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Chi juega con tres de los hijos de Cristóbal y Rocío.
Murcia, destino 'au pair'

Murcia, destino 'au pair'

Familias de la Región optan por recurrir a niñeras internacionales para ayudarles a cuidar de sus hijos y a que aprendan una lengua extranjera. Chi, una joven vietnamita, convive con Cristóbal, Rocío y sus siete hijos

Pedro Navarro

Lunes, 23 de mayo 2016, 08:03

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La familia Von Trapp de 'Sonrisas y lágrimas'. Salvando las distancias, es lo primero que se viene a la mente cuando se conoce a Juan, Santiago, María, Pepe, Pablo, Cristóbal y Álvaro, los siete hijos de Cristóbal y Rocío. Pero ni viven en Salzburgo, sino en Murcia, ni su niñera (si se puede entender como tal) es una novicia austriaca, rubia y con la cara de Julie Andrews. En este caso los pequeños, de entre nueve meses y once años, pasan sus tardes con una joven con un punto más exótico: Chi, una joven au pair vietnamita que decidió venir a la Región de Murcia para aprender español.

El fenómeno 'au pair' siempre se ha visto, tradicionalmente, desde aquí, como una opción para las chicas españolas -muy mayoritariamente suelen ser mujeres- que querían realizar estancias en el extranjero con el fin de aprender otros idiomas, pero se hace más difícil visualizar la situación inversa; jóvenes de otros países interesadas en venir a España para mejorar su castellano. Tampoco era usual conocer a familias murcianas que se plantearan vivir una experiencia como esta. La de Cristóbal y Rocío es una de ellas.

«Tras una vacaciones de verano en Irlanda decidimos quedarnos todo el año pasado allí para que los niños aprendieran inglés. Así que los matriculamos en el colegio, mi mujer, profesora de inglés en excedencia, se quedó con ellos y yo, que trabajo en banca, me quedé aquí y los visitaba cada dos semanas», cuenta Cristóbal, que quiso que ese esfuerzo no quedara después en saco roto. «Conocíamos a Lourdes, la responsable de Agencymur, una agencia que gestiona la llegada y salida de au pairs desde Murcia y nos ofreció la posibilidad de traer alguien a casa que pudiera hablarle a los niños en inglés, para que no lo olvidaran».

Y no se lo pensaron mucho. Como casi todas las parejas que deciden probar esta experiencia solicitaron una joven nativa, algo que a priori no parece sencillo, ya que la mayoría de 'au pair' anglosajonas que tienen como destino España prefieren ir al entorno de ciudades más grandes como Madrid, Barcelona y Valencia, según señalan desde la agencia. En cambio se les planteó la posibilidad de convivir con Chi, una joven de Vietnám con buen nivel de inglés.

¿Y por qué de Vietnám? Porque la Universidad Católica de San Antonio (UCAM) tiene en este país del sudeste asiático como uno de los lugares de promoción de sus servicios, donde ofertan cursos de español. Tentada por esta publicidad, animada por el boca a boca, y con la intención de aprender la lengua de Cervantes, Chi decidió emprender viaje hasta Murcia. Comenzó compartiendo piso con una compatriota en su misma circunstancias, pero se dio cuenta de que en esa situación estaba perdiendo la posibilidad de relacionarse con murcianos, de conocer sus costumbres y de mejorar el idioma con la práctica diaria, según cuenta en un español sorprendente bueno para el poco tiempo que lleva con su estudio. Así, tras unos contactos iniciales, optó por incorporarse a una familia a través de esta agencia, que trabaja con la UCAM.

«Pese al esfuerzo, por ambas partes, y al choque cultural en el que uno puede pensar a priori, se ha integrado muy bien en el ambiente de casa y nosotros nos hemos adaptado muy bien a ella; los niños le demuestran cariño y Chi interacciona con ellos, juega y siempre está alegre, que es realmente lo que pedíamos», comenta Rocío, al tiempo que señala que la labor de la joven, en este caso, no es cuidar de sus vástagos, sino ayudarles a aprender inglés y conseguir que se acostumbren a convivir, entender y respetar otras culturas. «Nunca se queda sola con los críos, yo siempre estoy aquí, así que por las mañanas va a clase y hace sus tareas académicas y por las tardes, a partir de las 17.30 horas, empieza su jornada con ellos», explica. «Jugamos, hablamos en 'english', hacemos manualidades, durante la cena, comentamos lo que han hecho en cole y después a la cama», añade la 'au pair'.

Esta relación se constituye así en un «intercambio cultural», premisa bajo la que se regularon las actividades de estas niñeras internacionales. «En este caso nosotros no buscábamos ayuda con los pequeños; en el caso de ella, podíamos pensar en un principio que querría desempeñar estas tareas por cuestiones económicas, para ahorrar gastos, pero no es así», señala Cristóbal, que añade que «de hecho, ella no recibe compensación económica o dinero de bolsillo». «Como realmente no desempeña tareas de cuidado, en el sentido de ocuparse de sus necesidades, no recibe compensación económica o dinero de bolsillo, sino que únicamente se le ofrece alojamiento y manutención. Lo comido por lo servido», apostilla.

Chi pasará en total siete meses con la familia Bastida-Martí, casi un curso académico. Después, con el idioma más asentado se marchará a estudiar un grado de Empresariales a Barcelona. Vista la experiencia, otras familias conocidas de Cristóbal y Roció se animaron a probarla, y ellos están decididos a repetirla. «Aunque cada vez vienen más jóvenes de Vietnam, porque la UCAM están apostando por ellos desde hace dos o tres años, ahora intentaremos de nuevo contar con una nativa anglosajona, aunque estamos encantados con Chi», concluyen. Los Von Trapp murcianos seguirán teniendo 'institutriz'.

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