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Fernández, en el laboratorio de Ingeniería Eléctrica de la UPCT.
«Tal como está España, hay que ser el mejor»

«Tal como está España, hay que ser el mejor»

La cartagenera Martina Fernández ha batido el récord de la UPCT al graduarse en 3 años. Con 21 ya es ingeniera eléctrica

José Alberto González

Viernes, 24 de octubre 2014, 01:08

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Aunque admite que ya en el Bachillerato devoraba libros, apuntes y toda aquella «información útil» que encontraba buceando en internet, fue al llegar a la Universidad cuando tuvo que dejar casi de lado la vida social y centrarse, según sus propias palabras, «en lo que ahora importa: los estudios». Es más, para alcanzar la cima que se propuso nada más terminar la selectividad, Martina Fernández García ha tenido que sacrificar incluso la vida personal y familiar: «Mi novio, Federico, me ha visto poco; y en mi casa, durante muchos meses solo me han visto de vez en cuando».

«La verdad es que duermo poco», confiesa Martina, quien a sus 21 años acaba de obtener el título de ingeniera eléctrica por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT). Lo ha hecho en el periodo de exámenes de septiembre, y no porque suspendiera los anteriores, sino por una pura cuestión de estrategia para conseguir su particular reto: acabar la carrera en solo tres años.

El planteamiento de apurar sus posibilidades mentales y físicas para aprobar el mayor número de asignaturas en cada convocatoria le ha salido tan bien que no solo se ha superado a sí misma, sino también a los cientos de alumnos de la institución donde se matriculó.

Así, al superar este autodesafío, esta cartagenera ha batido también el récord de la UPCT. Según ha confirmado el Vicerrectorado de Estudiantes, que dirige Francisco Martínez, es la primera alumna (y ningún chico ha alcanzado esta meta) que acaba en tres años un título de grado, diseñado para cuatro.

«Estoy muy contenta y satisfecha. Esta Universidad te exige mucho nivel. Si sacarse el grado en cuatro años ya es difícil, imagina en tres», comenta la flamante ingeniera a 'La Verdad' en la Escuela de Industriales, en el antiguo Hospital de Marina.

Lejos de hablar de trucos, esta brillante universitaria asegura que la clave de su éxito ha sido «el esfuerzo, el esfuerzo y el esfuerzo». Y no oculta que ha dedicado muchas horas a «buscar información por internet, a consultar bibliografía, a ir a las tutorías de los profesores...». «He intentado sacar el máximo partido al tiempo. La verdad es que duermo poco», resume con una sonrisa.

Sin olvidarse de dar un «agradecimiento» a todos los que le han ayudado, Martina añade dos factores: «Me he apoyado en los compañeros, porque teniendo hasta doce asignaturas en un mismo cuatrimestre asistir a todas las clases es imposible; se solapan. Y tanto mi novio [estudiante de Ingeniería Mecánica también en la UPCT] como mi familia siempre me decían: «Tú tira para adelante, que puedes con todo».

Pero, ¿qué empujó a esta joven a ponerse el listón tan alto? Con la vista puesta siempre un poco más allá de su presente, Martina responde así: «Mi motivación era y es que, estando España como está a nivel económico, con tanto paro, tienes que ser el mejor. Si quieres un buen puesto de trabajo y dedicarte a lo que te gusta, tienes que ser el número uno en todo».

«Esfuerzo» en clase y en la vida

En su caso, lo que le gusta es la ingeniería eléctrica, quizás porque «abarca todo». «Sin electricidad -razona-, no hacemos nada. En España, las empresas están muy interesadas en reducir su factura energética. Por ejemplo, para evitar despidos, hay compañías que buscan reducir al máximo su gasto en luz. Y en ese reto, los ingenieros eléctricos somos esenciales. Entre muchas otras tareas, asesoramos a la hora de elegir las tarifas más conveniente».

Del grado en la Politécnica, Martina destaca precisamente que prepara a los futuros profesionales para encarar las dificultades que sin duda tendrán que resolver en sus empresas, y para las que muchas veces no podrán echar mano de un guión.

«En esta Universidad te preparan muy bien. Requiere mucho esfuerzo, pero es que a veces los estudiantes estamos muy acostumbrados a lo fácil. A eso de 'me cojo esto, me lo estudio y apruebo'. Y aquí en la UPCT, no. Aquí, tienes que buscar en este libro, en este otro, en esta página web.... Tú tienes que buscarte las mañas para aprobar. Quizás por eso, algunos tiran la toalla y se van a otras universidades», cuenta la graduada. Y remata su argumentación con un toque de humor: «Aquí, los profesores te enseñan cómo resolver los problemas y los imprevistos. No te dan un 'guiaburros'».

El mérito de Martina es aún mayor, ya que durante la carrera en su familia han tenido que afrontar situaciones adversas. Conforme a una filosofía que lleva más allá de los estudios y aplica a la vida, para ella esa coyuntura ha sido un revulsivo: «Si te viene un obstáculo, no puedes quedarte ahí y parar tu vida. Tienes que hacer lo posible por superarlo».

Sin darse tregua, en ese espíritu de superación continúa. «Para tener una categoría más de ingeniero», ha empezado el Máster de Industriales, dividido en dos cursos. Aunque también se planteó tratar de sacárselo en un año, no puede porque este posgrado acaba de implantarse.

Con humildad, lo suyo es pisar el acelerador. «Lo que he hecho puede ser excepcional. Pero cualquier puede; con esfuerzo, todo se puede».

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