Borrar

A la caza del alumno

La caída en picado de los escolares hasta 2030 obligará a cerrar aulas de Infantil. Los colegios empiezan a reaccionar, preocupados, con anuncios en los medios y la celebración de puertas abiertas para seducir a los padres

Fuensanta Carreres

Martes, 26 de abril 2016, 03:19

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La caída en picado de la natalidad no es un fenómeno coyuntural. El futuro pinta aulas desangeladas, con más pupitres vacíos cada curso y una holgura no deseada que inquieta ya a la comunidad educativa. El descenso imparable de alumnos seguirá diezmando el censo de escolares de Infantil, los más pequeños, de 3 a 6 años, los próximos años, según las últimas estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE). Las proyecciones de población que realiza para la Región de Murcia alertan del trepidante descenso de niños de tres años cada curso, hasta consolidar una caída total superior al 30%. Los cálculos realizados por el INE concluyen que en los próximos quince años el censo total de alumnos de tres años se desplomará curso tras curso desde los 16.682 de 2015 hasta los 11.559 que, calculan, habrá censados en 2031. La imparable caída dejará las aulas con 5.123 pupitres sin dueño, nada menos que 250 aulas vacías. Los niños de 3 años son los que marcan la pauta porque a esa edad inician su vida académica en la etapa de Infantil, que no es obligatoria pero está generalizada al 100% en la Región. El ya conocido como 'suicidio demográfico' comenzó a tener reflejo en los colegios de la Región hace tres cursos, con un retardo de varios años con respecto a la media nacional, que llevaba ya varios anotando descensos.

La despoblación escolar inquieta ya a los colegios públicos, concertados y privados de la Región, que tienen que llegar a un número mínimo de alumnos para formar un aula y mantener en plantilla a un profesor.

La competencia ha avivado el interés de los colegios, que ven venir el problema por hacer valer sus cualidades, por convencer de que su oferta educativa merece la pena y atraer hasta sus instalaciones al mayor número de alumnos posible. Desde la publicidad pura y dura en medios de comunicación, a la celebración de jornadas de puertas abiertas, ya generalizada, e incluso la ampliación de servicios como el comedor o el aula de madrugadores, para garantizarse los alumnos. El colegio privado El Limonar, por ejemplo, lleva semanas recibiendo familias para mostrar sus instalaciones. De momento, insisten, no tienen problemas para cubrir sus plazas, pero son conscientes de que no pueden bajar la guardia: «En Murcia hay mucha oferta educativa, y todos los colegios se están poniendo las pilas. La competencia, en ese sentido, es positiva», explica la responsable de marketing del centro.

Como cualquier 'negocio' que pierde 'clientes', los centros educativos se han puesto en guardia, y admiten que se enfrentan a un problema que habrá que encarar. En los públicos, si no tienen alumnos pierden aulas, servicios y puestos de empleo. Los privados y concertados se juegan además su viabilidad. «Si no se toman medidas, el descenso de alumnos, que empieza a ser serio, pude convertirse en un problema», alerta el presidente de la patronal que agrupa a las cooperativas de enseñanza, Ucoerm, Juan Antonio Pedreño, quien admite que la tendencia preocupa, y mucho, a los cooperativistas, que se han activado para mantener sus cifras de alumnos. «Todos nuestros centros organizan ya jornadas de puertas abiertas y se dan a conocer. Inevitablemente tenemos que diferenciar nuestra oferta y ser lo mejores para que los padres nos elijan. Estamos obligados a ser los centros elegidos en primera opción, porque si no es así, el problema se agudiza. Nuestra apuesta, además de mejorar los servicios, pasa por la innovación educativa».

En la patronal de los colegios católicos, Educación y Gestión, perciben desde hace un par de cursos la caída incesante de la natalidad durante el proceso de solicitud de plazas. «Hace ya años que no se registra esa demanda tan elevada. Los centros de Murcia con más fama, llegaban a registrar 250 solicitudes para 150 plazas. Esos colegios, muy reconocidos, siguen teniendo actualmente más peticiones que oferta, pero las cifras están más ajustadas», ejemplifica Pablo García, responsable de administración de la patronal. Si los centros más prestigiosos y ubicados en las ciudades se mantienen, los radicados en pueblos han empezado a pasar apuros para llenar sus aulas.

Las cuentas evidencian el problema para Pedreño: 5.000 alumnos menos en quince años se traducen, si no se resuelve la ecuación por otra vía, en 250 unidades cerradas. «Urge elaborar un mapa escolar completo con amplitud de miras para encarar la que viene», reivindica el presidente de Ucoerm, quien alerta de que los centros pequeños, con una sola unidad, pueden verse apurados.

Frente al inevitable descenso de alumnos, los colegios reclaman a la Consejería de Educación que rebaje las ratios -el tope de alumnos por aula permitido- de 25 a 20. De esa manera, argumenta, el desplome del censo tendría menos efecto. «Si queremos mantener los puestos de trabajo y mejorar la calidad, es la salida más sensata», coinciden Pedreño y la presidenta de Escuelas Católicas, Alicia Plaza. En la Consejería de Educación valoran la propuesta, e insisten en puntualizar que la pérdida de 5.000 escolares no tiene porqué implicar el despido de otros tantos profesores, ya que en los niveles superiores (Secundaria, Bachillerato, FP), el censo sigue creciendo. «Caen los alumnos de Infantil, pero la demanda de Formación Profesional, por ejemplo, no deja de aumentar», explica Ujaldón, quien tampoco se atreve a calcular el impacto del descenso de alumnos en el cierre de aulas. «Es evidente que hay municipios y barrios donde ha caído mucho la demanda, pero no vamos a dejar ningún pueblo sin colegio, aunque tampoco a mantener clases con tres alumnos, porque supondría desperdiciar recursos. Cada caso se estudia con detenimiento y se trata de llegar a la mejor solución para todos», insiste.

A falta de completar el proceso de admisión de alumnos, que termina el 14 de junio con la publicación de las listas definitivas, la Administración calcula que serán mil alumnos de tres años menos los que inicien su vida escolar en septiembre. El número de aulas que tendrán que cerrarse por el descenso se conocerá en septiembre.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios