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Suelta de uno de los ejemplares en la orilla de Las Palmeras, junto a la playa aguileña de Los Cocedores.
Liberan trece crías de tortuga boba marcadas para conocer sus migraciones

Liberan trece crías de tortuga boba marcadas para conocer sus migraciones

Cerca de un centenar de investigadores, naturalistas y escolares participan en la suelta, en el límite municipal de Pulpí y Águilas

Pepa García

Jueves, 29 de septiembre 2016, 01:25

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Un inusual aguacero preludiaba el excepcional acontecimiento. La liberación de trece tortugas bobas ('Caretta caretta') en la playa de Las Palmeras (Pulpí), justo en el límite con la Región de Murcia y a un tiro de piedra de la playa de los Cocedores de Águilas. «Hace 10 o 15 años encontrábamos un nido cada cinco años, desde hace tres o cuatro encontramos tres cada año», dice contento, a pie de playa, Adolfo Marco, investigador de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y uno de los grandes especialistas en tortuga boba, para dejar constancia de lo raro de este acontecimiento.

'Negrita', 'Toby', 'Cristina', 'Dora', 'Buru', 'Vendetta', 'Bonita', 'Martina', 'Triana', 'Sanana', 'Morla', 'Jordan' y 'Miguel' iniciaron en mitad de una tromba de agua otoñal, ayer, su aventura vital en el mar, después de haber pasado un año en las instalaciones del Acuario de Sevilla y el Centro de Gestión Sostenible del Medio Marino de Algeciras fortaleciendo sus caparazones para no ser bocado del primer pez que se cruce en su camino. «A partir de esta edad son las reinas. Hemos hecho ensayos liberándolas en un acuario de ambiente Mediterráneo en Almuñécar y ni las morenas ni los tiburones se atreven con ellas», cuenta Marco; y recuerda que, cuando rompen el cascarón, son unos diminutos animalitos cartilaginosos, una presa fácil con un elevadísimo índice de mortalidad en los primeros días de vida.

Las trece, con caparazones de unos 20 centímetros de largo ya, han sido marcadas con un microchip que permitirá identificarlas cuando se vuelvan a cruzar en el camino de investigadores o técnicos de ambientales de todo el mundo; y cinco de ellas, 'equipadas' con un radiotransmisor, aportarán durante tres meses información sobre sus movimientos (hasta dentro una década y media no volverán a nuestras costas para aparearse y dejar su puesta en nuestras playas) aún todo un enigma para los estudiosos de la especie en el Mediterráneo.

El pasado verano los hijos de unos pescadores de la zona avistaron a la tortuga en la playa. Llamaron al 112 y, en un tiempo récord, la veterinaria de la asociación almeriense Equinac acudió a la llamada. «Estaba todavía poniendo los huevos, así que, cuando terminó, pudimos marcarla, tomarle muestras para tener sus marcadores genéticos y medirla», cuenta Anca, que asegura que, un par de días antes, la misma hembra tuvo un intento frustrado de puesta en una playa del municipio de Águilas. El nido, custodiado por Equinac durante casi dos días, fue trasladado a la Estación Biológica Doñana para incubar los huevos. «Allí tenemos mucha experiencia y de los 80 huevos nacieron 56», aclara el investigador Adolfo Marco.

En junio liberaron a las 13 primeras, gracias a las que ya se han descubierto las distancias que son capaces de recorrer siendo solo unas crías, aunque sus radiotransmisores han dejado ya de emitir. Ahora las sucederán sus cinco hermanas 'localizadas', que transmitirán información de sus movimientos y velocidad hasta Navidad. Para conseguirlo, el proyecto ha contado con la colaboración del Ministerio, que ha pagado 4 de los 5 radiotransmisores, y de la Fundación Hombre y Territorio, cuyo 'crowdfunding' ha permitido equipar a otro de estos reptiles marinos.

Supervivencia de la especie

A la liberación de los 'bebés' tortugas acudieron también alumnos de 5º y 6º de Primaria del colegio Federico García Lorca (Pulpí), también miembros del equipo de cuidadores e investigadores del Acuario de Sevilla, científicos del Instituto de Investigaciones Costeras de la Universidad Politécnica de Valencia, miembros de las asociaciones que han contribuido a hacer posible su supervivencia, técnicos de medio ambiente de la Junta de Andalucía y hasta el alcalde de Pulpí. Todo un acontecimiento que resulta transcendente para la supervivencia de la especie en el Mediterráneo.

«Es muy importante proteger las puestas en el Levante español y a las nuevas crías para que repitan y se consoliden bien las anidaciones, que dan respuesta al problema generado por el cambio climático. Si no lo hacemos, estaremos frustrando la dispersión de la especie, una respuesta natural al problema ambiental del calentamiento de las aguas del Mediterráneo», valora el investigador del CSIC Adolfo Marco.

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