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Un tren circula por el pasillo ferroviario junto a la extensión en la que estaba previsto el nuevo ensanche de El Hondón.
El Consejo de Seguridad Nuclear autoriza la limpieza y la urbanización de El Hondón

El Consejo de Seguridad Nuclear autoriza la limpieza y la urbanización de El Hondón

El organismo permite el traslado de residuos a la mina Cruz Chiquita y el soterramiento del resto bajo un parque; pero pone condiciones al ensanche residencial

Eduardo Ribelles

Lunes, 10 de agosto 2015, 11:29

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La autorización del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) al proyecto de descontaminación de El Hondón, para liberarlo de los residuos químicos y emisores de radiaciones naturales que dejó Potasas y Derivados en 2002 y permitir la construcción de un nuevo ensanche, llega justo cuando menos interés tienen en impulsarlo sus promotores en las Administraciones regional y local y en la iniciativa privada.

  • millones de euros es el coste más económico que se estableció en el proyecto presentado al Consejo de Seguridad Nuclear. La actuación más agresiva, con el traslado de más cantidad de residuos, podría suponer una inversión de casi 40 millones.

La detección de emisiones radioactivas hace diez años convirtió en obligatorio el dictamen del consejo, sea cual sea el futuro de los terrenos. El pleno del organismo dio el visto bueno, el pasado 24 de junio, a la rehabilitación de los suelos de este paraje situado más allá de la estación del tren. La propuesta aceptada, encargada por el Ayuntamiento y la Comunidad Autónoma a FCC Ámbito, consiste en el traslado de parte de los fosfoyesos y las piritas acumuladas allí a un nuevo vertedero que habría que construir en el paraje de la Cruz Chiquita, en plena Sierra Minera de La Unión. Para el resto se acepta el almacenamiento en un área restringida, el 'Acopio 12', y se establece la obligación de dejar ese lugar libre de construcciones, recubrirlo con al menos un metro de materiales aislantes y hacer sobre él un gran parque. El proyecto tiene un coste de entre 25 y 30 millones de euros.

El permiso al proyecto de descontaminación abre la puerta a la posterior construcción de edificios de viviendas, tal y como se ideó en 2003. Pero el Consejo, en lugar de dar una autorización expresa, obliga a esperar al resultado de la limpieza para hacer una medición de las radiaciones. Allí hay trazas de dos isótopos de uranio (234 y 238), también radio 226, plomo 210 y torio 230. El CSN establece un límite de cinco desintegraciones nucleares por segundo por gramo de uranio como nivel máximo. En el caso del plomo, del radio y del torio, los índices máximos son muy inferiores.

En el informe también se detallan las condiciones en las que los residuos tienen que ser trasladados y almacenados en la Cruz Chiquita. Este emplazamiento no solo requiere una vigilancia permanente. También deberá estar rodeado de una zona de exclusión para las viviendas y las explotaciones agrícolas y ganaderas. Además, es obligatorio hacer un plan de vigilancia de la radiación y de sus consecuencias sobre el entorno.

Un proyecto desfasado

Veintiocho meses ha tardado el Consejo en pronunciarse sobre el proyecto de FCC Ámbito, que ya había necesitado un año para recibir el visto bueno de la Dirección General de Medio Ambiente. En este tiempo, la Sociedad Podecasa, promotora formada por el Ayuntamiento (70%) y la Administración regional (30%), ha dejado de existir. Anunció su disolución a finales del año pasado. Además, el hundimiento del mercado inmobiliario ha eliminado la rentabilidad de un proyecto de urbanización que tiene a Solvia, inmobiliaria del Banco Sabadell, como principal socio privado. Esta sociedad es la que posee los derechos que en su momento pertenecieron a Ercros, como propietaria de Potasas y Derivados, es decir el 51.13 % de las cargas y también de las plusvalías y beneficios de urbanización y venta del suelo y de lo que se construya en él.

El golpe de gracia al proyecto ha sido la salida de la Alcaldía de su principal defensora durante los últimos doce años, Pilar Barreiro, de forma casi simultánea a la decisión del CSN de abrirle la puerta. Barreiro presentó la descontaminación y la urbanización y construcción del ensanche como un proyecto asociado a la llegada del tren de alta velocidad, soterrado, a la estación de la Avenida de América. Así conseguía eliminar la barrera que para el crecimiento de la ciudad hacia El Hondón es el pasillo ferroviario. De hecho, como primera edil, vinculó el pago del soterramiento a las plusvalías derivadas de la venta de viviendas y suelo para áreas comerciales. Hace dos años, el proyecto cambió y desplazó la estación a un edificio por construir en una parcela municipal junto al centro comercial Mandarache, pero el pago de los costes seguía vinculado a la plusvalías de ese ensanche.

Sin embargo, tras conseguir solo una mayoría minoritaria en los comicios del 13 de junio, Barreiro renunció a su acta de concejal, días antes de que una alianza entre Movimiento Ciudadano y el PSOE desalojara al Partido Popular del poder municipal. La nueva coalición aporta una perspectiva opuesta. Para sus miembros, extender la ciudad hacia El Hondón no es factible; el AVE debe llegar a la estación actual en superficie porque el coste de soterrar las vías es imposible pagarlo a día de hoy.

Además, el alcalde, José López, repite cada vez que se le pregunta que la ciudad no tiene ninguna necesidad de crecer hacia El Hondón y que la descontaminación de ese suelo solo plantea problemas. Además, si surge una demanda ingente de nuevas viviendas, que ahora no existe, hay otros emplazamientos que, a su juicio, son mucho mejores, como el suelo urbanizable programado y limpio del plan CC1, entre la Avenida Víctor Beltrí (Acceso Norte) y la carretera de La Asomada. La inmobiliaria Solvia también es la propietaria de esos terrenos y, según las fuentes consultadas, ha manifestado un interés muy superior en que se le permita urbanizar y construir allí que en la reactivación del proyecto de un ensanche en El Hondón, cuyos costes y condiciones de descontaminación son más exigentes.

Fuentes municipales indicaron que el Ayuntamiento no ha recibido de forma oficial el dictamen del Consejo de Seguridad Nuclear, aunque el Gobierno local conoce al detalle su contenido. Por eso, sus miembros van a iniciar los movimientos necesarios para desactivarlo. En primer lugar, por las dudas que suscita la información que hace tres años se incluyó en el proyecto de FCC Ámbito. Preocupa que se haya podido pasar por alto o no se haya hecho el hincapié necesario en la presencia de compuestos como el arsénico. Por eso, próximamente habrá una reunión con los responsables de esta empresa. También hablarán con Solvia para cumplir las medidas de aplicación obligatoria que incluye el documento oficial.

Vallado y vigilancia

El Consejo de Seguridad Nuclear subraya que, en caso de que los promotores de la descontaminación y la urbanización posterior decidan desistir y no acometer ninguno de los dos proyectos, el terreno contaminado de El Hondón tendrá que ser vallado y vigilado. En la actualidad, cualquiera puede pasar libremente por él, porque durante todos estos años no se ha catalogado como terreno contaminado.

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