Secciones
Servicios
Destacamos
marta semitiel
Domingo, 22 de enero 2017, 07:45
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Un cuerpo de Seguridad del Estado. Una mujer. Y una historia de presunta discriminación sexual disfrazada de supuesto acoso laboral. ''Pero es tan sutil que hasta llegas a pensar que es por algo que estás haciendo mal tú, que eres tú la que da pie a ello... realmente no me di cuenta de lo que había soportado hasta que no salí del cuerpo'', asegura Manoli Inarejo, ciezana ex guardia civil y representante de la mujer en el sindicato Asociación Unificada de Guardia Civil (AUGC).
El apelativo ''chochona'' fue una de las vejaciones que Manoli Inarejo tuvo que soportar mientras formó parte de la Guardia Civil. Sus problemas empezaron en la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Castellón, su primer destino. ''Los primeros cuatro años yo no noté ningún tipo de discriminación por cuestión de género. El trabajo que realizaba me gustaba mucho y como estaba soltera me daba igual trabajar doce horas que dieciséis. Pero cuando fui madre, la cosa cambió'', relata. ''Allí tuve un brigada que no me podía ni ver. Se refería a mí como 'la chochona' cuando yo no estaba presente. Hasta que un día lo dijo delante de mí. Cuando di cuenta de él a mi capitán, este me dijo que el apelativo 'chochona' era como yo lo quisiera interpretar. Pero para mí era algo muy despectivo que además significaba gandula''.
Manoli era especialista en mujer menor dentro de la Unidad de Policía Judicial: un trabajo sin horarios en el que ''tenía que salir corriendo en cualquier momento, aunque fueran las tres de la mañana''. Pero su dedicación 24 horas no inspiraba en su superior ningún tipo de deferencia hacia ella. ''Recuerdo un día que mi marido se tenía que ir a trabajar y me dejó a la niña en el cuartel porque estaba enferma. Faltaban diez minutos para que yo acabase mi turno, pero este mismo brigada, al ver a mi hija allí, me dijo que me fuera a casa y que al día siguiente tendría que recuperar los diez minutos. Cosa que con otros compañeros no hacía''. Las razones de esta discriminación, según Inarejo, fueron tres: ''Yo era para él un objetivo fácil, primero por ser mujer, luego por ser de izquierdas y para colmo, por ser reivindicativa''.
A pesar de que se encontraba sola en Castellón con una hija pequeña, sus superiores tampoco le concedieron el traslado a un grupo de servicio o al centro penitenciario, organismos del cuerpo que sí tenían un horario fijo. ''Por entonces mi marido, también guardia civil, trabajaba en San Sebastián. Yo lo único que quería era tener un horario que me permitiera contratar una niñera. Pero el teniente coronel me dijo que no. Que como era la única mujer de la unidad, me tenía que quedar''.
«Un cuerpo machista»
La plantilla de la Guardia Civil de la Región de Murcia está compuesta por unos 1.300 efectivos, según fuentes oficiales. Solo unos 70 de ellos son mujeres. Por su parte, AUGC señala que el sector femenino supone un 6,45% a nivel nacional. Los datos, a pesar de aproximados, dejan entrever que la Guardia Civil es un cuerpo compuesto, en su mayoría, por hombres. Para Inarejo esto solo significa una cosa: ''El poco interés que ha puesto el Ministerio del Interior por facilitar la entrada de la mujer en el cuerpo''.
''A pesar de las pocas que somos, duplicamos en baja a los hombres. El 97% de estas bajas se deben a que las compañeras quieren conciliar su vida familiar con la vida laboral, porque la normativa que tenemos no es suficiente para poder hacerlo sin coger la baja'', explica la ex guardia civil.
La dificultad para conciliar su trabajo con su familia y la llegada de su segunda hija fueron los motivos que llevaron a Manoli a pedir un cambio de destino para venirse a la Región. ''Pero cuando llamé a la Comandancia de Murcia para preguntar por el puesto que me interesaba, me dijeron que no me lo podía pedir porque el coronel consideraba que era un puesto conflictivo y no quería mujeres allí''. Sin embargo, esto no le impidió presentarse a la mañana siguiente, vestida de uniforme, ante el cuartel: ''Yo quería que el coronel me dijera en mi cara que no me quería allí porque era mujer''. Al final le concedieron el destino.
Manoli tiene claro que la Guardia Civil ''sigue estancada en el siglo XX a nivel de conciliación de la vida laboral y la familiar y a nivel de integración''. Según la representante de la mujer de AUGC, este problema se debe a que es una institución ''jerarquizada, militar y masculinizada, y a eso se le junta que la integración de la mujer no fue tal cosa, fue una imposición constitucional: no les quedó más remedio que admitir a las mujeres''. ¿Considera que la Guardia Civil es un cuerpo machista? ''Sí, sí, sí'', reitera muchas veces.
La Compañía de Cieza
Más de diez años estuvo trabajando en el cuartel base de la Compañía de Cieza. Fue allí donde se ganó otros dos apodos: 'la roja' y 'doña instancias'. El primero de ellos es evidente por qué se lo pusieron. El segundo se lo ganó a pulso ''por dar cuenta de cada fallo que veía, no solo de lo que a mí me pasase, sino faltas de seguridad por riesgos laborales o cualquier cosa que veía mal. Y uno de mis superiores llegó a decir: 'esta, en lugar de presentar tanta instancia, lo que tiene que hacer es irse a su casa a fregar platos'. Y una de las veces que fui al tribunal médico, el doctor que me veía me confesó que en la comandancia, cuando se reunían los estrellas, se referían a mí como la 'doña instancias' (sonríe) Puse muchas en diez años''.
¿Cree que le ha perjudicado más ser mujer o ser rebelde?
Ambas a la par sentencia.
Según cuenta Manoli, su carácter y su condición sexual hicieron que sus superiores le llegasen a prohibir que hablara con sus compañeros, ''para que no hiciera labores reivindicativas''. También le ponían trabas cuando pedía días de asuntos propios, le ordenaban cómo debía vestir o le dificultaban el cambio de turnos. ''La situación de 'mobbing' llegó a producirme tanto estrés que empecé a despistarme en cosas cotidianas. Entonces mi marido me llevó al psiquiatra y me dieron la baja por depresión. Al tiempo, fui al tribunal médico militar y allí me preguntaron que si quería volver a trabajar. Yo dije cuando estuviera bien sí, que claro que sí... pero me retiraron''.
¿Se arrepiente de algo, Manoli?
De haberme callado en ocasiones. De no haber sido más luchadora todavía.
¿No le gustaría volver al cuerpo?
No. Yo solo fui consciente de lo mal que estaba al tiempo de que me retirasen. Entonces me di cuenta de lo que había soportado.
'La Verdad' se puso en contacto con un portavoz de la Guardia Civil para conocer la versión oficial de la historia de Manoli Inarejo: ''Lo único que tenemos que decir al respecto es que esta compañera está retirada desde mayo de 2013 por una resolución del Ministerio de Defensa, que dicta que se la retiró por una insuficiencia de aptitudes psicofísicas producida en acto ajeno al servicio''.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
¿Cómo llegó una valla de obra a lo alto del Acueducto?
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.