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El doctor Luis Linares, la paciente María Isabel Rodero, la consejera Encarna Guillén, el doctor José María Moraleda, el rector José Orihuela y el profesor de la Escuela Médica de Harvard, el doctor Robert Sackstein, presentando ayer los resultados del ensayo.
«Me parece un milagro poder vivir sin dolores»

«Me parece un milagro poder vivir sin dolores»

La paciente, María Isabel Rodero, asegura que comenzó a percibir una mejoría solo una semana después del tratamiento

Alicia Negre

Martes, 12 de julio 2016, 01:23

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Cuando el padecimiento comenzó a remitir, María Isabel Rodero apenas podía dar crédito. «Me parecía un milagro poder vivir sin dolores, como una persona normal», explica esta salamanquina, afincada en Madrid, que ha recuperado la esperanza gracias a un ensayo pionero del hospital universitario Virgen de La Arrixaca de Murcia. María Isabel, que sufre osteoporosis desde hace más de dos décadas, se ha convertido en la primera paciente en el mundo que recibe células madre de médula ósea ingenierizadas. «Me gustaría que esto funcionase por mí y otras muchas personas que sufren osteoporosis».

María Isabel lleva muchos años batallando con esta dolencia. Comenzó a recibir tratamiento cuando solo tenía 32 años y hasta hace unos meses, con 57 años, el día a día batallando con esta enfermedad se le hacía muy duro. «He estado todos estos años de tratamiento», explica, «pero había días que solo quería dormir y dormir para no tener dolor». Esta paciente arrastraba múltiples microfracturas de cervicales y dorsales, pero hace unos meses se tuvo que enfrentar a la rotura del fémur y el trocánter, lo que le obligó a pasar por quirófano y a someterse a una rehabilitación. «Tenía mucho miedo a volver a romperme», confiesa, «y mucho dolor».

La situación de María Isabel llevó a su marido a iniciar una búsqueda incansable de tratamientos paliativos que pudiesen atajar el sufrimiento de su esposa. «En Madrid no había nada, ni en ningún sitio», recuerda. «En México había un tratamiento pero no era nada definitivo». La búsqueda del marido de María Isabel les condujo hasta el hospital Virgen de La Arrixaca. «Mandé mis pruebas y comprobaron que cumplía los requisitos».

Esta mujer afrontó con esperanza y valentía el reto de someterse a un ensayo clínico para tratar de poner coto a la enfermedad que la atenaza desde hace décadas. «Me tomaron células de la cresta ilíaca, las sometieron a este método y el 7 de junio me las inyectaron en sangre», explica. «Prácticamente en una semana dejé de tener dolores». María Isabel se encuentra ahora mismo bajo un exhaustivo control médico. Una situación que se prorrogará durante dos años. «Vivir con dolor es espantoso», recalca María Isabel. «Solo por esa mejoría ya estoy muy contenta y agradecida a todo el equipo médico, que es maravilloso». Esta salamanquina espera, además, que su caso pueda servir de ayuda a otros muchos pacientes que también sufren de osteoporosis. «Mi madre también lo padecía y recuerdo que en sus últimos años le dolía todo», señala. «Me gustaría que funcione por mí y por muchos».

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