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La Guardia Civil descarta que el crimen de Barinas sea obra de un grupo organizado

El coronel jefe asegura que no se descarta la hipótesis del robo porque la cartera del difunto desapareció de la casa

A. N. / J. G. B.

Sábado, 10 de diciembre 2016, 00:57

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El asesinato de José María Lifante, el vecino de la pedanía abanillera de Barinas que fue encontrado el martes muerto a golpes en su casa, no parece ser obra de un grupo criminal. Así lo sostuvo ayer el coronel jefe de la Quinta Zona de la Guardia Civil, Jesús Arribas, al ser preguntado por el crimen en una rueda de prensa. «Las pistas no apuntan a una banda organizada», dijo. El mando del Instituto Armado no quiso ofrecer más detalles sobre las pesquisas que los investigadores están realizando estos días para tratar de dar cuanto antes con el asesino -o asesinos- de Lifante. Sí remarcó, no obstante, que, por el momento, todas las hipótesis están sobre la mesa, incluida la de que se tratase de un violento robo. En este punto, Arribas aseguró que la cartera de la víctima desapareció de la vivienda, aunque no quiso aclarar si en el domicilio se echó en falta algún objeto más.

Además, los investigadores se incautaron una suma de dinero en metálico durante la inspección del inmueble de la víctima. La pista principal, según pudo saber 'La Verdad', se encuentra en los negocios que el fallecido, conocido en la zona como 'El Cartagena' y dedicado desde hace años a la compraventa de coches, habría podido establecer. Los investigadores del grupo de Homicidios de la Policía Judicial se han centrado en indagar en ellos para aclarar si el asesinato responde a alguna posible cuenta pendiente.

El cadáver de José María Lifante, de 46 años, fue encontrado el martes por el conocido empresario y expedáneo Evedasto Lifante, del que era primo, y su hijo, Ginés. Ambos habían recibido la llamada de alerta de la madre del difunto, Josefa, a la que le extrañó que José María no acudiese a su casa a cenar, como hacía todos los días.

Un charco de sangre

Su cuerpo apareció en el garaje de su casa rodeado de un gran charco de sangre y con múltiples golpes en la cabeza, al parecer, propinados con una herramienta que ya ha sido hallada por los investigadores. Uno de los datos que llamó la atención a los investigadores es el hecho de que no se llevaron ninguno de los coches de alta gama que tenía la víctima a la venta: un Audi A-3, un A-4 y un Volkswagen. En la puerta principal, a priori, no había signos de violencia y las ventanas eran inexpugnables porque estaban cerradas con rejas.

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