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Zona en la que se produjo la agresión.
«A mi compañero le dieron una paliza brutal»

«A mi compañero le dieron una paliza brutal»

Tres policías locales fueron agredidos por quince miembros de un clan que no dejaba dormir a los vecinos de Cabezo de Torres por estar de fiesta

Jorge García Badía

Jueves, 29 de diciembre 2016, 00:42

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«La música la tenían a todo trapo y estaban borrachos como cabras». De forma gráfica resumía uno de los residentes en la calle Victoria de Cabezo de Torres el festival que un clan familiar protagonizó en la madrugada de ayer. La fiesta se acabó a las 3.17 horas cuando uno de los vecinos decidió telefonear al 112 reclamando presencia policial, porque nadie podía pegar ojo.

«Cuando llegó la Policía Local salieron en bandada a por ellos, como si fueran perros salvajes». Este testigo, que presenció la agresión a tres agentes, accedió ayer a atender a 'La Verdad' desde el anonimato y por teléfono, «por miedo a que se venguen».

Los agentes que intervinieron en dos tandas para acabar con la fiesta sufrieron lesiones y contusiones de diversa gravedad. Los que peor parados salieron fueron la pareja de policías que acudieron a atender la denuncia por ruidos, que entró en el 112 para informar de que había gente bailando en la calle y la música estaba a todo volumen.

Solo transcurrió un minuto desde que los policías locales aparcaron su coche y se aproximaron en son de paz a la puerta de la vivienda. «Cuando llegamos a hacer la inspección por ruido solo pudimos decirles que había quejas de vecinos y que, por favor, bajasen la música. Y cuál fue nuestra sorpresa cuando salieron a por nosotros».

Este agente, que ayer ya recibió el alta médica, tenía que tomar aire para contener la impotencia por lo ocurrido. «A mi compañero le dieron una paliza brutal», afirmó.

Entre 15 y 20 personas, algunas de ellas menores de edad, salieron de la casa a por la pareja de policías. «No nos dio tiempo ni a llegar al coche patrulla». Los funcionarios se separaron; uno se adentró en la calle Victoria y otro corrió a la calle Mar Menor. Mientras eran perseguidos, recibían insultos y amenazas. «Mi compañero se resbaló y tuvo la mala suerte de que le alcanzaron». El otro empleado público logró ocultarse y pidió refuerzos. «Entre las drogas y el alcohol iban idos».

Los escasos minutos que pasaron hasta que seis patrullas de la Policía Local y de la Guardia Civil irrumpieron en la calle Victoria se hicieron eternos para los vecinos. «Le pegaban patadas al policía que estaba en el suelo como si no hubiese un mañana», lamentaba el citado testigo, que ha sido llamado a declarar ante la Benemérita.

«Dos gitanos trataron de intermediar, les dijeron a los otros que lo estaban matando, y en cuanto llegaron más policías huyeron», añadió.

La casa donde estaba montada la verbena se levanta en una zona próxima a la huerta y muchos corrieron campo a través. Pero otros regresaron al inmueble como si no hubiese ocurrido nada.

«No querían salir de la casa y la Policía Local se tuvo que poner seria». De nuevo se produjo otro enfrentamiento y resultó herido un tercer policía. Este testigo escuchó cómo uno de los miembros del clan llegó a afirmar a un policía que no sabía nada de la agresión porque «yo estaba durmiendo en casa».

Las indagaciones de los agentes solo permitieron detener a tres de los supuestos agresores, pese a que eran de quince a veinte los sospechosos de las agresiones. Fuentes de la Guardia Civil confirmaron ayer que la investigación sigue abierta y no se descartan nuevos arrestos en los próximos días.

Los miembros del clan arrestados son J. F. M., de 37 años; J. F. M., de 26 años, y R. F. O., de 18 años. Todos ellos cuentan con antecedentes y fueron trasladados a los calabozos del puesto que la Benemérita tiene en Cabezo de Torres.

Desde la Policía Local informaron de que se instruyeron diligencias para el juzgado de guardia por un supuesto delito de atentado contra agente de la autoridad.

Ya hubo otras juergas

Este clan suele organizar fiestas que se desmadran en fechas marcadas, como la Navidad, y en vacaciones de verano, según los residentes en esa zona. «En los últimos dos años la Policía Local ha venido aquí cinco veces, pero nunca había ocurrido algo así», confirmaba un vecino. Ni las ventanas de doble cristal ni otras medidas consiguen paliar el ruido que soportan cuando la familia monta un 'festival'. «Cuando hacen juergas están hasta la madrugada».

La calle Victoria, ayer, era un desierto, la tensión se podía cortar y durante varias horas se intensificó la presencia de patrullas. Sin embargo, la edil de Seguridad Ciudadana, Lola Sánchez, quitó importancia a la agresión: «Solo ha sido un suceso puntual; no hay que tomar ninguna medida extraordinaria».

Sánchez reiteró que «solo es una familia que la lió». La edil se desplazó ayer al hospital Reina Sofía, donde al cierre de esta edición seguía ingresado, «en observación», el agente que sufrió las lesiones más severas. Al parecer, escupía sangre por la boca y tenía una inflamación en la zona del estómago, así como diversas contusiones. Desde el sindicato Sime emitieron un comunicado para mostrar su rechazo «ante la brutal agresión sufrida esta pasada madrugada por compañeros de la Policía Local».

Fuentes del sindicato también informaron de que han solicitado al Ayuntamiento de Murcia una reunión «de carácter urgente, con el fin de aclarar lo sucedido y tratar de buscar soluciones para que estas situaciones no se repitan».

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