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El Palacio de Deportes, tampoco ahora

El Gobierno local renuncia a abrir en mayo el edificio, por los nuevos retrasos en las obras exteriores y en el equipamiento

José Alberto González

Martes, 31 de marzo 2015, 13:38

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¿Por qué el Gobierno municipal de Cartagena no permite ni a la oposición ni a los medios de comunicación visitar el Palacio de Deportes, a pesar de que semanas atrás dio por acabada la construcción del edificio y de que los servicios técnicos del Ayuntamiento firmaron el acta de recepción de las obras? ¿Hay algo que la alcaldesa, Pilar Barreiro, y su equipo quieran esconder por temor a las críticas o a las denuncias sobre el estado de las instalaciones, a solo dos meses de las elecciones municipales? ¿Por qué el Ejecutivo local no da todavía una fecha para la inauguración del inmueble ni aclara con qué servicios lo pondrá en marcha, a pesar de su promesa de tenerlo listo en mayo después de seis años de retraso y un sobrecoste del 43%, que ha disparado el presupuesto hasta los 21,5 millones de euros?

La falta de concreción del equipo municipal acerca de estas cuestiones; la ausencia de respuesta ante las solicitudes de PSOE, Izquierda Unida-Verdes y Movimiento Ciudadano de entrar en el edificio para poder ejercer su derecho de control del gobierno; y la negativa a facilitar información a 'La Verdad' sobre el estado de esta infraestructuras y sobre las previsiones en torno a él, a pesar de la insistencia de este diario, han acrecentado en las últimas semanas las dudas sobre la gestión de uno de los principales proyectos políticos de Barreiro (que será candidata a la alcaldía por el PP por sexta vez consecutiva), y de sus gobiernos durante las tres últimas legislaturas.

Ayer, el concejal de Deportes, Diego Ortega, despejó al fin la última de esas dudas sobre el edificio levantado en la confluencia de las avenidas del Cantón y Sebastián Feringán. Eso sí, lo hizo para constatar que el Ejecutivo no tiene fecha para inaugurar el complejo, y que casi con toda seguridad incumplirá su compromiso de abrirlo esta legislatura.

Para justificarlo, después de años de demoras, Ortega se ciñó a la idea de que el Consistorio no puede ahora andar con prisas. «La Concejalía tiene ya perfilado un plan de funcionamiento del Palacio para cuando esté todo terminado y con las debidas garantías. Lo que no se quiere es acelerar indebidamente los procesos porque haya unas elecciones. Cuando esté todo listo entonces se pondrán en marcha», se limitó a justificar Ortega, quien no dio ni datos ni un adelanto de su programa de actividades.

El edil de Deportes señaló que las obras «están en su fase final de acondicionamiento del exterior». Indicó que «se ha adjudicado el alumbrado así como las acometidas eléctricas de las instalaciones y se está a la espera de su ejecución; y la jardinería está en fase de contratación».

Maquinaria al aire libre

Este periódico realizó un recorrido por el entorno del inmueble, obtuvo imágenes del interior de éste y recabó información de fuentes empresariales y municipales que dejan claro que, para inaugurar el complejo en mayo, como anunció en enero que haría el Ejecutivo de Pilar Barreiro, sería necesario ir a toda máquina.

Según han constatado diversos servicios municipales, las infraestructuras del Palacio sufren deficiencias de diseño, ejecución y mantenimiento, y las diferencias con la Unión Temporal de Empresas (UTE) que ha edificado el complejo (formada por Dragados y Emurtel), así como con la compañía encargada de colocar la tarima de la pista principal, siguen generando demoras al subsanar esta cadena de problemas.

Asimismo, al margen de que el modelo de gestión económica sigue pendiente de definir, el retraso en la adjudicación de contratos como el de distintos equipamientos interiores y el de ajardinamiento exterior ha evitado tener ya el Palacio en unas condiciones óptimas para usuarios y espectadores a nivel técnico, de seguridad y estético.

Basta acercarse hasta el complejo impulsado por el Ayuntamiento y la Comunidad Autónoma, a través de un consorcio, para tener ante la vista las imágenes de lo que, paradójicamente, 'esconde' el Palacio. La mayoría son defectos de detalle, pero abundantes en número, que pueden observar a diario las cientos de personas que circulan a diario por la carretera de Peroniño o que pasean camino de Tentegorra.

El rosario de calamidades es muy amplio: desde tramos de acera hundidos, a zonas con charcos de agua y otras llenas de barro, pasando por revestimientos de paredes desprendidos, farolas rotas, árboles cortados, un muro de una antigua casas derribada aún en pie, puertas oxidadas, la cubierta con piezas deformadas y con tornillos que han cedido, y un espacio con maquinaria fácilmente accesible y semicubierta con telas y planchas de yeso.

Por dentro, la mayoría de las estancias ofrecen una imagen desnuda de muebles y de elementos para la práctica deportiva y está pendiente la reparación del parqué de la pista central conforme a la garantía establecida en el contrato.

También se han detectado filtraciones de agua y humedades; quedan por finalizar las acometidas de agua y dar de alta el suministro de electricidad (cuyo coste sería menor si se hubieran instalado paneles solares para la climatización y los calentadores de agua); hay que hacer las pruebas generales sobre el funcionamiento; los bomberos han llamado la atención sobre la necesidad de revisar las zonas de evacuación...

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