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Paranza ilegal instalada en el canal que une el Mar Menor y el Mediterráneo, al norte de La Manga.
Pescadores furtivos siembran de redes y plataformas la zona de La Encañizada

Pescadores furtivos siembran de redes y plataformas la zona de La Encañizada

ANSE revela la existencia de una -infraestructura fija para extraer dorada, lubina y mújol del parque de las Salinas de San Pedro y exige desmantelarla

José Alberto González

Jueves, 21 de agosto 2014, 00:45

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La zona más singular, delicada y supuestamente protegida del parque regional de las Salinas de San Pedro del Pinatar, La Encañizada de La Manga, está siendo esquilmada por pescadores furtivos. Activistas de Anse denunciaron públicamente ayer la existencia de una infraestructura ilegal y permanente de redes, barcos y plataformas de madera montada de manera irregular para la recogida, con fines comerciales, de dorada, lubina, mújol, magre, anguila y otras especies.

Siete miembros de la asociación ecologista retiraron ayer, a modo de prueba, las mallas de un arte de pesca ya desmantelada, de la decena detectada en el canal que une el Mediterráneo y el Mar Menor. El arte empleado por los furtivos es la paranza, prohibida en un espacio donde solo hay autorización para una zona restringida y en la que se usa una empalizada de cañas.

Mientras que en estas últimas, quedan atrapados los ejemplares que tratan de salir al Mediterráneo desde la laguna interior, en el caso de la paranza colocada por los pescadores ilegales, atrapa los peces que pasan en sentido inverso y los pocos que logran superar La Encañizada camino del Mediterráneo.

La actividad se realiza en embarcaciones de pequeña eslora, de entre 4 y 7 metros, que permanecen fondeadas en la orilla norte de la Encañizada, al abrigo de los denominados escullos. Casi todas carecen de matrícula identificativa, como obliga la normativa, y las pocas que la tienen pertenecen a la lista deportiva.

Las redes se sitúan en torno al canal natural de comunicación entre el Mediterráneo y el Mar Menor, y según ANSE «llegan a formar una auténtica maraña que impide el movimiento de peces, limita el de la avifauna silvestre y entraña un grave peligro para las aves de mayor tamaño».

Al norte de La Manga

«Muchas redes se apoyan en cabillas metálicas clavadas al suelo, lo que facilita su limpieza sin necesidad de retirarlas», indicaron los ecologistas. Y añadieron que «para el apoyo de las labores pesqueras, hay tres plataformas de madera sobre pilares clavados en el fondo, donde se almacenan redes cuando no se usan»; y que «en el muro central de La Encañizada y en los escollos hay muchos fragmentos de redes abandonados, y otras secándose al sol».

Para llamar la atención de autoridades y ciudadanos, los activistas de la Asociación de Naturalistas del Sureste de España desplegaron una pancarta con el lema «Stop pesca ilegal en las Salinas de San Pedro».

El director de ANSE, Pedro García, señaló que los furtivos suelen actuar antes de la salida del sol para tratar de pasar desapercibidos. Y añadió que ANSE se ha decidido a protestar, tras meses intentando que el Servicio de Pesca de la Consejería de Agricultura y Agua (Comunidad Autónoma), la Demarcación de Costas del Ministerio de Medio Ambiente y el Servicio Marítimo de la Guardia Civil, entre otros organismos, reaccionaran.

García instó a desmantelar estas instalaciones, localizar a los responsables y sancionarlos. Y subrayó que es un problema de fraude económico, daño ecológico y posible riesgo para la salud pública, por el incumplimiento de la normativa sobre el control de la procedencia del producto.

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