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El expresidente de la Comunidad, Ramón Luis Valcárcel, junto a Domingo Valera, durante una reunión en el año 1999.
Los papeles de Valera

Los papeles de Valera

El exalcalde de Mazarrón se blindó ante el PP llevándose de la sede un recibo por el que Valcárcel, con su propia firma, admitía haber recibido la entrega de 40 millones de pesetas para el partido. Un perito calígrafo, contratado por el político mazarronero, certificó que el documento y la rúbrica del líder popular son auténticos

Juan Ruiz Palacios / Ricardo Fernández

Lunes, 2 de noviembre 2015, 13:05

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Febrero de 1996. Un buen número de empresarios de Mazarrón se reúnen en el Hotel Playa Grande para celebrar una comida por todo lo alto. El encuentro lo presiden varios dirigentes del Partido Popular, entre ellos el alcalde del municipio, Domingo Valera, y el presidente de la Comunidad en esa época, Ramón Luis Valcárcel. El objetivo final es conseguir fondos para financiar la campaña electoral del PP, que está en todo su apogeo. Tras más de dos horas de buen entendimiento entre los empresarios y los dos políticos, la comida finaliza. A lo grande. El PP consigue donaciones por valor de 40.250.000 pesetas. Nada menos. Valcárcel se lleva el dinero y firma un recibí. En el margen del documento se puede leer: Fichas internas PP (Apoyado por D. Valera). Y en la parte superior: CAMPAÑAS MUNICIPALES-95 GENERALES-96 = 7.000.000 pts. COMIDA PLAYA GRANDE EMP. MAZARRÓN= 33.250.000 pts. Es el final de una larga jornada, y muy fructífera, pues el partido necesita esos días muchos fondos para financiar los gastos de cartelería, comidas, mítines, publicidad... Y el pellizco recaudado en Mazarrón es de los que se agradecen.

A aquellos asistentes se les hubiera atragantado la comida si hubieran sabido que La Verdad, diecinueve años después, iba a conseguir un documento interno del PP, cuya validez está autentificada por un perito calígrafo, que demuestra que el PP se embolsó aquel día cuarenta millones de pesetas (240.000 euros) en donaciones y que Valcárcel -en un gesto que hoy, con lo que ha caído desde entonces, resultaría insólito-, dejó constancia con su propia firma de que se hacía cargo del dinero.

1995, el año del comienzo

«Fui con él a los pueblos para que saliera elegido»

La relación entre Domingo Valera y Ramón Luis Valcárcel es en esos momentos más que de amistad. Tras conocerse con motivo de la política, el hombre que está a punto de convertirse en el primer presidente de la Comunidad por el PP ha hecho muy buenas migas con el dirigente mazarronero. De hecho, éste último acompaña a Valcárcel por media Región con motivo de sus mítines, pues no hay que escatimar esfuerzos para conseguir que salga elegido. Los meses pasan y la relación va a más: incluso realizan viajes juntos -como un crucero- con sus respectivas esposas, comparten mesa en buenos restaurantes... El nivel de confianza entre ambos es extraordinario. Casi podría decirse que son como hermanos.

Las elecciones llegan por fin en 1995 y Valcárcel se sitúa al frente del Gobierno regional. En ese momento aún no es consciente de que su relación con Valera acabará por jugarle una mala pasada en el futuro. Pero como no es adivino, siguen hombro con hombro, codo con codo, unidos sus destinos en esos tiempos de alegría y festín. Un día, a no mucho tardar, esa confianza se convertirá en recelos; esa cordialidad se transformará en ira, y el buen entendimiento se vestirá de resquemor y en ganas de cargar con el otro. En cuestión de un par de años y unos pocos meses todo ese afecto habrá quedado reducido a cenizas.

El fin de la relación

La ruptura y la primera moción

El verano de 1997 está siendo difícil para el alcalde de Mazarrón. Su relación con el presidente de la Comunidad hace agua y sus compañeros del equipo de Gobierno municipal empiezan a ponerse del lado del presidente Valcárcel. No en vano, los concejales se reúnen «en secreto» y acaban presentando una moción de censura contra Valera. Una vez ésta triunfa, el PP suspende de militancia al carismático dirigente de Mazarrón. El motivo de su derrocamiento, en apariencia, es que Valera se encuentra inmerso en un proceso judicial: la cooperativa Hortisa, constituida por varios empresarios y de la que el ya exalcalde había sido gerente tiempo atrás, se querella contra él por haber «detectado irregularidades en su gestión por valor de 42 millones de pesetas». Una circunstancia que pone en un brete a Valcárcel, que tiene que optar entre apoyar a los empresarios mazarroneros -quienes le muestran sus quejas- o su antiguo hombre de confianza y amigo del alma. Y como la política no conoce de amigos, es Domingo Valera quien acaba siendo sacrificado.

«Se querellaron contra mí -recordaba recientemente en una entrevista el exalcalde y actual concejal de PIxM-, y lo que hice fue defenderme. Decían que me había llevado dinero de Hortisa y del Ayuntamiento. Pero la noche en que me di de baja del PP fui a la sede del partido y me informé de todo lo relacionado con el dinero».

