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Marta Semitiel
Domingo, 30 de abril 2017, 07:58
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La crisis tiene nombre propio. Tiene, incluso, cientos de miles de nombres. Se le han puesto innumerables rostros desde que sus efectos comenzaron a hacer estragos en las vidas de nuestros jóvenes y nuestros mayores. Pero, en la víspera del Día Internacional del Trabajador, también vamos a poner edad a la crisis: más de 50 años, por ejemplo.
La última Encuesta de Población Activa, realizada en el mes de marzo, cifra en 36.617 las personas mayores de 50 años en situación de desempleo en la Región. La crisis podría llamarse Antonio Miñarro o Miguel Ángel Canales: ambos parados de larga duración.
Para ellos, la experiencia laboral ha dejado de ser una fortaleza, porque ya han atravesado esa frontera invisible y discriminatoria de los 50: A partir de ese momento, sabes que las probabilidades de encontrar trabajo disminuyen. El tiempo avanza y siempre va en contra, manifiesta Antonio.
«La experiencia está infravalorada»
Canales lleva más de cuatro años en el paro. Tras estudiar tres años de Arquitectura en Valencia, acabó trabajando en el sector bancario, en la promoción de viviendas, de comercial para varias empresas e incluso en labores logísticas para otros. A sus 52, Miguel Ángel ya busca trabajo de lo que sea.
Él conoce de cerca la desesperación. Más de una vez dice haber pensado en hacer alguna locura. Pero son sus hijas, de 13 y 8 años, las que le mantienen con los pies en la tierra: Ellas son mi única razón para seguir adelante No te imaginas lo duro que es que tu hija te pida que le compres una bolsa de patatas en la calle, porque tiene hambre, y no poder. Hace una pausa y añade: Es casi tan duro como lo que sentí con la muerte de mi madre.
La historia de Antonio es menos traumática pero igual de incomprensible. Su perfil profesional es variopinto, ya que siempre aprovechó sus épocas en paro para seguir con su formación. Es cortador, marcador y patronista de confección, auxiliar administrativo, trabajó en la realización de instalaciones domóticas y ahora también es auxiliar de electricidad, electrónica y mecánica. Pero cuando llegas a una edad, la experiencia está infravalorada, apunta con resignación.
¿Es la edad la verdadera razón por la que no se consigue empleo después de los 50? La mayoría de ofertas de trabajo buscan a personas menores de 35 años. Realmente no es la edad. Es que no hay oferta para nosotros, considera Miguel Ángel. Quiero pensar que esta situación es pasajera, pero la realidad es que la edad es una lacra. En los últimos 13 meses, yo la única oferta que he recibido para hacer una entrevista ha sido la vuestra, para salir en el periódico, ríe Antonio.
«No se puede perder la esperanza»
A pesar de su situación, que definen como desesperante, mantienen la esperanza por encima de todo pronóstico. Yo me defino como una persona muy persistente, desde que estoy en paro, no ha pasado un día que me quedase en casa. He estado buscando y buscando. Sigo pensando que el que la sigue, la consigue. Yo sé que soy muy válido y un trabajador muy entregado. Así que acabaré encontrando un empleo, sostiene Miguel Ángel.
Hay que pensar de forma positiva, por supuesto, secunda Antonio, La edad es inamovible y avanza. Y te presentas en las empresas a sabiendas de que no eres lo que están buscando. Casi a diario te tumban por la edad, pero es lo que hay. Aún así, no puedes dejar de moverte, sentencia.
La contratación de Antonio o Miguel Ángel supondría para las empresas una subvención de hasta 9.000 euros, ya que son mayores de 45 años, parados de larga duración y con cargas familiares. Así lo anunció a principios de abril por el Servicio de Empleo y Formación de la Región, en la presentación de un nuevo paquete de ayudas de fomento del empleo.
Tanto Cascales como Miñarro participan en el grupo de motivación 100x100 Activación Lorca, en el que aprenden a trabajar sus fortalezas para conseguir futuras entrevistas de trabajo. Esta iniciativa del SEF ha conseguido reinsertar en el mundo laboral a 121 personas de todas las edades.
El número de parados de más de 50 años descendió en 1.190 personas en el último año, según confirma la Consejería de Desarrollo Económico, Turismo y Empleo. Un número que tiende a crecer y del que esperan formar parte Antonio y Miguel Ángel pronto, ojalá que sea pronto.
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