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Archivan el caso de un presunto bebé robado al no poder obtenerse el ADN

La mujer dio a luz en 1972 en la antigua Arrixaca y recibió un cadáver de un niño, pero el tiempo transcurrido impide extraer su perfil genético

EFE

MURCIA

Miércoles, 13 de junio 2018, 07:26

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La Audiencia Provincial de Murcia ha dado carpetazo definitivo a otra denuncia por un presunto caso de bebé robado. En esta ocasión el tribunal desestima el recurso presentado por una mujer contra la resolución de un juzgado de instrucción de la capital que acordó archivar la querella que había presentado por la presunta sustracción de un recién nacido que alumbró en un hospital. La Sala opta por confirmar el archivo al no haberse podido obtener un perfil genético de los restos mortales analizados.

El auto coincide con el juez instructor en que la investigación puede darse por agotada, por lo que no tiene sentido mantener la causa abierta y proceder, como pretendía la apelante, a la práctica de nuevas pruebas que se considera no arrojarían más luz sobre el asunto.

La resolución judicial que ahora se ve ratificada, dictada hace poco más de un año, señalaba que el sobreseimiento se acordaba no de forma caprichosa, sino porque se había llegado a una situación que se entendía hacía imposible el avance de la investigación, por lo que no se compartían los argumentos de la recurrente acerca de que existían otras opciones para continuar con el caso.

«No desconocemos la extraordinaria gravedad de los derechos humanos aquí en juego», recalcan

Señalaba también el auto que las pruebas periciales practicadas, que fueron muy amplias, «no han podido relacionar perfiles genéticos que vinculen a la querellante con los restos habidos, al no obtenerse perfiles y no poder identificarse los restos cadavéricos analizados».

Según explica la sentencia, esta mujer, que dio a luz en agosto de 1972 en la antigua Arrixaca -el actual Morales Meseguer-, recibió «un cadáver de bebé para su enterramiento». Debido al tiempo que transcurrió entre la inhumación de los restos mortales y su exhumación para realizar las pruebas ahora practicadas, y al tratarse de un bebé, que no tiene los huesos calcificados como un adulto, no ha sido posible obtener un perfil genético. El tribunal, que tiene como ponente a la magistrada Concepción Roig, hace hincapié en que «no desconocemos la extraordinaria gravedad de los derechos humanos aquí en juego: derecho humano a la vida familiar, derecho humano a la propia identidad y el profundo dolor y la urgencia de una situación que no está cerrada para la querellante».

La Sala se hace eco igualmente de la sensibilidad que en los últimos años despierta todo lo relacionado con los bebés presuntamente robados nada más nacer, algunos de los cuales fueron dados en adopción tras decir a la madre que habían nacido muertos. Añade, no obstante, que «en este caso, el no haber podido determinar fehacientemente que a la querellante se le entregó el cuerpo de otro bebé, pesa como una losa sobre la instrucción de la causa e impide que esta prosiga, a la vista del juego de las presunciones, que nunca pueden actuar en contra del reo».

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