Según las informaciones recabadas por este diario, Valera se hizo con abundante documentación de la sede del PP. Su objetivo ahora declarado era conseguir pruebas que le permitieran defenderse ante la Justicia de las acusaciones que estaba recibiendo. Es más, llegó a presentar ante la Justicia algunos de esos documentos que acreditarían su inocencia, pues lo cierto es que no recibió condena alguna. «Quedé libre de toda sospecha, porque nunca pudieron encontrar ni una coma sobre mí», añadió.

La prueba del algodón

El 'autógrafo' del recibo y el de una felicitación

Los papeles que Valera ya tiene en su poder en esos días de 1997 son su mejor baza. Su seguro de vida. Incluso su patente de corso. De hecho, decide pasar al ataque y acusa públicamente a su partido en Murcia de haberse financiado irregularmente. Un disparo en toda la línea de flotación.

Lo cierto es que el ya exalcalde de Mazarrón se siente dolido y traicionado por la persona a la que tantas veces había apoyado en los mítines y con quien había compartido mesa, mantel y confidencias. Por ello, decide llamar a una asesora de su confianza, una tal Carmen C.B., y le pide que encargue en su nombre un informe pericial caligráfico (que está en poder de La Verdad) sobre el documento Fichas de control internas del PP. El objetivo es acreditar que la firma estampada en el recibí corresponde a Ramón Luis Valcárcel Siso, además de establecer si ha sido plasmada con anterioridad o con posterioridad a los renglones trazados por la máquina de escribir y, finalmente, efectuar un estudio acerca de si el tipo de máquina es el mismo en los dos casos. Junto a la ficha interna, y como pieza autentificada para permitir el cotejo, entrega una felicitación de Navidad firmada de su puño y letra por Valcárcel.

El encargado de llevar a cabo la investigación pericial es Salvador Martínez Cañavate, especialista en descubrir falsedades documentales. La entrada del documento en su laboratorio de Cartagena está fechada en Mazarrón, a 2 de diciembre de 1997. El perito se pone manos a la obra y realiza múltiples pruebas. Y concluye que los documentos analizados son originales, que la firma ha sido realizada por la misma persona que suscribió la felicitación navideña -esto es, por Valcárcel- y que la tinta de la máquina de escribir se plasmó antes que la rúbrica. Lo cual quiere decir que Valcárcel supo en todo momento lo que estaba firmando, ya que el texto dejado por la máquina quedó parcialmente sepultado por los trazos de la pluma o el bolígrafo que empuñaba el líder popular.

Este informe pericial permite constatar, así, no solo de que un número indeterminado de empresarios de Mazarrón entregó al PP más de cuarenta millones de pesetas en una comida celebrada en febrero de 1996, en plena campaña electoral, sino que además el popio Valcárcel dejó su firma como garantía de que se hacía cargo de ese dinero. Parece evidente que estas fichas de control interno se utilizaban en el PP, en esa época, para dar cuenta en el propio seno del partido del destino que se le daba a los fondos recaudados. Una contabilidad para el uso exclusivo del partido.

La polémica

«Valcárcel le dio la bolsa con el dinero a Aznar»

Valera utilizó la documentación del perito calígrafo para defenderse ante la Justicia de las graves acusaciones que había recibido, pero no solo para ello. También para atacar a su antiguo partido y dejar sobradas evidencias de que no tenía miedo a represalias. Aseguró de esta forma a La Verdad, hace ahora un año, que «yo he sido la única persona que se ha enfrentado a Valcárcel. Cerraron la sede del PP porque me di de baja. El dinero que faltaba se lo llevó Valcárcel en una bolsa, y éste se la dio a Aznar después de un mitin que dio el presidente del Gobierno en la plaza de toros -el 25 de febrero de 1996, como este periódico ha podido constatar-. Era su cumpleaños, sopló las velas en el Siete Coronas y se marchó para Madrid con la bolsa llena de dinero para el partido». Y añadió: «Y tengo los papeles firmados por Valcárcel».

Esta prueba, que fue presentada en su día en los tribunales y que hoy La Verdad difunde públicamente por vez primera, es la única que hasta el momento ha trascendido en la Región sobre la aparente financiación de un partido político, en este caso el PP, por parte de empresarios.

Aunque en aquellos tiempos las donaciones anónimas no estaban expresamente prohibidas por la legislación, como ocurre en estos momentos, y ese tipo de entregas podría considerarse amparadas por la ley, no hay datos que permitan conocer si eran declaradas oficialmente por esta formación política o si podían ser gestionadas a través de una caja B.

Este diario se puso en contacto con Valera esta semana. El actual concejal del Ayuntamiento de Mazarrón admitió que encargó dicho informe pericial para defenderse de las acusaciones y avaló la autenticidad de los documentos que aparecen en esta información. Pero concluyó, tajante: «Mi boca ya no dice nada de nada».

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