El gran derbi del principio de la guerra

Tras el inicio de la guerra civil la disputa de una nueva temporada de la Primera División se hizo imposible. Aun así, en los territorios bajo control del Gobierno Republicano, se siguieron disputando competiciones regionales. La Federación de Fútbol de Levante organizó un campeonato, que disputaban Valencia FC, Cartagena FC, Gimnástico FC, Levante FC, Murcia FC y Hércules FC. al que se unieron los de la Federación Catalana de Fútbol; FC Barcelona, CD Español, Gerona FC, Granollers SC, CS Sabadell FC y FC Badalona.

Las autoridades republicanas organizaron la Liga Mediterránea como alternativa al campeonato nacional de liga. En un principio debían disputarla estos doce equipos, pero en última instancia, el Hércules FC, el Murcia FC y el Cartagena FC no se inscribieron al ser sus ciudades bombardeadas.

Es entonces cuando surgen una serie de partidos entre los equipos de Cartagena y Murcia, de carácter amistoso y con la intencionalidad de ofrecer su recaudación a distintas organizaciones.

Con las fotografías de nuestra sección vamos acercarnos al derbi del 36, un partido organizado, a beneficio de las Milicias Cartageneras, y que sirvió para recaudar fondos antes de su partida hacia el frente de Iznalloz-Guadix.

El que fuera amistoso no le restaba espectáculo debido a la gran rivalidad que existía ya entonces entre ambos equipos.

Se programaron dos partidos el primero en el Stadium (El Almarjal), el 23 de agosto y la vuelta, en Murcia (La Condomina) el 30 del mismo mes.

Para este primer 'match', se consiguió la aportación de un trofeo, en forma de copa, sufragado por el comerciante cartagenero Alfonso Cobacho. Al Stadium acudieron numeroso público y la totalidad de la Milicia Cartagenera, unos cuatrocientos, ya que al finalizar el encuentro estaba prevista una revista general a cargo de su comandante Torrens.

En un ambiente de alegría y entusiasmo en la concurrencia, la banda de Infantería de Marina interpretó el Himno de Riego y la Internacional, a continuación la miliciana Antonia Bueno hizo el saque de honor y con el pitido del árbitro Meseguer, el balón se puso en juego a las cinco en punto.

Ambos equipos actuaron con grandes deseos de agradar y poniendo mucho empeño en el buen juego, estando más afortunado el equipo cartagenero que logro perforar la meta contraria en cinco ocasiones por tan solo una, los murcianos.

Destacar los tres goles de Nieto, un triplete que junto a los tantos de Romerito y Villales completaron la goleada; el gol pimentonero fue obra de Fuentes.

Los equipos se alinearon de la siguiente forma (los mismos que aparecen en la fotografía):

Por el Cartagena jugaron Enrique, Cuervo, Jesulín, Bernárdez, Roig, Porcellat, Pedro (después Villales), Nieto, Romerito, Ángel (sustituido por López) y Pérez.

Y el Murcia alineó a Custodio, Garcerán, Villaplana, Herrera, Palhai, Griera, Castell, Díaz, Fuentes, Sevilla y Sornichero.

Para el partido de vuelta en el murciano campo de La Condomina, las cosas fueron bien distintas, al igual que en Cartagena la recaudación, unas 6.000 pesetas, fueron para las Milicias populares y a los hospitales de sangre.

Antes del comienzo hubo varios actos; el desfile por el campo de la banda miliciana y la de Beniajan, y el correspondiente saque de honor a cargo de la miliciana Josefina Amparo Vicente.

En esta ocasión el dominador del juego fue el equipo del Murcia FC, su línea media absorbió totalmente al Efesé (ya entonces era conocido con este sobrenombre) y la delantera con sus dos interiores pusieron cerco a la portería visitante, de tal modo que el acierto llevo al equipo local a devolver los cinco goles encajados en el partido anterior.

Cinco a cero fue el resultado final, todos ellos de preciosa ejecución, ante el delirio de los aficionados murcianos que se resarcieron de la derrota cosechada en Cartagena.

Al partido asistió el ministro de Agricultura de la República Española, Mariano Ruiz-Funes, hijo de Murcia y gran aficionado al fútbol que no quiso perderse el derbi.

A los pocos cartageneros asistentes al partido no les resulto fácil la vuelta, por el resultado encajado, pero al menos el objetivo de la recaudación sí fue magnifico, en palabras del directivo del Cartagena Juan Martínez: «Quiero hacer presente la profunda emoción que nos produjo a los cartageneros el observar como respondió el pueblo de Murcia al llamamiento de nuestra lucha. La población y su huerta, unificadas, rindieron el tributo que merecían nuestros milicianos, y coadyuvaron a las necesidades de los heridos en la revolución».