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Guillermo Sáinz muestra en su tableta el armario digital de uno de sus clientes.
La hora del armario digital

La hora del armario digital

Iwarda crea un servicio para organizar y almacenar la ropa de temporada y vender a través de internet la descartada

ANTONIO LÓPEZ

Viernes, 19 de diciembre 2014, 11:21

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Con el cambio de estación siempre surge la misma pregunta: ¿Qué hacer para guardar tanta ropa? La respuesta la tienen Guillermo Sáinz, de 39 años, y Silvia Haro, de 36, quienes han creado Iwarda, una empresa que se dedica a ofrecer soluciones a todas aquellas personas que tienen problemas de espacio para guardar sus prendas de vestir. Se encargan de su almacenaje en un lugar seguro; de la digitalización de cada una de ellas, para que el cliente las pueda ver por internet; de llevarlas a la tintorería, si es necesario; de hacerles arreglos; e incluso de la venta de aquellas que ya no se usan, entre otros servicios.

  • LA EMPRESA

  • 175

  • euros es el precio de la digitalización y almacenamiento de 30 prendas de ropa.

  • 450

  • euros es el precio de la digitalización y almacenamiento de 100 prendas y 16 pares de zapatos.

  • Nombre.

  • Iwarda.

  • A qué se dedica.

  • Ofrece soluciones a toda la gente que tenga un problema de espacio con su ropa.

  • Página web.

  • www.iwarda.com.

  • Año de creación.

  • 2014.

Estos dos cartageneros residentes en Madrid se lanzaron a principios de este año a montar este negocio innovador, «casi único en el mundo», como se encarga de recordar Guillermo Sáinz.

Su principal servicio es el almacenado de prendas. Si alguien tiene problemas de espacio durante los cambios de temporada, un asesor acude a la casa y guarda toda la ropa en armarios diseñados específicamente para ello. Antes de hacerlo les dan un tratamiento especial para que se conserven en perfectas condiciones durante el periodo elegido.

Servicio en 24 horas

Además, las digitalizan una a una, de manera que a través de cualquier dispositivo móvil y entrando en su página web, el cliente puede verlas. «También damos la posibilidad de poder recuperarlas y enviarlas de nuevo si el usuario lo desea en menos de 24 horas», explica el emprendedor.

Otro de los servicios de Iwarda es la venta de la ropa que ya no se usa y que el cliente quiere desechar. Ésta sale a la venta a través de un portal de internet. «Hemos elegido uno de los mejores de España. Hay que tener en cuenta que se trata de vestimentas que, en la mayoría de los casos, están en perfecto estado. Según un estudio, solo usamos el 20% de la que tenemos en casa, de ahí que nos hayamos lanzado a ofrecer este servicio», indica Guillermo.

Cada cliente tiene en la web de Iwarda una contraseña para entrar a su armario digital. Así «pueden hacer combinaciones. Incluso les podemos asesorar para que puedan sacar el mejor provecho de su ropa. También pueden crear un calendario donde asignar prendas a sus eventos e incluso dejar que una amiga entre y se pueda llevar las que prefiera», dice Sáinz.

'Packs' a medida

Cada cliente puede hacerse su paquete a medida. En la página inicial de su web hay elaborados algunos, como por ejemplo 'Quiero espacio', que contiene un armario de treinta prendas colgadas y otro para el calzado. Todo ello cuesta 175 euros. También está el 'Cambio de armario', que vale 450 euros al semestre e incluye 60 prendas colgadas, 40 dobladas y un armario para 16 pares de zapatos. «Lo que estamos descubriendo ahora es que cuando vamos a casa del cliente nos contrata cajas añadidas sobre la marcha, que también guardamos», asegura Guillermo.

De momento solo trabajan en Madrid, pero tras la inversión realizada por un empresario valenciano ya piensan en montar delegaciones en Valencia, Barcelona y Sevilla el año que viene. El siguiente paso será salir al extranjero, algo que ya se lo han pedido desde Estados Unidos, Italia y Reino Unido. Pero esto no saldrá, «creemos, hasta el año 2016», advierten.

Actualmente, tienen más de 500 usuarios, pero saben que ese número aumentará en los próximos meses, conforme sean conocidos. «No creíamos que íbamos a crecer tan rápido. Sabíamos que podía funcionar, porque en el poco tiempo que llevamos en el mercado nos va muy bien», dicen estos emprendedores cartageneros.

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