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El S-62 Tonina, en la zona de reparaciones, a la espera de ser reubicado.
Navantia busca a 200 obreros de empresas auxiliares para terminar el primer S-80

Navantia busca a 200 obreros de empresas auxiliares para terminar el primer S-80

El astillero comienza el montaje interior del sumergible para la Armada Española, con el objetivo de ponerlo a flote en el año 2021

Antonio López

Miércoles, 7 de septiembre 2016, 11:13

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Los nubarrones que se cernían sobre el astillero de Navantia hace ahora dos años y medio, cuando se detectaron los problemas de flotabilidad en los submarinos de la clase S-80, comienzan a disiparse. El visto bueno del proyecto revisado de los sumergible por parte del Ministerio de Defensa, a mediados del mes de julio, supuso el primer paso para retomar los trabajos de montaje, que esta semana han comenzado. Para ello, necesitará la ayuda de la industria auxiliar, cuyos primeros obreros llegarán a mitad del mes que viene. En total, según fuentes empresariales y del comité de empresa, la compañía precisará alrededor de 200, de una quincena de compañías, que ya están presentando sus ofertas para hacerse con los contratos.

  • trabajadores de una quincena de empresas auxiliares trabajarán en el montaje interior del S-81 Plus.

  • obreros son los que trabajan desde principos de agosto en preparar estructuras y soportes.

  • millones es en lo que está presupuestado todo el proyecto las cuatro unidades.

  • es el año en que se prevé acabar los trabajos y un año después, tras las pruebas, entregar la primera unidad.

Los trabajadores estarán supervisados en todo momento por personal de la compañía pública de construcción naval e irán llegando de manera paulatina y conforme se necesiten. No se descarta que ese número sea aún mayor.

En abril se dieron por concluidos los trabajos de ampliación del casco resistente del primer submarino S-81 Plus, buque en el que se han centrado los esfuerzos de diseño y de construcción de la nueva flota de sumergibles para la Armada. Esta ampliación supuso que las cinco secciones del sumergible ya están disponibles para la incorporación de sus estructuras interiores, como paso previo a la instalación de sus equipos.

Es, precisamente, en ese trabajo donde se centrarán ahora las empresas auxiliares. Entre ellas, ya se han presentado al concurso público industrias de Cartagena, pero también otras de Santander, Madrid y de la comunidad andaluza.

A esos doscientos obreros se les unirá otro medio centenar de trabajadores contratados a través de Empresas de Trabajo Temporal (ETT's), ya que este tipo de empleo sale más rentable a la compañía publica. Durante este mes se han encargado de preparar las estructuras metálicas y los soportes, que en unos días se comenzarán a montar en el habitáculo del submarino. Los primeros de las auxiliares que entrarán a trabajar serán los montadores y mecánicos y, después, pasarán electricistas y electrónicos, entre otros, que se encargarán también de equiparlo.

Sistemas de propulsión

El 80% de la ingeniería de los sistemas de propulsión, comunicaciones y combate están en manos españolas, aunque hay notables contribuciones de empresas estadounidenses y británicas, como Lockheed Martin y Babcock. Los S-80 han sido concebidos desde el inicio del programa como un producto avanzado y de calidad suficiente para ser exportado a países que apuestan por mantener una flota no nuclear.

Entre las capacidades que tendrá destaca una planta AIP para aumentar la duración de sus inmersiones, capacidad de ataque a tierra y una elevada automatización, lo que implica una dotación de personal muy reducida en relación a los de la clase S-70 en servicio.

El presidente del Comité de empresa, Eduardo Aranda, se mostró satisfecho con el inicio del montaje interior de los sumergibles, «pero nuestro deseo, y por lo que vamos a seguir luchando, es que los otros tres que estaba previsto que se construyeran finalmente se hagan. De esta forma, en vez de que sean doscientos obreros de empresas auxiliaras podrían ser alrededor de ochocientos», afirmó.

La primera de las cuatro unidades encargadas por la Armada Española está previsto que pueda estar a flote en 2021. La dirección espera recibir la orden del Ministerio de Defensa, una vez que se vea el éxito de este submarino. Por ello, los trabajadores quieren que una vez esté montado comiencen cuanto antes las pruebas en el agua «para demostrar la efectividad del proyecto». «Pero para eso tendrán que pasar, al menos cuatro años», dijo Eduardo Aranda.

Reivindicaciones

A pesar de las buenas noticias, desde el Comité de empresa avisan de que continuarán con sus reivindicaciones sobre la falta de carga de trabajo, el rejuvenecimiento de la plantilla y la firma del nuevo convenio laboral, entre otras exigencias.

Los primeros trabajos han incluido una reorganización de los talleres y de la zona de reparaciones. Por ello, estos días se puede ver en el carenero el S-62 Tonina, el submarino que la Armada cedió al Ayuntamiento de Cartagena para uso turístico. Estará allí hasta conocer qué se hace con él, según fuentes del astillero público.

La aprobación del proyecto revisado por parte del Ministerio de Defensa y el comienzo de los trabajos suponen un hito en el programa industrial y militar más complejo que ha abordado España en su historia, con una inversión superior a los 2.100 millones de euros.

El que todo haya salido, finalmente, adelante con garantías, Navantia se lo debe en parte a los especialistas de General Dybnamics, que fueron los encargados de solucionar el problema de sobrepeso del submarino. Para ello, se construyeron cuatro anillos que fueron incorporados a tres de las cinco secciones en las que está dividido el casco resistente. El desplazamiento del S-81 pasará de las 2.500 toneladas previstas a las casi 3.000, debido al alargamiento. Según la empresa, esas dos circunstancias no suponen una merma de las capacidades operativas del submarino.

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