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Antonio López
Domingo, 31 de julio 2016, 00:31
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«Cuando bajamos lo hacemos a trabajar, no a ver la riqueza de las profundidades del mar. En todo momento tenemos que estar pendientes del compañero que llevamos junto a nosotros. Su vida depende de la mía y la mía de él. Cada vez que desciendo es una experiencia inolvidable». De esa forma tan apasionante habla Lydia Fergo, la única mujer del ciclo de Operaciones Subacuáticas e Hiperbáricas que imparte el Instituto de Formación Profesional Hespérides, uno de los grados con más salidas laborales de la Región. No en vano, la mayoría de los 16 estudiantes de la primera promoción que ahora ha terminado sus estudios ya tienen ofertas de trabajo.
Ciclo.
Operaciones Subacuáticas e Hiperbáricas.
Número de alumnos.
16.
Salidas laborales.
Buceador profesional y operador especialista en instalaciones y plantas hiperbáricas, en construcción y obras hidráulicas.
Durante dos años, Lydia ha compaginado la formación en las aulas del centro ubicado en el barrio de Santa Lucía y en las instalaciones de Salvamento Marítimo (Sasemar), en Santa Ana, donde ha estado trabajando y aprendiendo durante los últimos seis meses, gracias a la FP Dual.
«Entré casi de rebote. Primero miré un ciclo de Protección Civil, pero vi que no era lo mío. Estaba destinado más a otra rama que no me iba. Después vi el de Operaciones Subacuáticas e Hiperbáricas. Solicité una plaza y tras pasar las complicadas pruebas me cogieron. Ahora sé que es lo mejor que me ha pasado en la vida», cuenta esta joven de 26 años.
La primera promoción y única hasta ahora está compuesta por 16 alumnos, que tuvieron que pasar unas pruebas físicas que consistían en mantener la respiración en un tanque durante un minuto, bajar cuatro metros de profundidad y coger un objeto y nadar en el mar 300 metros braza y mil con aletas. Después tuvieron que pasar un examen médico muy riguroso y una entrevista con los responsables de Salvamento Marítimo.
Son las mismas que tendrán que superar los 16 que conseguirán plaza en la segunda promoción, cuyo plazo de inscripción dará comienzo la semana que viene o la otra, según indicaron fuentes del centro educativo.
«En un ciclo como este no entra cualquiera. Hay que elegir a los que en mejor forma física estén y a los que no tengan problemas médicos. Es la única formación de FP, en la que se exige pruebas de acceso. Hay que tener en cuenta que se juegan la vida cada vez que bajan», explica el director del Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) Hespérides, Antonio Arroyo.
Construcción hidráulica
Los estudiantes aprende de manera práctica a hacer descensos para realizar trabajos de construcción y obra hidráulica, reparar maquinas, así como a saber cómo actuar en las labores de auxilio en caso de un accidente en el mar.
Arroyo sabe que se trata de un trabajo duro y complicado. Por eso, quizá, tiene unas salidas laborales tan heterogéneas. Entre ellas están, desde buceador profesional a operador especialista en instalaciones y plantas hiperbáricas, en construcción y obras hidráulicas y en el mantenimiento de equipos subacuáticos, así como patrón de barco o marinero de cubierta y de máquinas.
La ocupación laboral es tan alta en cuanto salen del instituto también porque es un tipo de formación que solo se imparte en Cádiz, Alicante, La Coruña, Barcelona y Cartagena.
La colaboración entre Sasemar y el Instituto Hespérides contempla el funcionamiento del Campus Subacuático Jovellanos-CARM, destinado a la formación de los profesionales del sector marítimo, y en especial de las actividades subacuáticas. Se enmarca dentro de las actividades de formación de desempleados y trabajadores en activo que realiza este Centro Integrado de Formación Profesional.
Edificio junto al mar
El Centro de Seguridad Marítima Integral Jovellanos, que está en marcha desde hace dos años, es un departamento diferenciado de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima, adscrito al Ministerio de Fomento a través de la Dirección General de la Marina Mercante. Estará en unas instalaciones que la Autoridad Portuaria cedió el pasado año. Se trata del edificio El Lazareto, ubicado en el Muelle de Navidad.
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