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ACS invertirá 3,3 millones en la nueva toma de agua de la desaladora de Escombreras

Hydromanagement, empresa del grupo de Florentino Pérez y de empresarios de Murcia, pide permiso al Puerto para captar fuera de la dársena

José Alberto González

Viernes, 26 de agosto 2016, 12:16

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La construcción de una toma de agua para la desaladora de Escombreras que evite los riesgos asociados al elevado tráfico de petroleros, metaneros y otros grandes buques ya tiene precio: unos 3,3 millones de euros. Éste es el presupuesto calculado por la empresa Hydromanagement, la compañía formada por ACS (el grupo presidido por Florentino Pérez) y empresarios murcianos que construyó las instalaciones alquiladas en la actualidad por la Comunidad Autónoma.

Desde la puesta en marcha en 2009 de la factoría, ésta ha funcionado con permisos provisionales de la Autoridad Portuaria de Cartagena para la ocupación de un espacio de la dársena (considerado dominio público portuario) con una red de captación de agua marina, lo que incluye un cajón y unas tuberías.

Los responsables de la planta disponen desde el primer día de todas las autorizaciones sanitarias y ambientales para la producción y distribución de agua destinada al consumo humano y agrícola. No obstante, debido a distintas exigencias recogidas en la Ley de Aguas y en otras normativas, la Autoridad Portuaria (que pertenece al Ministerio de Fomento a través del organismo Puerto del Estado) ha venido reclamando durante todo este tiempo la construcción de una toma en las llamadas aguas abiertas, es decir fuera de la dársena industrial.

La zona elegida para succionar el líquido es el entorno de la Cala del Cuervo y la Punta del Gate, el área más cercana a la bocana del puerto y por ello el que menor coste implica en cuanto a longitud de las instalaciones necesarias.

1, 2 kilómetros de longitud

Entre las cuestiones que obligan a la constructora de la desaladora a proyectar una nueva red destaca «la poca renovación» del agua, el riesgo de contaminación por la actividad industrial de los muelles (por ejemplo por un vertido de hidrocarburos) y la degradación del lecho marino por usos históricos en la zona no solo portuarios sin también mineros.

Entre otras cosas, Escombreras es lugar de atraque de superbuques que suministran gas natural a la planta de regasificación de Enagás y petróleo a la refinería de Repsol. Y hay incluso un informe de 2008 redactado por la Comunidad Autónoma para el Ministerio de Medio Ambiente [fue remitido por la Consejería de Agua a la Confederación Hidrográfica del Segura] en el que se constata que la calidad de las aguas no era «óptima», entre otros motivos, por la contaminación por metales pesados. En ese documento también se habla del peligro de que exista un vertido accidental, debido al «constante tráfico marítimo».

Para no quedarse sin la pertinente autorización administrativa para disponer de la materia prima con que seguir produciendo agua, máxime en un momento de aumento de la demanda de caudales del sector agrícola por la situación de preemergencia en la cuenca del Segura, la Comunidad ha presionado en los últimos meses a Hydromanagement para agilizar el proyecto.

El permiso temporal de tres años otorgado por el Puerto caduca el próximo mes de diciembre (antes hubo uno de cinco años) y el objetivo es que la nueva conducción pueda estar terminada para entonces. Para cumplir ese objetivo, el proyecto debe superar entre otros trámites el visto bueno del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, que preside Antonio Sevilla.

Fondeo con flotadores

Desde ayer, y una vez que realizó el anuncio oficial el miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE), este organismo tiene en exposición pública durante un periodo de veinte días el proyecto presentado por Hydromanagement. Para elaborar el documento técnico, esta mercantil ha recurrido a la empresa Ingeniería Creativa (Increa), que tiene su sede en Madrid.

En la propuesta para la denominada «conducción submarina de la toma de agua de la desaladora de Escombreras», a la que ha tenido acceso 'La Verdad', se plantea conectar la planta con la zona de la Cala del Cuero por medio de una tubería paralela a la línea de costa. Tendrá casi 1,2 kilómetros de longitud y de 1,6 metros de ancho, así como capacidad para un caudal de 1,8 metros cúbicos por segundo (155.555 metros cúbicos al día).

Para acometer esta obra, que según fuentes portuarias podrían durar en torno a dos meses, habrá que ocupar unos 785 metros cuadrados de terreno y colocar también una pieza especial de 12 metros de largo en el área cuya concesión tiene en este momento Enagás.

Los trabajos, que según los especialistas consistirán «básicamente en apoyar una tubería sobre un fondo contaminado y succionar agua a muy baja velocidad», exigirán el uso de flotadores. La solución técnica planteada supone, en concreto, realizar un «fondeo controlado».

Que toda la red se pose sobre el lecho marino, desde la estación de bombeo situada junto al muelle hasta la zona de aguas abiertas, tiene como finalidad «evitar la afección del entorno y reducir los problemas de operatividad en el puerto durante su construcción». Además, según los expertos contratados por Hydromanagement, «al no tener que dragar una zanja no hay peligro de descalzar y afectar a las infraestructuras de atraque en los metros iniciales».

El anteproyecto fue mostrado a la Comunidad en marzo, pero es ahora cuando sale a información pública para que los interesados puedan conocerlo y, en su caso, presentar las posibles alegaciones.

Evitar los 600 millones

Lo que todavía no han aclarado ni el Gobierno regional ni el consorcio propietario de la desaladora es si el coste de las obras será asumido, al final, por las arcas públicas a través del acuerdo de alquiler de las instalaciones. Éste le supone a la Comunidad 14 millones de euros anuales, que trata de compensarlos en parte con la venta de agua. De forma simultánea, el Ejecutivo trata de alcanzar un acuerdo sobre la compra de la desaladora, para evitar la obligación de desembolsar 600 millones de euros hasta el año 2034.

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