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Vista panorámica del Paseo del Malecón, lleno de ciudadanos, en el tramo inicial no incluido en el Plan Especial de Protección.
Un cinturón 'verde' para el Paseo del Malecón

Un cinturón 'verde' para el Paseo del Malecón

La Junta Vecinal de La Arboleja y Huerta Viva propondrán al Ayuntamiento medidas para preservar el entorno agrario del monumento de raíz islámica

Pepa García

Martes, 10 de mayo 2016, 12:59

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Catalogado como monumento histórico-artístico nacional en 1982, el Paseo del Malecón tiene su origen en la constante lucha del hombre contra las riadas que periódicamente inundaban el valle y provocaban cuantiosos daños en la ciudad. Desde sus orígenes, que se remontan a la época medieval islámica, el Malecón de Murcia ha sido sometido a constantes remodelaciones y arreglos para subsanar los daños provocados por las avenidas y no es hasta el siglo XVIII cuando adquiere su actual fisionomía y los usos que hoy siguen dándosele: vía de comunicación de la ciudad con la huerta, y zona de paseo y esparcimiento de los murcianos.

Precisamente su catalogación como monumento obligaba, desde 1985, a las autoridades a redactar un Plan Especial de Protección Paisajística y Monumental, al que por fin el Ayuntamiento de Murcia acaba de hincarle el diente; así como a delimitar el entorno de protección del monumento -un procedimiento incoado en marzo de 2014, pero que no se ha llegado a aprobar-.

Precisamente para presentar propuestas y sugerencias a un plan que promete proteger sin más alteraciones este emblemático espacio murciano, la Junta Vecinal de La Arboleja y Huerta Viva organizaron unos talleres a los que invitaron a participar a vecinos y ciudadanos interesados. Fruto de este trabajo colectivo, la Junta Vecinal de La Arboleja propondrá al Ayuntamiento -que ha ampliado el plazo dos meses más para ello- que el Plan Especial incluya la parte urbana del paseo «delimitada por el Plano de San Francisco, el acceso a la autovía y el cauce del río Segura; también su ampliación hasta el límite de la autovía por el Este, la acequia mayor Aljufía y la prolongación del paseo por la acequia hasta el Molino del Amor y la futura urbanización Industrias Caravaca». Además, añaden, el ámbito de actuación de este plan «debe coincidir con el entorno de protección que debe delimitar la Dirección General de Bienes Culturales», sugieren. Estas propuestas responden a la afirmación que compartieron todos los participantes en estos talleres de que el Malecón no se entiende sin el río, la acequia mayor Aljufía ni su conexión con la ciudad, que también proponen mejorar recuperando el antiguo paso peatonal que lo unía a San Antolín por las Cuatro Piedras.

Igualmente, consideran que el aparcamiento disuasorio del Malecón, instalado en un terreno municipal, es un elemento distorsionador, por lo que proponen trasladarlo al otro lado del río, junto a los antiguos terrenos de La Molinera, «ampliando el aparcamiento ya existente». Así, el actual aparcamiento, calificado como zona verde en el PGOU, podría utilizarse como 'sucursal' del actual jardín botánico, al tiempo que vincula el paseo con el Segura. «Supondría la recuperación ambiental de este espacio, una zona de gran atractivo con vistas impresionantes al Malecón, al río y al perfil de la torre de la Catedral sobre la ciudad».

Asimismo, consideran que el traslado del aparcamiento al otro margen del río podría mejorar esta zona urbana, «muy degradada», al tiempo que reduce el tráfico en el entorno inmediato del Malecón. No obstante, sugieren que el nuevo aparcamiento se dote también de arbolado, para que cuente con sombra y se reduzca el impacto paisajístico, así como, aprovechando que el Ayuntamiento dispone de terrenos municipales suficientes en la zona, se cree un recinto ferial que permita «limitar el uso del Jardín del Malecón para actos multitudinarios que lo dañan».

