos al cantaor, ante la mirada atenta y sabia de Alberto Colao, tras sus lentes oscuras. Colao fue cronista oficial de Cartagena apenas unos meses, desde el 31 de julio de 1981 hasta su fallecimiento el día 9 de diciembre. Junto a él se sienta un jovencísimo Baranda, como él mismo nos comenta, «con un pelucón, que ni El Camarón». Frente a ellos, de espaldas al fotógrafo, creemos distinguir al cantaor Hilario Andreu, junto al anfitrión tañedor, y a Rafael Ortega. La foto referida la fechamos entre ese fatídico 1981 y 1978. Comparten fraternalmente cena en la llamada Escuela del Trovo de Juan El Calala, espacio para el encuentro de aficionados que se iniciaban o perfeccionaban en sus habilidades.

En esos años se vivía con entusiasmo un nuevo renacimiento del arte de la versificación popular con la incorporación de nuevos vates como Baranda, la publicación en 1976 de la 'Historia del Trovo' de Ángel Roca, el texto del sacerdote Luis Díaz 'Marín, Castillo y El Minero: los tres puntales del trovo' y la celebración del I Simposium Nacional del Trovo. En 1978 se inaugura el monumento en homenaje a Marín en su pueblo natal, obra de la escultora Maite Defruc, organizándose para su financiación importantes actuaciones.

Juan Santos Contreras, conocido por todos como El Baranda, es trovero que goza del favor y fervor mayoritario del público debido a su rápida y oportuna respuesta, su sentido del humor y la simpatía que derrocha, cualidades adornadas con una voz limpia y bien afinada con las que interpreta las malagueñas de sus quintillas y la guajira de sus décimas. Estas extraordinarias cualidades lo convirtieron unos años después en guión de la cuadrilla de Molinos Marfagones y más tarde de Isla Plana. Por eso lo vemos en tantos escenarios y bellos parajes, como la rambla del Cañar, magnifico lugar para celebrar el encuentro de cuadrillas en el segundo domingo de enero.

Le hemos solicitado unos versos para que puedan ser exhibidos en un panel que contenga composiciones de nuestros repentistas, iniciativa que abandera la sociedad municipal Casco Antiguo de Cartagena SA y que está realizando el publicista Ángel Ronda. Una idea que aplaudimos porque supone paliar el negativo impacto visual de los solares que salpican el centro histórico de la ciudad. El Baranda me ha pasado varias creaciones suyas, una de ellas es la siguiente quintilla: «Limpios como una patena/ hay que ver estos lugares/ porque de una forma plena/si embelleces estos solares/ embelleces Cartagena».

Contendiendo con Ginés Cerezuela le dedicó la siguiente estrofa, cargada de buen humor: Por ser un yerno gamberro/ si alguna vez con tu dama/ Ginés, cometes un yerro/tu suegra se irá a tu cama/ y tú a dormir con el perro.

Simposium del trovo

Se cumplen 40 años del I Simposium Nacional del Trovo, celebrado los días 27, 28 y 29 de febrero de 1976, en el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, salón de actos de la calle Mayor. Entre sus organizadores los doctores Carlos Ferrándiz Araujo y Casimiro Bonmatí Limorte, contando con el apoyo de nuestro Ayuntamiento. Por ello abrió la sesión inaugural Aureliano Gómez Vizcaíno, teniente de alcalde, para dar paso a la primera conferencia, a cargo del profesor Pedro Marset Campos, quien analizó los condicionamientos sociales y económicos del trovo. Tomaron parte en este encuentro, entre otros, el cronista oficial Ginés García Martínez, Juan Lanzón, Antonio Piñana Segado, Miguel Luengo, Sebastián Serrano Segovia, Asensio Sáez, el propio Bonmatí, quien disertó sobre la preceptiva literaria del trovo. El mencionado Luis Díaz acercó al numeroso público asistente a las trayectorias vitales de los grandes del trovo. Alberto Colao abordó el trovo en los siglos XVII, XVIII y XIX, con figuras como Diego Beltrán Hidalgo, quien ganó unas justas literarias celebradas en Murcia en honor a Santa Lucía, glosando una cuarteta en cuatro décimas. Como ejemplo del siglo XVIII escoge al alférez de navío Juan Bautista de Arriaza, escritor y repentista de ingenio presto y humorístico.

Desde la Universidad Complutense vino Carmelo Lisón Tolosana, a quien he tenido la suerte de entrevistar en varias ocasiones, disfrutando de sus clases magistrales en la Universidad del Mar en Los Alcázares. El profesor Lisón desarrolló el tema de la improvisación en tierras gallegas, bajo el título 'Loias, regueifas y estructura social en Galicia'.

Fue sin duda una cita de gran nivel científico y un importante estímulo para nuestro trovo, por lo que apostamos, como lo hemos hecho en otras ocasiones, por la organización de un II Simposium, que bien se merece el arte de la repentización. En ello estamos.

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