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En verano, la renovación de la crema protectora debe realizarse cada dos o tres horas.
Fotoprotección, el arma contra el sol

Fotoprotección, el arma contra el sol

Los dermatólogos aconsejan evitar las horas de más intensidad y beber líquidos. El uso de sombreros, gorras y gafas, que sirven para proteger el rostro y de lesiones oculares, es otra recomendación de los expertos

EFQ / COM

Sábado, 27 de mayo 2017, 00:29

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En esta época del año, el principal factor de riesgo para la piel es la exposición al sol sin la protección adecuada. Los días de playa y piscina, los paseos... son momentos en los que se deben extremar las precauciones para evitar sus contratiempos, entre ellos los casos de melanoma, el cáncer cutáneo más agresivo. Porque la piel tiene memoria del 'maltrato' sufrido y acaba pasando factura, de ahí que se aconseje el uso de ropa, sombreros y gorras, utilizar gafas de sol y evitar la exposición solar durante las horas centrales del día, todo ello complementado con el uso de cremas solares. Estos productos han de convivir durante estos meses de verano en todos los hogares, y concretamente en los de la Región de Murcia, para reducir al máximo cualquier riesgo.

  • Aplicar el protector solar de forma uniforme y generosa sobre la piel seca,

  • 30 minutos antes de la exposición solar.

  • En las primeras exposiciones al sol, usar un factor de protección más alto.

  • No dejar de utilizar crema fotoprotectora una vez logrado el bronceado.

  • Renovar la aplicación cada dos horas

  • y después de cada baño.

  • Evitar las horas centrales del día,

  • entre las 12 y 16 horas.

  • En la medida de lo posible utilizar ropa como fotoprotección do,

  • ayudado de accesorios como gorras y gafas de sol.

  • Beber abundantes líquidos,

  • aunque no se tenga sensación de sed.

  • Todos los niños

  • deberían practicar una correcta protección solar.

  • Los niños menores de 6 meses no deben de estar expuestos al sol

  • y por debajo de los 3 años se deben extremar las precauciones.

  • Utilizar de forma fundamental ropa como fotoprotección.

  • Utilizar protectores solares de altos índices, especiales para niños a partir de los 6 meses de edad.

  • Utilizar protectores solares siempre que se realicen actividades al aire libre,

  • incluso en la sombra o días nublados.

Los protectores solares, según su composición, pueden absorber, reflejar o dispersar la radiación UV. Para prevenir los daños por dicha radiación es necesaria una protección frente a la radiación UVB (ultravioleta tipo B) pero también frente a la radiación UVA (ultravioleta tipo A), la cual causa fundamentalmente fotoenvejecimiento. Por lo tanto, idealmente, los protectores solares deben proteger frente a la radiación UVB y UVA.

Actualmente, en el mercado hay dos tipos de protectores: unos son físicos y otros químicos. Los primeros actúan como una barrera física dispersando o reflejando la radiación solar, y generalmente suelen dejar algo blanquecina la piel, mientras que los segundos absorben la radiación recibida.

Asimismo, los dermatólogos Javier Ruiz Martínez; Eugenia Cutillas, también presidenta de la Sección Murciana de la AEDV; y Tania Salas García, que ejerce como coordinadora regional de la campaña Euromelanoma; recomiendan fijarse en la información de esos envases, concretamente en el valor que acompaña a las siglas SPF (en inglés, Sun Protection Factor) o FPS (Factor de Protección Solar), que muestran el grado de protección que proporciona a la radiación UVB, teniendo como base la dosis de radiación que se necesita para alcanzar eritema (enrojecimiento) en la piel. Por ejemplo, un protector solar con SPF 15 indica que para llegar a tener eritema solar se necesita una dosis 15 veces mayor que si no se aplicara ningún protector.

En este punto, es importante resaltar que los protectores solares son testados en laboratorio aplicando 2mg/cm2, y diversos estudios reflejan que la cantidad que se suele aplicar en la piel oscila entre el 20 y 50%. Así pues, si solo se aplica la mitad de un protector con SPF 16, en realidad es como si fuera un SPF 4, de ahí la importancia de utilizar protectores con factores altos.

Renovar con frecuencia

Además, los especialistas recuerdan que no solo basta con untarse protección solar en una única ocasión, puesto que solo permite un tiempo de exposición razonable. De esta manera, la fotoprotección debe renovarse cada 2-3 horas, y en ocasiones con más frecuencia, aprox. 20 minutos, porque con el sudor, agua o contacto con la arena de la playa se reduce la cantidad de manera significativa.

Incluso es recomendable la protección aunque uno permanezca en la sombra, dado que el reflejo de las radiaciones solares en el agua y arena le puede incidir en la piel; igual de importante es en los días nublados, ya que el 90% de las radiaciones solares atraviesan las nubes; y también si uno ya luce un bonito bronceado, porque este estado solo le proporciona una leve protección frente al UVB y ninguna frente al UVA.

Por todo ello, es importante evitar las horas centrales del día, así como utilizar ropa y complementos, como gorras de visera ancha para proteger la cara y los ojos, y gafas con filtros para rayos UVA y UVB, que protegen de lesiones oculares y cataratas. No obstante, la exposición al sol también tiene efectos beneficiosos para la salud, entre ellos: estimula la síntesis de vitamina D, favorece la circulación y mejora ciertas enfermedades de la piel.

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