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José López, junto a la bandera con el escudo de Cartagena que adorna la escalinata del Palacio Consistorial.
«Nos han dejado como un solar el Ayuntamiento, pero los ciudadanos pueden estar tranquilos porque las cosas van a cambiar con transparencia»

«Nos han dejado como un solar el Ayuntamiento, pero los ciudadanos pueden estar tranquilos porque las cosas van a cambiar con transparencia»

José López Martínez Alcalde de Cartagena. «No he hablado con mi antecesora para nada; no lo necesito porque los funcionarios saben dónde está todo lo básico para ejercer de alcalde»

Eduardo Ribelles

Lunes, 29 de junio 2015, 12:44

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Llega a la cita con más de una hora de retraso, por la duración de una reunión anterior, y pide mil disculpas. «Si hay algo que no soporto es la impuntualidad, pero estamos en plena adaptación», se excusa José López, alcalde desde hace ocho días. La entrada y la salida de colaboradores de su despacho y el compromiso del izado de una bandera al mediodía obligan a trocear la entrevista en tres tomas. Pero todo ese ajetreo no hace que el primer edil pierda la calma ni demuestre inquietud por la nueva etapa que acaba de empezar.

  • Filiación

  • Nació el 7 de enero de 1967 en la calle Santa Florentina.

  • Estado civil

  • Casado, con dos hijos.

  • Estudios

  • Hasta el Bachillerato

  • Profesión

  • Empresario con negocios en el sector cafetero.

  • En las instituciones

  • Portavoz de MC en la oposición (2011-2015). Elegido alcalde hasta 2017, pactó ser vicealcalde después, hasta 2019.

-Su mujer fue la primera persona que reconoció ante los periodistas el cambio que iban a sufrir sus vidas. ¿Cómo lo afronta usted?

-Ahora mismo, la actividad es continua. Pero no deberíamos tomar estos días como ejemplo para los cuatro años. Estamos en la puesta en marcha del nuevo Gobierno. Las cosas se irán calmando, aunque soy consciente de que esta tarea es de 24 horas sobre las 24 que tiene el día.

-¿Qué es lo que ya echa de menos?

-Los quince minutos que podía descansar después de comer y que ahora han desaparecido, porque tengo que salir corriendo conforme dejo la cuchara en el plato. Y la media tostada de aceite que desayunaba al levantarme. Pero sigo durmiendo de un tirón desde la una, cuando veo los últimos correos y mensajes, hasta las cinco y cuarto de la mañana.

- ¿Ha tenido algún contacto o comunicación con su antecesora, Pilar Barreiro, desde que es alcalde?

-Ninguno.

-¿Ni siquiera para preguntarle dónde guardó esto o aquello en el Palacio Consistorial?

-No es necesario. Los funcionarios aquí son muy competentes y saben dónde está todo lo básico que puede demandar el primer edil.

-Veo que sí ha adaptado el despacho con algunas cosas nuevas, como un cuadro alusivo a una manifestación de Salvemos el Rosell.

- Es de Joaquín Alcaraz, el de Rogelio y Joaquín, los del cómic de Carthagineses y Romanos. Lo puso un colaborador. Prueba que la reivindicación de la reapertura del hospital con todos los servicios entró con nosotros en el Ayuntamiento.

-Habla usted mucho de regeneración, de novedad, de aire fresco y de transparencia. Pero una de sus primeras decisiones ha sido reponer al frente de Urbanismo a Jacinto Martínez Moncada. Y eso que es un funcionario que fue apartado hace un año tras dirigir ese área durante dos décadas, bajo el mandato de Pilar Barreiro, y aplicar decisiones que usted ha criticado ¿Cómo lo explica?

-Necesitamos los conocimientos de los mejores. Y creo sinceramente que Don Jacinto es el que mejor conoce el urbanismo de la casa. Otra cosa es lo que ha hecho en el pasado, por mandato de los anteriores responsables políticos. Sería deseable que los funcionarios tuvieran la posibilidad de no ejecutar las decisiones que saben que son censurables. Pero no se les puede exigir ese sacrificio, sobre todo cuando les condena al ostracismo, como le sucedió a Manuel Nicolás, la otra persona de valía a la que hemos recuperado para la jefatura de Infraestructuras.

-¿Entonces no le cree responsable de lo que se hizo mal cuando era jefe de Urbanismo y que ha podido dar lugar al 'caso Novo Carthago' e influir en la 'Operación Púnica'?

