De los hidrocarburos al bisfenol A, una larga lista de cancerígenos

El cáncer es una enfermedad compleja «en la que intervienen muchos factores», tanto genéticos como ambientales, subraya el pediatra Juan Antonio Ortega, jefe de la Unidad de Salud Medioambiental de La Arrixaca. En realidad, ni siquiera se puede hablar del cáncer como una enfermedad, sino como un conjunto enorme de patologías, tantas como tumores hay, con sus variantes genéticas.

Las causas de los cánceres pediátricos «son en gran parte desconocidas», pero cada vez más estudios apuntan a que la contaminación es un factor que contribuye a su proliferación. «El aire ambiente, especialmente en las grandes ciudades y en los alrededores de los focos de contaminación (las áreas industriales), contiene una amplia variedad de carcinógenos humanos conocidos», lo que incluye «hidrocarburos aromáticos policíclicos, dioxinas, arsénico, benceno, partículas finas y ultrafinas, absesto y compuestos orgánicos volátiles», señala el estudio de la Unidad de Salud Medioambiental de La Arrixaca publicado en 'Environmental Research'.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó en 2013 una vinculación directa entre la contaminación atmosférica y el cáncer de pulmón. Desde entonces han proliferado las medidas de control del tráfico en las grandes ciudades, ya que los vehículos son el principal factor contaminante, junto a la producción de energía, las emisiones industriales y agrícolas y la calefacción residencial.

Cada vez más indicios

Entre todos los productos potencialmente cancerígenos, los científicos han puesto últimamente el foco en el bisfenol A, presente en los plásticos. Los indicios de su capacidad cancerígena son cada vez más consistentes, pero todavía no hay una confirmación definitiva. La Consejería de Sanidad está desarrollando un estudio, bajo la coordinación del Servicio de Epidemiología, sobre los efectos del bisfenol A. Participarán 2.500 personas, 1.500 de ellas con cáncer.

El estudio de la Unidad de Salud Medioambiental sugiere la relación entre bisfenol A y cáncer pediátrico, y en concreto entre este producto y los neuroblastomas y otros tumores que afectan al sistema nervioso simpático. Los autores advierten de que son necesarias «más investigaciones sobre salud infantil y exposición al bisfenol A».