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Alicia Negre
Martes, 31 de enero 2017, 01:13
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Trata de restarle importancia a sus lesiones, pero el dolor no encuentra escondite cuando intenta moverse y una mueca cruza su rostro amoratado. José -nombre ficticio- aguardaba entrar ayer en un quirófano del hospital Virgen de la Arrixaca para que los médicos le reconstruyesen la tibia y el peroné tras recibir una paliza en la madrugada del domingo. Este vecino de Murcia, que sufre un gran hematoma en el ojo, fue brutalmente agredido en la zona de ocio de Mariano Rojas cuando trató de mediar en una paliza que un grupo de unos ocho veinteañeros le estaban propinando a otro tras gritarle «nazi, hijo de puta. Te vamos a matar».
Una agresión que la Policía Nacional no considera obra de los grupos radicales que llevan meses enfrentándose abiertamente en las calles de la capital, pero que ya está investigando para tratar de dar cuanto antes con sus responsables, según explicaron fuentes del Cuerpo. «Habíamos estado cenando con mis padres en una barbacoa y pasamos por Mariano Rojas porque estaban allí unos amigos. Ni siquiera teníamos entradas para el concierto», explica María -nombre ficticio-, la novia del agredido que, como él, prefiere mantenerse en el anonimato. «El chico estaba sentado en un bordillo con su hermana y unos amigos, pero nosotros no lo conocíamos de nada».
«Me fueron acorralando»
En un momento determinado, según relata esta pareja, un grupo de unos ocho chavales (sin apariencia de pertenecer a ningún grupo radical, al igual que el otro implicado) se acercaron al chico y, según hicieron constar en la denuncia, le dijeron «nazi, hijo de puta. Te vamos a matar».
«Le increparon entre varios. Estaban con temas políticos», explica la víctima. «No parecían radicales, pero iban buscando gresca. Empezaron a pegarle y él se fue para otro lado pero fueron detrás de él». José, al observar esta agresión, desigual en número, se enfrentó al grupo. «Les dijo 'sois unos cobardes. Vais todos contra uno'», recuerda su novia. «Se acercó para intentar que parasen».
Cuando trató de mediar, el joven asegura que los agresores le acusaron de ser amigo del otro implicado y la tomaron con él. «Me fueron acorralando dándome puñetazos», recuerda. «Me tiraron al suelo y al tratar de levantarme vi que tenía el tobillo que no podía pisar». María asegura que ella trató de evitar que fuese golpeado, pero que recibió un golpe en la parte trasera de la cabeza por parte de uno de ellos. Sus amigos también trataron de pararle los pies a los violentos. Tras esta paliza, los asaltantes se fueron corriendo de la zona y María paró a una ambulancia que circulaba por allí, que acabó trasladando al chico. José, que niega cualquier vinculación con grupos radicales, tenía previsto ser operado ayer en La Arrixaca y ahora afronta un largo proceso de rehabilitación. Acaba de encontrar un empleo tras un largo periodo desempleado. Según explicaron fuentes cercanas a la investigación, las primeras hipótesis, conforme a lo explicado por los testigos, apuntan a que el joven que estaba siendo agredido inicialmente por el grupo habría proferido algunos insultos racistas contra un chico suramericano. José, al tratar de evitar la violencia entre ellos, se llevó la peor parte. «Queremos que los cojan para que no lo vuelvan a hacer nunca más y para que paguen por ello», remarca su novia. «Nosotros no teníamos nada que ver, ni con una parte ni con otra, y al final somos los más perjudicados».
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