-La capacidad para advertir de si algo se hace mal, desde el punto de vista legal, es del interventor. Por eso tenemos ya una responsable provisional en ese puesto y vamos a hacer las pruebas para contar, de forma permanente, con quien demuestre que está mejor preparado para ejercer ese control. Por lo que respecta al señor Martínez Moncada, en lo fundamental de casos como la 'Operación Púnica' no firmó ni un solo papel, lo cual para mí es como un grito silencioso que demuestra que no quiso estar en las cosas que se hicieron mal.

-¿Pero qué pasará si aparecen cuestiones del pasado que le incriminan en algo?

-Ayudaremos a aclararlas en los juzgados y, llegado el caso, estudiaríamos el cese si hay pruebas concluyentes. Pero tendría que ser algo sólido. Le recuerdo que yo mismo estoy imputado por un caso que no tiene que ver con la corrupción.

-Antes de pactar con el PSOE usted puso en entredicho la entrada del edil socialista Juan Pedro Torralba en el gobierno de coalición. La razón era que fue investigado y tuvo que dimitir hace ocho años como presidente de la Junta Vecinal de Alumbres, que aprobó bajo su mando encargos a una empresa de su propiedad. Sin embargo ahí está, como concejal de Transparencia y Buen Gobierno.

-Hemos hablado de eso y me ha reconocido que ese proceso se hizo mal, pero que él no se lucró con aquello. Además, me ha asegurado que cuando esta etapa de transición se calme se sentará conmigo para ver, factura por factura, las compras y los contratos que se hicieron, para demostrarme que no se benefició de nada.

-Entra usted como alcalde de un Ayuntamiento con bastantes 'patatas calientes'. Una es qué se hace con el barrio universitario.

-En efecto, a cada paso nos encontramos alguna sorpresa calentita. En este caso hay que hacer una revisión profunda de su estado. Sabemos por los vecinos que la urbanización está plagada de deficiencias. Así que vamos a usar el aval de 800.000 euros de la urbanizadora para arreglar todas las que podamos. Luego nos pondremos a disposición de lo que diga el juez que lleva el embargo. No podemos hacer otra cosa

-Esta zona era el germen del Barrio de Emprendedores, proyecto con el que el anterior Gobierno quería recuperar el Molinete y el Monte sacro. ¿Van a continuar con él?

-Tenemos que ver qué contenido real tiene, porque cuando estaba en la oposición asistí a tres presentaciones sucesivas de este proyecto y siempre se nos decía que íbamos a tener un Silicon Valley, pero a continuación se nos hablaba del sexo de los ángeles sin un proyecto en firme. Si tiene sentido que salga adelante es por la Universidad Politécnica de Cartagena, para hacer, por ejemplo, un polo de laboratorios de Investigación y Desarrollo.

-Al margen del casco antiguo, ¿qué planes tiene para el crecimiento de la ciudad?

-Ahora mismo, todo está pendiente del Plan Urbano, anulado judicialmente tras una demanda del constructor Tomás Olivo. Esperamos que la Administración regional, que es la competente, decida si va a recurrirlo o no y que se aclare si la anulación es completa. Además, el planeamiento no solo depende de eso. Hay varios recursos pendientes más. De todas formas, el crecimiento hacia zonas contaminadas como el Hondón y Torreciega no es posible ahora mismo.

-¿Por qué?

-Porque después de denunciar el riesgo para la salud que entraña lo que hay depositado allí no podemos mirar hacia otro lado. Sabemos que muchos de los restos contaminantes son arrastrados por aguas subterráneas. También que allí hay incluso cenizas de arsénico que pueden estar en suspensión cuando hace viento. Y los terrenos ni siquiera han sido catalogados como suelo contaminado. Hace falta un estudio en profundidad porque los cartageneros no saben el riesgo que corren. Nos pasa como con la asbestosis; la inhalación de fibrocementos no se consideró peligrosa hasta hace poco. Así que no podemos esperar a que pasen veinte años y mucho menos plantearnos urbanizar y construir en la zona, por ahora.

-¿Entonces, por donde puede crecer Cartagena?

-Por la zona de La Asomada, en los sectores CC.1 y CC.2. En el Plan Rambla, si llegamos a un acuerdo con el dueño del suelo, Tomás Olivo, y en Molinos Marfagones y alrededores, donde hay suelo sectorizado que se puede promover. Pero ahora mismo no hay una gran demanda.

-La zona de La Asomada estaba condicionada por el proyecto de construcción de la nueva estación.

-Pero ése es un proyecto de la exalcaldesa que nosotros vamos a revertir de inmediato. En breve se reunirá la Sociedad Cartagena Alta Velocidad para que podamos decirle a los señores de ADIF que Barreiro les engañó y que no va a haber terrenos para ninguna nueva estación.

-¿Prevé algún tipo de crecimiento urbanístico en el Mar Menor?

