La ADLE recobra el pulso con un plan de vivienda social

El Servicio Regional de Empleo y Formación (SEF) y la Agencia de Desarrollo Local y Empleo (ADLE) alcanzaron ayer un principio de acuerdo, después de dos meses de discrepancias. Ambos apoyan un plan de empleo y formación en el que cuarenta parados aprenderán a rehabilitar edificios y participarán en las tareas de recuperación de inmuebles destinados a acoger viviendas sociales para personas con pocos recursos, en especial en el centro de Cartagena. Esta propuesta, consensuada en la reunión del Consejo Rector de la agencia, permitirá al Ayuntamiento recuperarse, en 2017, después del traspiés de este año, en el que se han perdido al menos 727.000 euros en diversos programas de formación y empleo.

La sesión duró dos horas y acogió la comparecencia del director general del SEF, Alejandro Zamora, que tras confirmar que los fondos perdidos este año son irrecuperables recordó que hay programas por valor de casi un millón de euros. «Son 860.000 los que se les han concedido. Si necesitan más, deberán sacarlos de fondos propios», advirtió. Asimismo, anticipó que en el ejercicio que viene «hay un millón de euros en total a los que accederá Cartagena, si hace las cosas bien en la convocatoria que se abrirá en unos meses», añadió.

«Es menos dinero que este año, pero vamos a preparar un gran proyecto que atienda a los criterios confirmados por el SEF», dijo el gerente de la ADLE, Diego Peñarrubia.

Para que no haya nuevos errores, se ha empezado a trabajar ya en una iniciativa con la que se concurrirá en la convocatoria que debe salir a la luz en el mes de abril. Se trata de un plan mixto de empleo y formación como los que se han perdido este año. El objetivo es conseguir alrededor de medio millón de euros para dar formación y trabajo a 40 desempleados en el sector de la construcción, concretamente en la rehabilitación de viviendas sociales para personas sin recursos.

Sector de la construcción

Las personas sin trabajo que entren en esta convocatoria disfrutarán de un trabajo remunerado durante doce meses, por el que percibirán el equivalente al salario mínimo (532 euros al mes). Simultáneamente, recibirán formación para salir al mercado laboral bien preparados.

Con el cambio de estrategia, la ADLE pretende, en primer lugar, obtener la mayor cantidad posible de fondos. En segundo termino, no quiere caer en la formación de trabajadores destinados a cubrir puestos de trabajo precarios. Por último, desea realizar una labor que puede resultar muy beneficiosa para el acogimiento de personas sin techo por parte de los servicios sociales del Ayuntamiento.