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Damián Tari, en lo alto de la escalera, y su padre, Francisco Tari, en su taller de coches de Cuesta Blanca.
La circunvalación aísla la zona oeste

La circunvalación aísla la zona oeste

Cuesta Blanca, Tallante y Los Puertos exigen un plan de promoción que los ponga en el mapa. Los empresarios achacan la pérdida de clientes, el cierre de negocios y la despoblación a la apertura de la nueva carretera, hace dos años

Antonio López

Lunes, 16 de marzo 2015, 13:11

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La apertura al tráfico de la carretera que rodea Cuesta Blanca, Los Puertos de Santa Bárbara y Tallante, hace ahora dos años, lejos de haber supuesto un beneficio para los vecinos y pequeños empresarios de esos pueblos, los ha sumido en el más absoluto olvido, a tenor de las quejas recogidas por este diario. Desde su puesta en marcha, en marzo de 2013, las comunicaciones con esos pueblos han mejorado considerablemente, pero ha provocado la pérdida de clientes a bares, restaurantes, talleres, gasolineras y pequeñas tiendas, que en la mayoría de los casos vivían gracias a los vecinos que hacían parada en su trayecto, muchos de ellos hacía Mazarrón o Cartagena.

Esta situación ha provocado, además, el cierre de comercios y que algunos empresarios ya estén pensando en trasladarse a barrios y diputaciones más concurridas. Porque, precisamente, otra de las graves consecuencias que ha traído el aislamiento al que ha sumido esta variante, de 10 kilómetros de longitud y 7 millones de inversión, es la despoblación progresiva. Ésta se ha visto empeorada aún más por el envejecimiento de los vecinos y la imposibilidad de construir en los alrededores, al ser una zona de alta protección medioambiental.

En Cuesta Blanca, Antolín Méndez, de la gasolinera BP; Beatriz Coronado, del estanco; Eva Martínez, de Comercial Ana; Ramón Conesa, de la ferretería y almacén de construcción; y Francisco y Damián Tari, del taller de coches Tari, protestan porque «una circunvalación, con el tráfico que había no hacía falta. Nos ha perjudicado más que nos ha beneficiado», cuenta el último de ellos.

Propuestas para la autopista

En Los Puertos, Bárbara García, la dueña del bar Juanito, y en Tallante, Miguel Ángel Alifa, echan la culpa a la variante de la pérdida de clientela. La mayoría de ellos coincide en que habría sido más rentable haber dejado gratis la circulación por la autopista Cartagena-Vera y haber construido dos enlaces con la zona oeste, uno a la altura de La Palas y otro en Molinos Marfagones.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Cuesta Blanca, Salvador Lara, pidió al Ayuntamiento que declarara urbanizable una zona entre el pueblo y la carretera, para construir casas y llamar la atención de los jóvenes cartageneros. «Si no hay relevo generacional, al final los vecinos terminarán por irse».

A la despoblación también ayuda el déficit de servicios de la zona, entre los que destacan, los continuos robos por la escasez de policías y la falta de alumbrado público y de un buen servicio de autobuses.

Sin embargo no todos opinan igual. Hay quienes como la presidenta de los vecinos de Tallante, Antonia Hernández, creen que «la variante le ha quitado tráfico al pueblo y así vivimos más tranquilos». O como la dueña de la empresa de alquiler de casas rurales, María José Martínez, quien piensa que ha mejorado las comunicaciones con los pueblos, aunque es consciente de que a muchos les ha perjudicado.

Para revitalizar la zona y llamar la atención de los empresarios, el Ayuntamiento realizó un estudio para investigar qué posibilidades de inversión hay en esos pueblos. Se trata del plan piloto de Ordenación de los Recursos Turísticos de la Zona Oeste de Cartagena, y en él se detallan las posibilidades turísticas y las oportunidades empresariales que presenta la zona oeste.

El informe lleva aparejadas ayudas económicas a través de los fondos del Programa de Desarrollo Rural de la Región de Murcia 2007-2015 y del europeo Leader. Una entidad llamada Grupo de Acción Local Campoder gestiona las subvenciones.

Entre los valores que destaca el estudio, están la riqueza paisajística, al tratarse de una zona poco urbanizada con espacios naturales, como La Muela; los recursos etnográficos, como los molinos, las norias, las baterías de costa y los conjuntos arqueológicos; y los diferentes espacios idóneos para practicar deportes al aire libre como senderismo, escalada, buceo y vela.

Empresas rurales

El objetivo es potenciar la creación de empresas ligadas al alquiler de casas rurales y a la organización de actividades de ocio, así como dar a conocer el atractivo de este enclave a nivel regional y nacional. Precisamente, el estudio detectó un déficit de servicios, ya que solo existen dos en La Azohía relacionadas con el buceo y la náutica.

El concejal de Descentralización, Nicolás Ángel Bernal, explicó que para animar a los vecinos y empresarios a invertir presentó hace dos semana los resultados de este estudio a los agentes sociales y económicos de La Aljorra, Molinos Marfagones, Perín y La Azohía.

De momento, según Bernal, ningún proyecto inversor se ha materializado, «aunque sí hemos tenido mucho movimiento de empresarios interesado en invertir en algún negocio en la zona».

El edil animó a los emprendedores a que se acerquen a la Agencia de Desarrollo Local y Empleo del Ayuntamiento (ADLE), cuyos técnicos les ofrecerán asesoramiento laboral, contable y fiscal a quienes pretendan invertir. También está a disposición de ellos los llamados cheques emprendedores.

Sobre el estudio, los vecinos y empresarios no opinan lo mismo. Lo conocen, pero echan en falta una mayor implicación del Ayuntamiento, porque, de momento no ha habido resultados que se puedan palpar. Creen que lo que verdaderamente se necesita es un plan de promoción de las maravillas que esconde esta zona del municipio para atraer a empresarios, a turistas y a vecinos antes de que caiga en olvido para siempre.

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