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LA VERDAD
Murcia
Domingo, 20 de agosto 2017, 08:02
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Tres minutos, a lo sumo. Ese es todo el tiempo que un grupo de personas empleó ayer por la mañana en descargar un descomunal atún rojo, en las inmediaciones del puerto deportivo de Portmán, introducirlo en un Seat Ibiza y salir quemando ruedas con rumbo desconocido. «Fue visto y no visto», explicaba unas horas más tarde, todavía sorprendido, uno de los testigos de esta curiosa y, en apariencia, también clandestina operación.
No en vano, 'La Verdad' ha confirmado que la Guardia Civil ya ha abierto una investigación para tratar de identificar a las tres personas que, al menos, participaron en la descarga del gran túnido, cuyo peso bien podría rondar los 200 kilogramos. Todo apunta a que las gestiones serán encomendadas al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), con una amplia experiencia en la persecución de la pesca ilegal.
No solo la actitud de los intervinientes y la extrema prisa con la que actuaron apunta a que su actividad no contaba con respaldo legal. Para empezar, las capturas con muerte de atún rojo están completamente prohibidas en cualquier tiempo y circunstancia. Así, la ley establece que «se prohíbe la pesca deportiva y recreativa de atún rojo, y la realización de concursos, eventos deportivos o competiciones de pesca deportiva o de recreo que tengan como fin la muerte de atún rojo. En todas estas actividades se deberán adoptar las medidas precisas para asegurar la devolución con vida al mar de todos los atunes que se capturen».
Cuando no existe veda y se captura uno de estos peces y no se logra evitar que muera, hay que mantenerlo a bordo y remitir a las autoridades una declaración de captura. Algo que solo puede realizarse, además, si se dispone de un cupo formalmente autorizado.
Fuentes de la Guardia Civil han confirmado que la zona de Portmán es uno de los puntos más calientes en la Región de la pesca ilegal de atunes rojos de grandes dimensiones, que se sospecha que son capturados para ser introducidos de forma clandestina en el mercado del consumo humano. Los infractores han causado a veces importantes daños en las granjas de engorde de la zona.
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