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El murciano Adrián Sánchez encadenado durante la protesta en Tordesillas.
«Han soltado al toro conmigo encadenado»

«Han soltado al toro conmigo encadenado»

Un activista murciano protesta contra el Toro de la Vega atándose con un candado a una señal de tráfico en Tordesillas

Raúl Hernández

Martes, 15 de septiembre 2015, 21:07

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Adrián Sánchez fue uno de los protagonistas este martes en la protesta contra el Toro de la Vega en Tordesillas. Este activista murciano se encadenó por el cuello con un candado a una señal de tráfico y tiró la llave al río en la manifestación contra la celebración de este festejo.

Durante su protesta, se produjo un momento de mucha tensión cuando la organización soltó al toro sin desalojar previamente a los concentrados y con Adrián inmovilizado. «El toro ha pasado por al lado mío. La Guardia Civil sabía perfectamente que estaba atado y han salido corriendo cuando lo han visto. Han soltado al toro conmigo atado. Es un intento de asesinato», afirmó el manifestante a una redactora de Telecinco.

Adrián llegó el día antes a Tordesillas y se camufló entre los vecinos como un turista más que visitaba el pueblo para disfrutar del festejo al día siguiente. Incluso llegó a fotografiarse esa noche con el alcalde de la localidad, el socialista José Antonio González, en una imagen difundida por las redes sociales.

Así se ganó la confianza de los tordesillanos y pudo colarse sin problemas en un punto del recorrido del astado y encadenarse, algo que impediría la suelta de Rompesuelas. Sin embargo, su plan no se cumplió y la organización soltó al morlaco.

Protesta multitudinaria

Desde primera hora de la mañana unos 200 antitaurinos llegaron en autobús al pueblo vallisoletano para protestar contra esta fiesta y evitar su celebración.

Fue entonces cuando activistas y partidarios del Toro de la Vega intercambiaron insultos, proclamas y cánticos, con algún conato de altercado, y un reportero de Tele 5 sufrió una agresión al ser golpeado con un bastón el micrófono con el que trabajaba.

Dos helicópteros apoyaron por aire y grabado el escenario durante las horas previas al inicio de la carrera del toro, y la Guardia Civil llevó a cabo controles y registros, aleatorios y minuciosos, a quienes accedían al recorrido hasta la Vega del Duero.

Tras el incidente, el presidente del Patronato del Toro de la Vega, Gerardo Abril, se presentó ante los reporteros para tratar de justificarlo al acusar a los periodistas allí desplazados de "manipular" y acudir al municipio "a molestar", así como de no estar interesados en conocer y contar en qué consiste el torneo, sus reglas y desarrollo, sino en asistir el día de su celebración para avivar la polémica.

Más tarde, poco antes de la suelta del toro, en la zona de salida del puente medieval sobre el Duero, un centenar de animalistas se apiñaron para obstaculizar el recorrido y clamaron por la abolición del Toro de la Vega.

Ante esa acción, los animalistas fueron rodeados por partidarios del festejo, quienes les increparon a gritos de "fuera, fuera" y con silbidos, sin que se produjeran incidentes de gravedad y sin que la Guardia Civil tuviera que intervenido.

Sin embargo, una treintena de caballistas, entre ellos dos lanceros, se abrieron paso entre los manifestantes, que proferían proclamas como "Tordesillas, vergüenza nacional" y "todos somos Rompesuelas".

Los defensores del festejo intentaron echar del lugar a los detractores con empujones y puñetazos, aunque algunos de ellos permanecieron allí hasta el momento en el que los organizadores soltaron al toro.

Rompesuelas salió desde un cajón instalado en las inmediaciones de la Plaza Mayor, mientras el murciano Adrián S. permanecía encadenado por el cuello a una señal de tráfico en medio del recorrido, aunque no hubo que lamentar daños personales y fue liberado por los bomberos al término del festejo.

Muerte no reglamentaria

Rompesuelas, de la ganadería de los Herederos del Conde de la Corte -negro bragado y meano, de casi seis años de edad y 640 kilos de peso- se quedó a quinientos metros del lugar señalado por la organización para ganar la contienda con los laceros de a pie y a caballo que le hostigaron en medio de un aguacero.

En ese lugar, un pinar próximo al río Duero, fue acometido por tres lanceros, entre ellos el que le asestó la lanzada mortal en un costado, pero que no computó por no atenerse al reglamento, que obliga a citar de frente, guardando el turno, con el toro emplazado y fijado en el torneante que le cita.

Esta infracción al reglamento, según las normas del torneo, podría costar a estos tres participantes una sanción económica en función de su nivel de gravedad.

Los participantes "se juegan la vida y también su dinero", ha recordado el alcalde de Tordesillas (Valladolid), al término del espectáculo, quien recalcó el interés de la organización en "velar por su pureza".

Más allá del día de hoy, el alcalde declinó contestar sobre el futuro del torneo, que su propio partido se ha comprometido a abolir si gobierna tras las próximas elecciones generales, y sobre la posibilidad de convocar una consulta entre los vecinos.

Decenas de miles de personas, como cada año, han presenciado el Toro de la Vega que los partidarios despidieron a gritos de "Un año más, un toro más", y los detractores con el de "Este es vuestro último año", mientras que el partido animalista PACMA ha denunciado numerosas irregularidades en el desarrollo y un grupo de activistas han denunciado ante la Guardia Civil la suelta del animal con el activista murciano encadenado.

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