El Gobierno regional busca estabilidad con unos pactos que la oposición ningunea

Desde el Gobierno regional opinan que lo primordial en este inicio de curso político es que la política nacional abandone la interinidad en la que está sumida desde hace casi un año, puesto que dos de las prioridades del Ejecutivo murciano, el pacto nacional del agua y la mejora de la financiación autonómica, dependen de que Mariano Rajoy, que ha asumido dichas reivindicaciones, pueda formar gobierno.

De modo que sus esfuerzos en política regional se centrarán, además de en el Mar Menor, en el avance de las infraestructuras en marcha, en la reforma del Estatuto de Autonomía y en alcanzar la ansiada estabilidad política a través de acuerdos con otros grupos.

El Ejecutivo que preside Pedro Antonio Sánchez insiste en la necesidad de «sumar propuestas e iniciativas», según fuentes del Gobierno, pero no parece encontrar mucha receptividad. De hecho, los tres grupos de la oposición ningunean los pactos de San Esteban abanderados por el presidente, con el fin de concertar las políticas sobre sanidad, educación, agua, infraestructuras y violencia de género. A finales de julio, el presidente mantuvo con los portavoces de PSOE, Podemos y Ciudadanos el primer contacto, y la idea era retomar las negociaciones en septiembre con un calendario de trabajo concreto y un catálogo de propuestas sobre la mesa. Sin embargo, ninguno de los grupos de la oposición citan estos pactos entre sus prioridades. Es más, el PSOE directamente los desacredita por considerarlos «política de escaparate», y Podemos, aunque no se niega a seguir hablando, se muestra muy escéptico sobre sus resultados.

El popular Víctor Manuel Martínez, en cambio, cree que estos pactos, nacidos de las resoluciones aprobadas en el Debate sobre el estado de la Región, deben «marcar la hoja de ruta» en el nuevo curso político.