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Antonio López
Jueves, 2 de octubre 2014, 01:45
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Las lluvias registradas durante los últimos días en el Campo de Cartagena han sido muy beneficiosas para la agricultura y la ganadería, máxime si se tiene en cuenta que no han llegado acompañadas de granizo. Esta «bendición del cielo» ayudará a los agricultores a ahorrar agua para regadíos, al menos durante los próximos quince o veinte días, según el presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de la Comarca de Cartagena, Vicente Carrión.
A principios de la temporada de hortaliza de invierno, los agricultores temían no tener suficiente agua del Trasvase Tajo Segura para sacar adelante sus cultivos si no llovía. Incluso, el presidente de la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena, Francisco Sáez, les aconsejó por carta que redujeran las hectáreas de plantaciones por miedo a que la sequía se extendiera hasta finales de año y no hubiera recursos hídricos para todos.
Pero las lluvias de los últimos días han cambiado el panorama agrícola. «No han podido ser más beneficiosas. Han llegado en el momento exacto, cuando la planta ya está creciendo. Eso nos da un respiro para las próximas tres semanas», indicó Carrión.
Recursos hídricos
A pesar de las intensas lluvias, los agricultores saben que aún no está salvada la temporada por completo. Esperan que sigan las precipitaciones, para no tener que echar mano del agua del Trasvase. «Están bien las lluvias aquí, pero mejor estarían en la cabecera del Tajo, para así asegurarnos la llegada de todos los recursos hídricos que necesitamos», dijo Carrión.
En el Campo de Cartagena se ha sembrado lechuga, brócoli, coliflor, apio y alcachofa, entre otros verduras y hortalizas. Hay 30.000 hectáreas, las mismas que el pasado año, a pesar de las advertencias realizadas por la Comunidad de Regantes a mediados de agosto.
Precisamente, el presidente de ese colectivo cree que sería necesario que lloviera entre 20 y 30 litros por metro cuadrado a la semana, para asegurar agua a todos los cultivos, aunque para él lo más esencial es que llueva en la cabecera del Tajo, para que los pantanos tengan agua suficiente para trasvasar.
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