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Antonio Baeza, Israel Buendía y Mar Hurtado, encadenados a la barandilla de una de las escaleras del Rosell.
Encadenados por el Rosell

Encadenados por el Rosell

Tres vecinos se atan a la puerta del hospital para denunciar «su desmantelamiento»

Antonio López

Martes, 24 de junio 2014, 00:50

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«Estaremos aquí hasta el último día que le quede al Rosell, porque una vez que trasladen el servicio de Psiquiatría, no habrá nadie ingresado y el centro se quedará como un mero ambulatorio». Israel Buendía, de 40 años, uno de los ciudadanos que permanece acampado en el aparcamiento del hospital del Paseo de Alfonso XIII desde hace más tres meses, se encadenó ayer, junto a otros dos vecinos, a la puerta principal del centro para denunciar el «desmantelamiento de la sanidad pública, que se materializa hoy con el traslado al Santa Lucía de los enfermos mentales».

Junto a Mar Hurtado, una administrativa de 47 años y madre de dos hijos, y a Antonio Baeza, de 59 años y parado de larga duración, se encadenaron primero en la escalera que hay frente al antiguo quiosco de prensa del hospital, que ahora está cerrado. Lo hicieron sobre las once y media. Sobre las siete se ataron a la puerta principal, donde anunciaron que pasarían toda la noche. En el suelo colocaron una pancarta en la que se podía leer: «Catalina [en referencia a la consejera de Sanidad, Catalina Lorenzo] no te enteras, el Rosell es de Cartagena».

«Sabemos que no podemos impedir que se lleven a los enfermos, pero lo que queremos es que todos los cartageneros tomen conciencia de lo que está pasando en el hospital. Una vez que acaben de llevarse a los enfermos, las instalaciones no podrán denominarse hospital», contó Buendía.

Protestarán todo los días

Israel, Mar y Antonio enviaron a la dirección de la Gerencia del Área de Salud II de Cartagena una carta para «exigirle explicaciones sobre lo que están haciendo, porque no lo entiende nadie», dijo el primero, el mismo que en abril estuvo 17 días en huelga de hambre, por la misma circunstancia.

Los tres, junto a un nutrido grupo de ciudadanos, llevan acampados en el Rosell 104 días «y seguiremos hasta conseguir lo que pretendemos: que el hospital siga siendo un hospital y no un ambulatorio, como lo quieren dejar», avisó Mar Hurtado.

Para Antonio Baeza «lo que están haciendo con el Rosell es solo un ejemplo de lo que ocurre en toda España con la Sanidad Pública. Antes de que nos quedemos sin el hospital quiero dar la cara e intenta concienciar a la ciudadanía de ello», dijo.

Junto al grupo de acampados, avisan de que realizarán a partir de hoy una concentración en el aparcamiento del Rosell a diario. Las protestas serán a partir de las ocho de la tarde y continuarán «hasta que consigamos que sea un centro hospitalario bien equipado».

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