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La cuenca del Segura roza el nivel de alerta al recibir solo 2 metros cúbicos por segundo

La zona regable del Trasvase está en una situación peor, ya que se acerca al nivel de emergencia

Manuel Buitrago

Viernes, 16 de septiembre 2016, 12:54

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Los embalses de la cuenca del Segura están recibiendo en estos momentos unas aportaciones extraordinariamente bajas: tan solo 2 metros cúbicos por segundo, prácticamente cero, según informó ayer la Confederación Hidrográfica (CHS). La demarcación se encamina hacia la situación de alerta, mientras que la zona del Sistema Trasvase que depende de las aguas del Tajo se enfrenta a un escenario peor, ya que está a punto de entrar en situación de emergencia.

Los embalses del Segura han perdido 10 hectómetros en la última semana y almacenan 294, la cuarta parte de la capacidad total y lejos de las reservas del año pasado, que rozaron los 500 hectómetros en estas fechas. Lo más llamativo, explicaron fuentes del organismo de cuenca, es que la entrada de agua es prácticamente inexistente estos días. Los dos metros cúbicos por segundo contrastan con la media en situaciones de normalidad hídrica, que es de 50 metros cúbicos. «Esta situación se debe a la persistencia de la sequía y a un periodo prolongado de ausencia de precipitaciones», explicaron.

Cerca de la línea roja

Durante este año hidrológico, que termina el 30 de septiembre, las precipitaciones han sido de 150 milímetros, cuando lo habitual son 250.

El Cenajo, el mayor embalse de la cuenca, almacena 118 hectómetros y está al 27%. Más preocupante es el estado del pantano de la Fuensanta que precede y alimenta al Cenajo en la zona alta: está tan solo al 12%, con 26 hectómetros.

El Plan Especial ante Situaciones de Sequía determina el llamado Índice de Estado que abarca desde la normalidad a la emergencia. La totalidad de la demarcación se está aproximando a este último nivel. En concreto, el Sistema Cuenca, que es la zona que depende de los recursos del Segura y de sus afluentes, se acerca a la situación de alerta. Decretó la prealerta a principios de mayo, y desde entonces va en descenso.

Peor situación tiene el Sistema Trasvase, que está a punto de entrar en la fase de emergencia. Los usuarios que dependen de los recursos del Tajo, en especial los regantes, han agotado prácticamente el agua que les quedaba de los últimos desembalses. Estas transferencias se suelen almacenar en los pantanos de Camarillas y La Pedrera. Este último contiene 83 hectómetros, si bien la mayor parte corresponde a aguas de laminación de las lluvias caídas en la cabecera de la cuenca, que se transportan a la Vega Baja para evitar inundaciones.

Las elevadas temperaturas provocan otro efecto indeseado en una zona tan seca como el Sureste. La pérdida de agua de los embalses debido a la fuerte evaporación alcanza volúmenes importantes. El territorio del Segura pierde cada año 68 hectómetros cúbicos por este motivo. Las previsiones para el año 2021 recogidas en el Plan de Cuenca elevan esta pérdida a los 75 hectómetros por los efectos del cambio climático.

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, Miguel Ángel Ródenas, informó días atrás de que en este año hidrológico se completarán los riegos tradicionales de las tres vegas, pese a la situación de escasez.

El Gobierno de la nación aún debe aprobar la prórroga del decreto de sequía, ya que el ahora vigente finaliza el día 30 de este mes. Sin esta ley no se pueden adoptar medidas extraordinarias en el ámbito de la cuenca, y una de ellas es la reapertura de los pozos de socorro del sinclinal de Calasparra, como reclaman los colectivos de la Mesa del Agua. Solicitan al Gobierno de la nación que evite la realización del estudio de impacto ambiental, como ocurrió el año pasado, para acelerar la explotación del acuífero.

Pendientes del Sinclinal

En esta ocasión será más difícil. Según explicó el organismo de cuenca, la última campaña de extracción en los pozos del Sinclinal de Calasparra terminó hace poco; hasta este mismo verano se ha estado sacando agua. «Desde su cierre, la CHS está estudiando los niveles del acuífero, un proceso que no es automático porque los recursos se estabilizan poco a poco, y hay que hacer un seguimiento», señala.

«Una vez que se constate que el acuífero se ha recuperado, la fecha aún no se puede saber, se iniciará el trámite de autorización medioambiental. Este trámite puede durar varios meses y es necesario hacerlo, más si cabe al ser ya la tercera vez consecutiva que se extrae agua del Sinclinal. En cualquier caso, la voluntad de la CHS es agilizar los trámites y plazos al máximo», añadió el portavoz de la Confederación Hidrográfica.

Al amparo del decreto de sequía podrían autorizarse algunos aportes extraordinarios del Trasvase, y sobre todo subvencionar el coste del agua desalada para los regantes, como se hizo a finales del año pasado. La tarifa bajó a los 30 céntimos por metro cúbico para unos determinados caudales. De lo contrario, el precio medio será de 52. Es lo que puede suceder si el Gobierno en funciones no convalida el acuerdo al que llegaron los regantes del Trasvase y el Ministerio de Agricultura, por el que recibieron 25 hectómetros de agua de la cuenca que tienen que devolver con caudales de la desaladora de Torrevieja. De lo contrario tendrán que abonar los 52 céntimos, con un coste considerable.

Sellado de pozos

La situación en el Campo de Cartagena es más grave debido al cierre de pozos y desalobradoras. La Comisaría de Aguas sigue enviando requerimientos a los agricultores para que sellen estas infraestructuras. A algunos de ellos les da un mes de plazo para clausurarlas. Está desestimando las peticiones sobre los pozos que se abrieron después del año 1988 y que no han sido utilizados con anterioridad, informaron las organizaciones agrarias.

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