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Lunes, 7 de agosto 2017, 07:50
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No tenía escapatoria, debía someterse al test de alcohol y drogas, pero sabedor, posiblemente, de que daría positivo decidió acelerar su moto sin importarle las consecuencias. «Cuando ha llegado al punto de control, ha simulado detenerse y de repente ha acelerado arrollando a un compañero», explicaba ayer a 'La Verdad' un miembro de la Guardia Civil de Tráfico en la gasolinera Las Cumbres, en el Puerto de la Cadena, donde acababa de concluir el macrodispositivo en el que un agente resultó ayer atropellado. «Era un miembro de 'Los Linces', trató de impedir que huyese el motorista tirándole los pinchos».
Sin embargo, el conductor de la moto de gran cilindrada, junto a su acompañante, una mujer, lograron escapar de la gasolinera y adentrarse en la A-30 en dirección a Murcia. «Pasaban unos minutos de las siete de la mañana cuando un cliente ha empezado a gritar que había un guardia civil por el suelo, se lo habían llevado por delante», relataban Bea e Isabel, empleadas de la gasolinera.
El agente, destinado en la comandancia de Murcia, quedó tendido sobre el asfalto, cerca de la señal de stop, y fue trasladado por una ambulancia del centro de salud de Corvera hasta el Hospital Virgen de la Arrixaca. «Es una pena que le hagan eso a alguien que está haciendo su trabajo», lamentaban las empleadas.
Cincuenta positivos
Por suerte, las lesiones que sufrió el miembro de 'Los Linces' fueron leves y horas después recibió el alta. La Guardia Civil de Tráfico espera detener en breve al autor del atropello, ya que ayer mismo confirmó a este diario que «tenemos plenamente identificado el número de matrícula de la motocicleta. Se le podrían imputar supuestos delitos contra agente de la autoridad y contra la seguridad vial, que llevan aparejadas penas de cárcel y la retirada del carné de conducir».
El dispositivo desarrollado ayer se enmarca en la 'Operación vacaciones seguras' y movilizó a 30 agentes de la Agrupación de Tráfico y la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil ('Los Linces'). «Cortaron la autovía, obligando a los vehículos a pasar por la gasolinera», comentaban las empleadas. El efecto embudo fue insalvable para los conductores que circulaban por la A-30, de regreso a Murcia, muchos de ellos tras pasar una noche de fiesta en las discotecas del litoral.
Un total de 1.500 conductores recibieron el alto, de los que medio centenar fueron multados por consumir alcohol o drogas, según el balance provisional. Pasadas las 12 horas todavía había coches inmovilizados por dar positivo. De hecho, un h acudió a recoger a su hijo y a llevarse el Renault Clio de este, mientras lamentaba que «le han caído 1.000 euros por consumir hachís».
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