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Hermanos de la Asociación de Hijos de María en el bar Masunga en la comida de Hermandad.
Aniversario en el Patronato

Aniversario en el Patronato

La junta directiva quiere organizar una cena en el puente de la lnmaculada para unir a generaciones

TOMÁS MARTÍNEZ PAGÁN

Domingo, 25 de septiembre 2016, 00:31

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La Asociación de Hijos de María fue fundada en el año 1898. Estableció su sede en el Asilo de San José de la Casa de Expósitos, lugar (donde recibían enseñanza y educación centenares de niños». Así se convirtió en la primera de España y la segunda de Europa para hombres. Baste señalar como curiosidad el dato de que en la patente fundacional, se aprecia perfectamente que el impreso original era para mujeres, estando tachada a mano la 'a' final de hijas, sobre la cual se escribió una 'o', al igual que el resto del documento en el que todas las referencias femeninas tuvieron que ser corregidas para adoptar el género en masculino.

Cuando en 1900 se inauguró el Patronato, el Asilo fue integrado en este colegio, convirtiéndose así en el centro de sus actividades. Allí se reunían sus miembros para asistir a cursos o hacer uso de la sala de juegos o de la biblioteca para realizar ensayos, obras de teatro. Era una época en la que pertenecer al Patronato significaba tener amigos y un lugar de encuentro donde reunirse con ellos y poder realizar actividades. No olvidemos que por aquel entonces, no había tanta facilidad ni disponibilidad como ahora de lugares para el entretenimiento (discotecas, grupo, disponibilidad de vehículos, excursiones, gimnasios y escuelas de baile)

Sin embargo, el paso del tiempo y el advenimiento de esta nueva forma de vida que hoy conocemos, con la facilidad de tener una segunda vivienda, de viajar o las múltiples oportunidades que se nos abrieron como perspectiva de lo más apetecible a los miembros de nuestra generación, hizo que poco a poco la Asociación se fuera apagando, hasta llegar en 1984, año en que esta llegó a sus mínimos, quedando entonces en suspenso. Pero algunos de sus miembros no se resignaron. Mantuvieron siempre viva la llama mediante la realización de diversas actividades en el colegio. Este es el caso, por ejemplo, de Pepe Egea que siempre mantuvo su equipo de fútbol activo.

Gracias a esto, cuando se aproximó la fecha del centenario de la Asociación y algunos de sus miembros empezaron a moverse para promover actos con los que celebrarlo, se volvió a reactivar de nuevo el rescoldo que había permanecido vivo entre Antiguos Hijos de María y comenzó una nueva etapa que, poco a poco, va dando sus frutos. Está considerada ésta como su tercera época, iniciada en el 2003, y en la que Patronateros como Antonio Navarro, Pepe Marín y Luis Linares entre otros, la relanzaron y la pusieron en el nivel que ahora tiene.

Pero no solo quiero hablar hoy de la historia de la Asociación, sino que quiero recordar también su parte más viva, y es que nuestra Asociación permanece hoy día en constante movimiento. Prueba de ello es la revista que se edita desde mayo de 1934 y que recibimos todos los antiguos alumnos y amigos y colaboradores del colegio.

Antiguos alumnos

A través de ella, recibimos información sobre todas las actividades que se realizan, aparte de un gran contenido documental sobre el colegio y los antiguos alumnos e información en general que puede estar relacionada con la propia Asociación o alguno de sus miembros y que mantiene encendida la llama de nuestro paso por el colegio, en la típica calle Saura, 27, a lo largo de sus 20 páginas.

Aparte de esto y desde hace ya varios años, el segundo martes posterior a la festividad de la Asunción de la Virgen, en el veraniego mes de agosto, celebran su jornada de convivencia. Ahí fue donde me di cuenta del «patronaterismo» existente, ya que la misma reunió a varias quintas, de entre los 40 hasta los 90 años y con miembros que llevan en la Asociación desde el 1940, hasta los últimos miembros que ingresaron en el año 2015.

Confirmando el buen momento de salud por el que pasa la Asociación, Pepe me comentó que la junta directiva pretende realizar encuentros entre generaciones, para lo cual quiere promover este año una comida cercana al puente de la Inmaculada en el patio del colegio, manteniendo así el espíritu de nuestra Asociación. La idea es continuar su historia de ayuda a las monjas desde aquel ya lejano 1898 en que se creó, siendo la base principal de este apoyo sus alumnos. El lugar elegido este año para la celebración del pasado 23 de agosto fue el restaurante Masunga, en la calle Ramón y Cajal, un lugar con diseño innovador en un ambiente acogedor con cocina creativa y de fusión. El local tiene un toque moderno y exótico, reservados rodeados de bambú y planta exóticas y con imágenes y esculturas que hacen referencia al continente africano. Allí, los hermanos Raúl y Juan Ángel Nadal, el primero en sala y el segundo en cocina, nos ofrecieron una cocina cartagenera a base de carnes, pescados y arroces y un amplio surtido de platos típicos desde hace ya más de tres años.

Desde sus exquisitas 'manitas de ministro' o sus caracoles, pasando por los clásicos michirones cantonales y sus tostas y tortillas especiales o degustaciones de salazones y platos de diseño del Chef Nadal, todo ello verdaderamente exquisito.

Y es que en estos encuentros siempre se recuerdan los viejos tiempos, pero sin olvidarse nunca de la buena gastronomía. Y ya durante la tertulia con la que culminó el acto, salió a colación el artículo de Juan sobre el 'Laguico pequeño', tal y cómo le gustaba a Isidoro Valverde llamar a la Plaza del Risueño o de la Virgen.

Dicha plaza fue inaugurada en 1954 con motivo del centenario de la promulgación del dogma de la Inmaculada Concepción de María y es obra del escultor Cartagenero Manuel Ardil. Contaba esta con unas zonas ajardinada y bancos recubiertos de cerámica que hacían agradable la estancia en la plaza y aportaban un aire de frescura a la zona, todo lo contrario a lo que trajo la última reforma que se realizó en 1998 y en la que se puso un suelo especial lleno de relieves y 'mendrugones' que dificultan el tránsito por la zona.

La arboleda

Otra consecuencia de esta reforma, fue también la desaparición de la bonita arboleda, ¡con lo que refrescaba en verano! Y en cuanto al monumento, no funciona la luz de la corona, las lápidas casi no se pueden leer por la suciedad y el abandono. En fin, lo que suelo pasar en nuestra Trimilenaria en la que, cada vez que se remodela algo, es para ir a peor y no existe manera de cambiar esta situación; y si no, recuerden lo que eran una gran parte de nuestras antiguas plazas y en lo que se han convertido actualmente.

Y quiero terminar esta página dedicada a nuestro Patronato del Sagrado Corazón de Jesús, en el que tantos cartageneros hemos pasado parte de nuestra infancia, con esta reflexión que a mí me ha impactado: «Es imposible, dijo el orgullo. Es arriesgado, dijo la experiencia. No tiene sentido, dijo la razón. Inténtalo.....dijo el corazón». Bienvenido sea el otoño que esperemos nos traiga más lluvias, que falta nos hace en la Región.

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