- No me interesa urbanizar el Mar Menor, sino regenerarlo, porque actualmente es más un cementerio que una laguna salada. Podría ser la séptima o la octava maravilla del mundo si mejorara su salinidad y tuviera más vida. Por eso no podemos permitir que sigan los vertidos. Vamos a ser muy estrictos, exigiremos inspecciones constantes de las ramblas. E incluso recurriremos a los tribunales si otras Administraciones no nos hacen caso.

-Muy cerca de la laguna está el Monasterio de San Ginés de la Jara ¿Qué se puede hacer con él?

-Nuestra idea es acordar con la Universidad Politécnica de Cartagena un proyecto para convertirlo en un laboratorio agrícola y marino.

-Hablando de edificios cuyo estado no es el mejor, ¿qué me dice del Palacio de Deportes?

-Que la forma en la que se ha gestionado su construcción es un disparate más de la señora Barreiro. Ahora se demuestra que esta ciudad no se podía permitir una infraestructura como ésa, que acumula muchísimos defectos. El parqué de la pista polideportiva está combado e inservible. Hay placas desprendidas en la cobertura exterior. Y aparecen errores tan tontos como haber pedido solo la mitad de los espejos necesarios para los cuartos de baño y los vestuarios. Todo eso podrán verlo los periodistas con sus propios ojos cuando visitemos juntos las instalaciones.

-Hay una reclamación pendiente a las empresas constructoras por eso. ¿La mantendrán?

-Lo veremos. Pero el problema no lo generaron solo las constructoras. Hubo personal municipal que tomó parte en las reuniones de control y no controló nada. Ni firmaron siquiera en los partes de asistencia, aunque sí cobraron por ir, incluso como horas extra, pese a que entraba en su jornada laboral. A todos esos les pediremos responsabilidades.

-En un año y medio se acaba el primer contrato de gestión del Auditorio El Batel. ¿Se van a cambiar las condiciones?

-Puede darlo por hecho. Se acabó lo de pagarle al concesionario un dinero para cubrirle todas las pérdidas. Quien lo gestione tendrá que asumir el desafío de intentar hacerlo rentable. Y si no lo quiere nadie, haremos una gestión directa.

-Prometieron bajar el IBI y el agua.

-Lo del agua será inmediato. Me comprometo a que los cartageneros noten una rebaja real en el recibo, pese a la subida que va a cobrarnos la Mancomunidad de Canales del Taibilla, con la que no estamos de acuerdo. La rebaja del IBI solo podremos hacerla este año si vemos posibilidad de compensar los ingresos previstos en el presupuesto. Si no, bajará un 16% el año que viene.

-Todo eso tiene que ser compatible con el plan de reequilibrio.

-Lo será. Sabemos que tenemos que pagar la deuda y, al mismo tiempo, crear riqueza para invertir. Por eso es tan importante la renegociación de los contratos de servicios con las concesionarias. Una de las primeras medidas, por ejemplo, con Hidrogea será exigirles que depositen las fianzas que percibieron por instalaciones a clientes. Además, vamos a ser muy estrictos con el cobro del Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras. Nos consta que no todas las grandes empresas han pagado.

-Dentro de sus planes de inversión figura la asignación de un 30% a proyectos en barrios y diputaciones.

-Todo eso lo cumpliremos con rigor el año que viene. En éste hemos pedido a todos los servicios que nos digan qué parte del presupuestos se ha gastado y cuál resta por gastar, para saber con qué dinero contamos.

-¿Cómo transmitiría a los ciudadanos que se abre una etapa nueva en la que pueden estar tranquilos porque no va a pasar nada raro?

-Les diría que pueden estar tranquilos, pero porque van a pasar muchas cosas. Tienen que pasar muchas cosas. Yo estaría intranquilo si no se moviera nada después de veinte años. Se acabó eso de que el Ayuntamiento funcione al antojo de la persona que llega a la alcaldía; estamos para servir a todo el mundo. Eso sí, todo se hará con transparencia.

-No deben olvidar que están ustedes en minoría en el Gobierno

-En absoluto. Queremos acuerdos transversales con el resto de partidos, que todo pase por el Pleno y que todos colaboren. Pero de verdad, no con ocurrencias. Es necesario poner rápidamente en marcha un Ayuntamiento que nos han dejado hecho un solar. Las cosas funcionan por el impulso de una mayoría de buenos funcionarios, pero la Administración en los últimos años ha sido mal dirigida, se acumulan papeles sin control y hay mucho personal que desconoce sus quehaceres. Al mando no han estado los mejores, sino los que le convenían a la exalcaldesa. Todo eso tiene que cambiar y va a cambiar, pero con todas las puertas y las ventanas abiertas.

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