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Una británica, en un comercio.
Más de 23.200 británicos en la Región perderán su condición de ciudadanos comunitarios

Más de 23.200 británicos en la Región perderán su condición de ciudadanos comunitarios

El 'Brexit' suscita la alarma en el sector turístico, ya que los visitantes ingleses gastaron en la Región 76,5 millones de euros en el primer cuatrimestre de 2016, un 34,6% del ingreso turístico total

Juan Ruiz Palacios

Viernes, 24 de junio 2016, 10:33

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La pesadilla se ha hecho finalmente real para los más de 23.200 británicos residentes en la Región (13.696 empadronados), que posiblemente perderán su condición de europeos de pleno derecho con el triunfo del 'Brexit'.

La colonia inglesa en la Región, concentrada principalmente, en Mazarrón (31,46%), Cartagena (15,24%), Murcia (7,92%) y Los Alcázares (6,45%), se mostraba contraria días atrás a la salida del Reino Unido de la UE.

Los temores son varios: que no se cuenten sus votos, que pierdan el derecho a la asistencia sanitaria en la Región, que su poder adquisitivo baje y tengan que volver a la húmeda isla. La trifulca política que resuena en la prensa británica no calma los miedos. «Nada está claro», se quejaban estos nuevos murcianos con acento de la BBC. Por algo son maestros del 'understatement' (las explicaciones incompletas).

  • Turismo.

  • 76,5 millones de euros gastaron los turistas británicos en el primer cuatrimestre de 2016.

  • Exportación.

  • 956,13 millones de euros en 2015.

  • Productos murcianos.

  • Hortofrutícolas (617,3 millones), defensa y seguridad militar (57,92 millones), conservas hortofrutícolas (44,1 millones) e industria química (41,2 millones).

  • Británicos en Murcia.

  • 23.200.

  • Consumo de vino.

  • 35 litros por habitante y año.

Una chistosa Celia Drinkall, jubilada del condado de York y residente en San Pedro del Pinatar, tira del famoso humor inglés para quitar hierro al 'Brexit': «Imagina que tuviéramos que regresar todos los británicos que viven en Europa, entonces nos colocarían en una ciudad hecha con tiendas de campaña en la costa sur inglesa, como en un campo de refugiados, y saldríamos encaramándonos a la parte trasera de los camiones, intentando volver a España», ríe. Acto seguido reconoce: «Mis paisanos aquí no comparten mi sentido del humor en esto, pero la vida es muy corta para estar preocupándose demasiado por el futuro».

Resistir en Camposol

Steve Hornk tiene 69 años y vive en la urbanización mazarronera de Camposol, junto a su esposa, desde hace 16 años. «No estar dentro de la UE sería algo estúpido porque nos llevaría al fracaso absoluto en todos los sentidos, aunque lo cierto es que nadie sabe qué pasaría en un futuro si se cumple esta premonición. Me cuesta imaginármelo. Tendríamos problemas para vivir en España», afirma Hornk con preocupación días atrás, antes de que el 'Brexit se consumara. «Nosotros tenemos los mismos derechos que los españoles. Podrían cambiar nuestras vidas aquí. Por ejemplo, el precio de mi casa caería y sería difícil venderla a un inglés porque nadie querría vivir aquí», explica. Y añade: «Me tendría que volver a Inglaterra, sobre todo, porque no podría pagar un sistema médico que no fuera gratis, y la economía en Inglaterra sería un caos. Creo que muchas empresas extranjeras e inglesas se instalarían en otros países como Francia o Alemania».

Steve y Bárbara West, un matrimonio inglés que goza de su jubilación en Camposol, tienen claro que volverán a Inglaterra si no cuentan con un servicio médico gratuito. «Somos personas ya mayores y necesitamos esa atención. Para nosotros es muy importante, ya que no nos podemos permitir pagar a médicos privados, aunque nadie sabe qué pasaría con este servicio aquí en España», asegura. «La economía de Inglaterra funciona bien formando parte de Europa. Tenemos miedo con los cambios que se puedan producir», afirma West.

Los dueños de los locales de Camposol confirmaban días atrás que «la preocupación entre los ingleses con el referéndum era muy grande y no se hablaba de otra cosa». Muchos de ellos señalan que «la gente que vive aquí es jubilada y su principal inquietud es qué pasaría con el tema de la sanidad y cómo les afectaría si finalmente sale el sí en la consulta».

British-dependencia

La alarma alcanza al turismo, dada la british-dependencia del sector terciario murciano en temporada baja. Los turistas ingleses gastaron en la Región 76,5 millones de euros en el primer cuatrimestre de 2016, un 34,6% del ingreso turístico total, que los sitúa de nuevo en primer lugar de la lista, según la encuesta Egatur. El 80% de los vuelos que aterrizan en San Javier proceden de las islas británicas y, en años anteriores, cuando su economía se ha tambaleado, los negocios del litoral murciano han languidecido sin sus libras.

La inquietud también llega hasta el sector inmobiliario. Mick Yates, de 44 años, trabaja en la oficina Luz de Sol, en Mazarrón, vendiendo casas a extranjeros. «El 'brexit' es un suicidio económico porque dependemos de las ventas de Europa, de las exportaciones, de los negocios. Las ventas de las casas en esta urbanización podrían caer de forma considerable», advierte. Explica además que «tenemos el Servicio Nacional de Salud, ya que España y nuestro país firmaron un acuerdo. Y corre peligro».

Coincide con el agente inmobiliario Will Norris, quien desde el Mar Menor vigila con temor las cabezadas de la libra: «Mucha gente se frena a la espera de ver qué pasará con la libra -que hoy ya ha sufrido caídas- y piensan que les saldrá más caro vivir aquí. Esto ya está haciendo daño», explica.

Recibir órdenes de Bruselas «ha sido siempre una espuma en la garganta de los ingleses», opina la profesora Jane Cronin, cofundadora de la Asociación Adapt de Angloparlantes en San Pedro del Pinatar. «Hay un poco de xenofobia con Europa», hace autocrítica, «y GB no cree que nadie le vaya a cerrar las puertas del comercio». Condenaba «las campañas contra los inmigrantes de cierta prensa inglesa que no puedo ni leer».

Miedo al extranjero

«En el fondo, los ingleses temen que los inmigrantes ocupen el país, se lleven las ayudas públicas y el trabajo», comentaba Mary Wescott, en la peluquería Efecto FX, en el 'Little Britain' de Los Narejos, mientras le forran las mechas con papel de plata. «Nos preocupa qué pasará con nosotros, trabajadores ingleses en España, igual que los murcianos que están allí», comenta el masajista Craig Hadley. A la joven peluquera Charlie Stuart no le convence el 'Brexit' porque cree que «es cosa de los ricos, que son los que temen perder su estatus».

Pero no todos piensan igual. La londinense Lynn Pelham, 60 años, trabaja en una cafetería de Camposol y cree que «no pasará nada con la salida de Europa. De la misma forma que entramos, podemos salir. Y lo cierto es que no sé si eso afectaría al Reino Unido».

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