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Manrique, presidente de Sacyr, y Martinéz Pagán, en El Prat.
De Dueñas a Manrique

De Dueñas a Manrique

TOMÁS MARTÍNEZ PAGÁN

Domingo, 3 de mayo 2015, 14:28

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La semana pasada en Barcelona, en la Diada de Sant Jordi, en pleno Paseo de Gracia, en la Casa del libro de Gracia, se encontraba nuestra 'Cartagenera del Año', la extraordinaria escritora María Dueñas, firmando ejemplares de su último libro 'La templanza'. Según una primera estimación del Gremi de Libreters de Catalunya, aquél era ya líder de ventas en lengua castellana, al igual que la novela de Xavier Bosch 'Algú com tu' se ha convertido en la más vendida en lengua catalana.

Y mientras ella estaba exportando el nombre de Cartagena en la Ciudad Condal, yo estaba paseando por la zona en compañía de tres buenos amigos, catalanes y del Barça: Lorenzo, Jordi y Albert, que me acompañaban después de una jornada de trabajo para ir a tomar unas cañas. Ellos, conocedores de mi afición por la gastronomía, y como clientes asiduos de nuestro Rincón de Miguel y El Candil para tomar montaditos durante sus visitas a la Trimilenaria, me llevaron a El Flautín.

Se trata de un bonito gastrobar, donde la especialidad son bocadillos calientes en minibarritas de pan de una extraordinaria calidad, con el tueste perfecto en plancha por ambas caras, buen 'tumaca', aceite y una gran variedad de contenidos, tanto de embutidos como de productos de mar. Todo ello regado con unas minicañas, tipo zuritos, que apetecía beber y reponer, con un servicio de mesa excelente, como no podía ser de otra manera.

Pues bien, mientras degustábamos tan exquisitos bocadillos surgió el tema de nuestra ciudad y de nuestro aeropuerto de Corvera... Que cuándo inaugurábamos, que llevamos 14 años para despegar... y la verdad es que estaban al día, pues fue en el 2001 cuando se creó Aeromur, auspiciada por nuestra Comunidad para promover el aeropuerto.

En el 2006 se convocó el concurso para la construcción y explotación de Corvera. Al año siguiente Aeromur ganó el concurso y se lo adjudicó para 40 años. En el año 2008 se colocó la primera piedra y en el 2010 se pararon los trabajos por falta de financiación. Después de resolver este tema, en 2012 terminó la obra.

Al siguiente año y todavía sin actividad, el Ejecutivo Regional retiró la concesión. En 2014, se dio marcha atrás y en febrero se retomaron las negociaciones con Aeromur para que abriera y asumiera el préstamo de 182 millones. Pero en diciembre se rompió el diálogo y llegó la retirada definitiva de la concesión.

Y Lorenzo, que conoce perfectamente la constructora reflexionó en voz alta preguntándose cómo siendo de la Región Luis de Rivero, Tomás Fuertes y algunos otros accionistas de la Compañía Sacyr, no se soluciona el tema. Recogiendo el guante del envite, tomé la palabra reconociendo que yo tampoco lo entendía. De hecho, les conté lo que el pasado año me sucedió en el aeropuerto del Prat con el presidente de Sacyr, el ingeniero de Caminos Manuel Manrique Cecilia, a quien me encontré bajando en el ascensor con un consejero de la compañía, y al que saludé con un sonoro: «Mi Presidente». Aprovechando su sorpresa inicial me presenté, le conté que era de Cartagena y le comenté que, tras haber sucedido al anterior presidente Luis de Rivero, le tocaba a él desbloquear el tema del aeródromo.

De este modo tan casual entablamos tertulia hasta llegar al final de zonas de embarque, él vía Madrid, yo vía Alicante. Y aproveché para señalarle: «No tenemos vuelo con Corvera»... Él, siempre sonriente, me respondió: «Pronto estarás volando desde Corvera». Y me contó su vinculación con Murcia, Cartagena y La Unión. Recordó su etapa en Ferrovial, donde inició su carrera profesional; una de sus primeras obras fue la de la depuradora de la ciudad minera.

El ingeniero Manrique, presidente ejecutivo de Sacyr, sigue siendo una persona sencilla, normal y abierta, quizás porque es de Jaén, de Navas de San Juan, un pueblo en plena Sierra Morena caracterizado por sus empinadas calles. Y dicen que ésa ha sido una constante en su vida ya que, tanto de niño en las calles de Navas, como de adulto en su vida profesional, ha estado siempre superando cuestas arriba. Su trayectoria en Sacyr, de la que forma parte del núcleo fundador junto con Loureda, Del Rivero y Riezu, entre otros (todos ellos procedentes de la escuela de Rafael del Pino), ha sido una escalada permanente hasta la Dirección General de Construcción del grupo Sacyr en el año 2001. Entonces, ésta era la mayor empresa no cotizada y también la más rentable.

El aeropuerto de Corvera

En 2003, coincidiendo con la fusión con Vallehermoso, la salida a bolsa y la creación del grupo Sacyr-Vallehermoso, se convirtió en presidente y consejero delegado de la división constructora del holding. Pero a pesar del imperio que maneja, a él le sigue gustando ir a la romería de la Estrella y la comida de su pueblo: las migas, el ajillo de coliflor y las gachas dulces... Casa Juanito en Jaén las hace muy buenas, pero en Las Navas las bordan, doy fe.

En la última junta comunicó a todos sus accionistas: «Vamos hacia una empresa más rentable, centrada en los negocios que tienen ventajas competitivas e innovadoras», Destacó el duro trabajo de sus más de 25.000 empleados y señaló: «Sacyr es un ente vivo en continua evolución, en el que todas las iniciativas y mejoras tienen cabida. La lealtad y la entrega al trabajo de todas las personas que trabajan en Sacyr han convertido a este grupo en una de las primeras empresas españolas. Conservar las principales señas de identidad (amor por las obras bien ejecutadas, servicio continuo al cliente, gusto por los detalles bien hechos, cumplimientos de los plazos previstos y rigor presupuestario) es la mejor garantía de seguir progresando en el futuro».

Yo me despedí del presidente ingeniero indicándole: «Si se resolvió lo del Canal de Panamá, ¿no se va a resolver Corvera?». Una risa profunda, un apretón de manos y un «¡hasta la próxima, presidente!», dejaban en el aire dos cosas: una, la sencillez de las grandes personas que no olvidan sus raíces por mucho que crezcan; y otra, que Corvera se va a resolver antes de lo que pensamos, y como debe ser, sin dejar heridos en el camino y acercando las posturas que ahora separan a las partes.

Mientras esperaba vuelo para Alacant, pensé en lo fácil que sería llegar a un acuerdo y a la solución mediante el diálogo, y lo difícil que lo ponemos cuando nos empeñamos en no hacer uso de él. Y mientras degustaba un cortado, recordaba la publicidad del Aeropuerto Internacional Región de Murcia: «Avanza hacia su apertura». La nueva infraestructura supondría un aumento en el PIB turístico de 1.800 millones de euros, crearía más de 4.000 empleos ligados al turismo y generaría 326 millones de euros para la Hacienda Pública tan solo en los diez primeros años de funcionamiento. Y termino con una frase del Dalai Lama que lo resume: «No existe falta de tiempo, existe falta de interés. Porque cuando la gente realmente quiere, la madrugada se vuelve día. Martes se vuelve sábado y un momento se vuelve oportunidad».

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