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'El Escayolas' pedalea hacia la gloria

'El Escayolas' pedalea hacia la gloria

Rubén Fernández, un ciclista modesto pero con proyección, es el nuevo héroe de Churra desde que tuvo su minuto de gloria en la Vuelta a España

Antonio Botías

Lunes, 5 de septiembre 2016, 11:23

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Al pequeño Rubén le dio por la bicicleta. Hasta aburrir, a destajo, con una entrega absoluta. E incluso se quedaba embobado cuando veía pasar algún ciclista, como su vecino Ismael García, del equipo aficionado Plastiner, sobre aquellas sorprendentes máquinas que ansiaba conducir. Luego, el pequeño Rubén fue creciendo y con él un secreto que quizá le sonrojaba confesar: el deseo de ganar el Tour de Francia. Casi nada. Pero el Tour y Francia aún quedaban muy lejos de Churra, donde nació el 1 de marzo de 1991. Y también muy lejos de 'El Escayolas', el apodo por el que lo identificaban y aún se le conoce porque esa es la profesión de su padre.

A Rubén, el menor de dos hermanos, ni de día ni de noche se le iba la bicicleta de la cabeza. Ni siquiera cuando abandonó los estudios tras concluir Secundaria en el instituto Rector Francisco Sabater, de Cabezo de Torres. Pero los pedales nunca los abandonaría. Pronto se integró en la escuela del Club Ciclista Mariano Rojas. Desde los diez años de edad, cuando apenas sabía escribir, comenzaron a amontonarse los trofeos en las estanterías de su casa. Sigue igual de hogareño que entonces. De la primera escuela pasó al Club Ciclos Larcia, al Saraval, y luego recaló en el Contentpolis juvenil, donde le prestaron su primera bicicleta 'decente', la misma que destrozó al estrellarse contra un camión en un entrenamiento. Salió indemne. Pero no sería la única bici que empotraría. Años después le sucedió con otra en el Memorial Valenciaga, en Eibar. Se fracturó una clavícula. Más que de escayola, sus amigos le llamaban el hombre de acero. Y desde luego que lo era. Al menos, en su decisión de triunfar.

En 2010, en busca de oportunidades profesionales, se marchó al País Vasco para formar parte del Koplad-Uni2, hasta que lo ficharon para el Caja Rural, el trampolín que le permitió convertirse en profesional. En 2011, tras alzarse con el Campeonato Región de Murcia, obtuvo la Copa de España del Porvenir en la categoría sub-21.

La aparición triunfal de Rubén en la prensa deportiva se produjo dos años más tarde con la victoria en el Tour del Porvenir. En realidad, poco sorprendió a quienes conocían su capacidad de esfuerzo y cómo cuida su cuerpo. Por si fuera poco, lo mucho que come, poco le engorda. «Por eso se permite de todo, aunque tampoco se pasa», cuentan sus familiares.

Su admirado Valverde

En los clubes murcianos donde entrenó, Rubén siempre dejó un recuerdo agradable entre sus entrenadores, quienes después han desvelado que el muchacho destacaba en casi todo: en pista o escalando, en carretera y en cronos. Pero, por encima de todas las cosas, definen a 'El Escayolas', de cuyo apodo debe andar ya un tanto harto, como un buen chaval. Debe de serlo. De lo contrario, no daría su nombre -ni se lo hubieran pedido- al Mobel Sport Club Ciclista, un grupo de doce corredores entre los que se cuentan exprofesionales y hasta un olímpico, Pablo Aitor Bernal, quien participó en los Juegos de Londres 2012.

La relación de Rubén con otros ciclistas es espléndida. De hecho, participa en una 'grupeta' donde entrena con Valverde, de quien no oculta su admiración, Rojas, León, Juan Pérez y Teruel. Un equipo de altura. Y a Rubén todavía le queda tiempo para disfrutar con su chica. Hace apenas unos días volvió a ser noticia tras conseguir el maillot rojo de líder en la Vuelta a España. «Sabe que es circunstancial, pero lo disfrutó, claro», asegura su padre. No parece complicado que algún día se alce con la victoria en esa prueba. O en su Tour soñado.

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