El impacto de la autovía sobre el monumento es evidente para cualquiera que frecuente el paseo, por eso, los vecinos de La Arboleja sugieren que se intervenga para «minimizar el impacto visual, sonoro y de contaminación».

Otro de los puntos en los que existe unanimidad es la falta de seguridad y tráfico excesivo de vehículos en camino de La Ñora (calle Gaspar de las Peñas y policía Antonio Rabadán). Por eso, piden que se reordene el tráfico y se limite la velocidad; y proponen que este camino «sea de dirección única, de salida, creando un nuevo vial que dé acceso a la autovía a los vecinos de la zona y que, a nivel de suelo pero pegado a la autovía, cruce el río en dirección al aparcamiento de la antigua fábrica de La Molinera». Y, sugieren como itinerario de entrada, el camino de servicio que discurre pegado a la autovía y el carril de la Esparza.

También consideran que, dejar el camino de La Ñora de sentido único, permitiría construir una acera, dando seguridad a los viandantes, crear un carril-bici que conecte Murcia, La Arboleja y La Albatalía, y plantar arbolado; y haría innecesaria la construcción del carril bici proyectado por el Ayuntamiento, en el margen este del Malecón, que no tendría utilidad práctica para los desplazamientos ya que es un tramo aislado, justifican su sugerencia. Además, «esta banda de 5 metros se podría ajardinar y dotar de setos», propone Gregorio Saura.

Sobre el impacto del colegio AYS en el monumento, que el propio Plan Especial señala y exige el retranqueo de su valla y la plantación de arbolado en el aparcamiento, los vecinos proponen que se le obligue a crear una barrera vegetal en todo el entorno, para que no altere visualmente el paisaje, y que no se cambie la calificación del suelo. «De esta forma, se evitarían futuras ampliaciones y que, cuando las instalaciones queden obsoletas, no pueda volverse a construir», aclara Enrique de Andrés.

Los usos de algunas parcelas limítrofes con el Paseo del Malecón perjudican el monumento. El Ayuntamiento también señala los terrenos del vivero municipal, y los vecinos plantean que se recupere su antiguo aspecto como Huerto de la Estrella, haciendo uso de la documentación gráfica existente. Así, como este terreno y el del actual aparcamiento disuasorio, sugieren que se conviertan en 'sucursales' del jardín botánico del Malecón otras parcelas municipales: la parcela que hay tras los maristas y que da conexión al río podría convertirse en un bosque de ribera recuperado y el que tiene junto a las Cuatro Piedras albergar todas las variedades de morera que atesora el Imida. «La parte más monumental del paisaje quedaría a cargo del Ayuntamiento», resume Pati López, miembro de Huerta Viva y vecina.

Proponen, además, la recuperación a cielo abierto de La Aljufía, así como que la Junta de Hacendados dé paso regular al agua en las acequias Belchí y La Cárcel, para favorecer el uso agrícola de los huertos de la zona.

La mejora del pavimento y algunos de los elementos decorativos como las portadas del Malecón; ayudas para la rehabilitación de casas tradicionales del entorno; la sustitución de arbolado alóctono por autóctono; que ninguna de las casas construidas ya se consideren fuera de ordenamiento y se minimice su impacto; y la mejora de los servicios públicos como el transporte completan una propuesta en la que consideran clave conservar el uso agrario de las parcelas no urbanizadas.

Para ello, desde Huerta Viva proponen a los vecinos un último debate para consensuar la propuesta de que no se urbanice más y que el Ayuntamiento compense a los propietarios con bonificaciones del IBI y garantice la venta de la producción agrícola como suministradores de colegios, hospitales y otros centros públicos; piden agua gratuita para el riego, ayudas a la actividad agrícola y que se compense a los propietarios de parcelas a precio de mercado para cambiar su uso de suelo urbano especial a no urbanizable. «Dados los beneficios ecosistémicos, saldría barato», opinan.

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