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El acusado Francisco R. J., ayer, durante su declaración en la Audiencia Provincial
«Lo hice por el bien de la Universidad, ya que había una necesidad docente»

«Lo hice por el bien de la Universidad, ya que había una necesidad docente»

El exdirector de Actividad Física de la UMU, acusado de una supuesta falsedad en la convocatoria de una plaza, admite que avisó a dos aspirantes con errores en sus instancias

Jorge García Badía

Sábado, 5 de noviembre 2016, 01:00

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Llegó al banquillo de los acusados con tres botellines de agua. No en vano, tenía mucho que explicar ante la Audiencia Provincial acerca de las supuestas irregularidades que cometió en la prebaremación de tres candidaturas que, en 2009, optaban a una plaza de profesor contratado-doctor interino en la Facultad de Ciencias del Deporte de San Javier. «No he engañado a nadie», afirmó con vehemencia Francisco R.J., quien en aquel momento era director del Departamento de la Actividad Física y del Deporte de la citada facultad. La Fiscalía solicita que se le impongan cuatro años de cárcel por un supuesto delito de falsedad en documento oficial, 18 meses de prisión por infidelidad en la custodia de documentos, dos multas y su inhabilitación para intervenir en comisiones de contratación de la UMU.

«He participado en todas las plazas que se han convocado desde 2006 y solo ha habido una reclamación», resaltó como prueba de su buen hacer. Indicó que, como en cada convocatoria, al ser el director del departamento, desde Recursos Humanos le hicieron llegar la instancia-currículum de tres aspirantes para que las custodiase y prebaremase. «Dos de los candidatos no usaron el modelo original de la Universidad. Era un caos; no sabía dónde empezaba un mérito y dónde acababa otro».

Francisco R.J. reconoció a la Sala que solo informó de esta anomalía a su exmujer, que era miembro de la comisión de contratación, y llamó por teléfono a esos dos aspirantes al puesto para decirles que la enumeración de sus méritos era errónea.

El letrado de la acusación particular que ejerce la UMU le interpeló acerca de «si a usted le parece normal llamar a los aspirantes para informarles de que su documentación está mal». A lo que el acusado respondió que «no consideraba que estuviese incurriendo en un delito. Lo hice por el bien de la Universidad, pues había una necesidad docente, los alumnos se podían quedar sin clase y eran 24 créditos».

La letrada de Francisco R.J. recordó que en las actuaciones ha quedado acreditado que Recursos Humanos emitió una resolución de admisión de las instancias, por lo que se privó del plazo de subsanación de diez días que marca la ley. De forma que los dos aspirantes enviaron por correo electrónico las solicitudes y el director elaboró con ellas «un documento de trabajo».

Los supuestos cambios de la documentación se detectaron en la mesa de contratación, como explicó ayer el testigo José María Ruiz, exvicerrector de Profesorado. «Solicité a Recursos Humanos una fotocopia de los tres currículos porque en la Facultad de Ciencias del Deporte habíamos convocado distintas plazas y siempre había reclamaciones».

Sin empleo y sueldo dos meses

Ruiz quiso confirmar que no había anomalías en la convocatoria de 2009 y acudió a la mesa con sus fotocopias. «Comenzamos con el primer candidato y vimos que Francisco tenía distinta documentación. Pasamos a la segunda y ocurrió lo mismo. Los currículos estaban cambiados respecto a lo que enviaron a Recursos Humanos».

El vicerrector decidió paralizar la adjudicación y puso el asunto en manos de los servicios jurídicos. De hecho, en la vista, otro testigo, el profesor jubilado Manuel Enrique Medina, confirmó que el acusado fue sancionado dos meses sin empleo ni sueldo por «alteraciones en los documentos presentados».

Por su parte, los dos candidatos a los que el director telefoneó para alertar de sus errores afirmaron no sentirse «perjudicados» por no ganar la plaza. La próxima semana se conocerán las conclusiones finales de la Fiscalía, defensa y acusación privada.

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